Porque nada une más que el azúcar y los problemas hipotecarios

Ah, la Presidenta Claudia Sheinbaum, esa heroína moderna que libra batallas épicas contra los malvados dulces escolares y los créditos vampíricos del Infonavit. En un discurso que mezcló la nutrición infantil con la política de vivienda (porque, ¿qué mejor combo que eso?), explicó con la paciencia de una abuela exasperada: “Pues porque comer mucho dulce hace mucho daño a la salud”. ¡Revelación del siglo! Aunque, claro, México lidera en diabetes infantil, pero hey, al menos los niños ya no podrán comprar chocolates entre clase y clase. Prioridades, señores.

Del Infonavit y otras pesadillas financieras

Por si alguien creía que el tema acababa con los snacks, Sheinbaum pasó a hablar de viviendas, porque ¿qué es la vida sin un buen crédito impagable? Con la solemnidad de quien revela un secreto de Estado, anunció que el Infonavit ahora construirá casas en lugar de solo repartir préstamos que convertían a los trabajadores en siervos de la deuda. “¡Eureka!”, gritó nadie, porque solo tomó décadas de corrupción y familias endeudadas para que alguien notara el detalle. Eso sí, las nuevas casas tendrán 60 metros cuadrados (¡lujo! aunque en algunos países eso sigue siendo un closet con baño).

Y como todo buen acto político necesitaba su momento incómodo, la Gobernadora panista Tere Jiménez fue recibida con abucheos. Sheinbaum, en un gesto que mezcló caballerosidad y oportunismo, pidió respeto (tras dejar que el público descargara su furia, claro). Jiménez, agradecida o resignada, prometió 10 mil hogares nuevos, porque en política, las promesas son como los dulces: se repiten, aunque sepan que hacen daño.

¿Moraleja? Si no puedes con la chatarra, cambia de tema a la vivienda social. Comparte esta joya de realismo sarcástico y sigue explorando cómo los discursos políticos mezclan lo urgente con lo… peculiar.