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Internacional

La tormenta Melissa se intensifica hacia un huracán mayor

La tormenta amenaza con convertirse en un huracán mayor, desatando lluvias catastróficas y poniendo en alerta a toda la región caribeña.

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Melissa, la invitada meteorológica que nadie pidió

Parece que la naturaleza, en su infinita generosidad, ha decidido obsequiar al Caribe con un espectáculo acuático de proporciones bíblicas. La tormenta tropical Melissa, porque ¿qué mejor nombre para un fenómeno potencialmente catastrófico que uno que suena a contable amable?, se prepara para una intensificación rápida este fin de semana. Los meteorólogos, esos adivinos con supercomputadoras, advierten sobre precipitaciones torrenciales e inundaciones que podrían ser letales en el norte del Caribe. Pero lo realmente espectacular es la previsión de 89 centímetros de lluvia en el suroeste de Haití. Porque, claro, ¿quién no querría que le cayera el equivalente a una piscina infantil encima?

Este errático meteoro, que se mueve más lento que una fila bancaria un lunes por la mañana, ya ha cobrado la vida de al menos tres personas en Haití y una cuarta en República Dominicana. Por si fuera poco, hay un desaparecido, porque un evento de este calibre no estaría completo sin su toque de misterio y drama humano. Las proyecciones indican que las lluvias podrían dejar hasta 64 centímetros de agua en Jamaica y en las regiones del sur de Haití y Dominicana, con la posibilidad de alcanzar esos gloriosos 89 centímetros en la península haitiana de Tiburón. Uno casi puede imaginar a los tiburones nadando por las calles, completando la escena apocalíptica.

Pronósticos que quitan el sueño (y la casa)

Jamie Rhome, subdirector del Centro Nacional de Huracanes, con esa calma profesional que solo tienen quienes no tienen su casa a punto de flotar mar adentro, indicó: “Si se produjeran esas lluvias, estaríamos hablando de inundaciones potencialmente catastróficas”. Vaya, ¿en serio? ¿Catastróficas? Qué forma tan técnica y sofisticada de decir “se nos viene el diluvio universal, versión caribeña”.

Para quienes aman los datos precisos, Melissa se encontraba a unos 260 kilómetros al sureste de Kingston, Jamaica, y a unos 375 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe, Haití. Tenía vientos máximos sostenidos de 110 kilómetros por hora y avanzaba en dirección oeste-noroeste a la desesperante velocidad de 3 km/h. Es decir, más lento que un caracol con sobrepeso. Pero no se confíen, porque los expertos advierten que “la intensificación rápida comenzará en las próximas 24 horas”. Se espera que Melissa se convierta en huracán en breve y en un huracán mayor el domingo. Porque ¿qué sería de un fin de semana sin la amenaza inminente de un ciclón categoría 3 o superior?

Mientras tanto, en tierra firme, el caos ya hace de las suyas. Las autoridades haitianas informaron que tres personas murieron y otras cinco resultaron heridas por el colapso de un muro. Porque cuando la naturaleza decide enfadarse, hasta los muros se derrumban, literalmente. También reportaron niveles crecientes de ríos, inundaciones y un puente destruido. Por supuesto, se han emitido alertas de huracán y por tormenta tropical para Jamaica y la península suroccidental de Haití. Porque nada dice “prepárense para lo peor” como un buen sistema de alertas.

Preparativos para el apocalipsis (versión caribeña)

Se espera que Melissa se convierta en un huracán de categoría 3 o superior el domingo y podría alcanzar la categoría 4 a primera hora del lunes. Porque, claramente, la categoría 3 se queda corta para una tormenta con aspiraciones. La previsión apunta que el meteoro podría azotar el este de Cuba en la madrugada del miércoles, donde arrojará hasta 30 centímetros de lluvia en algunas zonas. Solo un aguacero modesto, comparado con lo que les espera a sus vecinos.

Mientras tanto, en Jamaica, las autoridades han advertido que todos los aeropuertos cerrarán si se emite una alerta de huracán. Se han habilitado más de 650 refugios, porque ¿qué mejor plan de fin de semana que una reunión masiva en un refugio ant ciclones? Los almacenes de la isla estaban bien abastecidos y se han preparado miles de paquetes de alimentos. El primer ministro, Andrew Holness, con esa seriedad que solo tienen los que tienen a un país entero pendiente del clima, afirmó: “Pido a los jamaicanos que se tomen en serio esta amenaza climática. Tomen todas las medidas para protegerse”. Vaya consejo, casi como si fuera importante.

Al otro lado de la isla, en República Dominicana, Melissa ya ha causado daños en casi 200 hogares y cortes en el suministro de agua que afectaron a más de medio millón de clientes. También derribó árboles y semáforos, provocó pequeños deslaves y dejó a más de dos docenas de comunidades aisladas por las inundaciones. Porque cuando una tormenta tropical visita, no viene sola: trae un completo paquete de destrucción y caos.

La temporada que sigue dando sorpresas

Para quienes llevan la cuenta, Melissa es la 13ra tormenta nombrada de la temporada de huracanes del Atlántico, que va desde el 1 de junio al 30 de noviembre. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) había pronosticado una temporada con más actividad de lo habitual, con entre 13 y 18 tormentas con nombre. Porque, al parecer, el clima también cumple con sus proyecciones, aunque uno desearía que fuera tan impuntual como un adolescente.

Así que ahí lo tienen, damas y caballeros. Mientras Melissa se prepara para su gran transformación de tormenta tropical a huracán mayor, el Caribe entero aguarda con esa mezcla de resignación y esperanza que solo provocan estos gigantes meteorológicos. Porque al final, solo queda cruzar los dedos, seguir las indicaciones de las autoridades y, sobre todo, mantener el sentido del humor. Porque, seamos honestos, si no nos reímos de la absurda magnitud de estos fenómenos, probablemente lloraríamos.

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Internacional

Acuerdo histórico reduce costos de fármacos contra la obesidad

Un pacto histórico busca derribar la principal barrera para millones de pacientes que necesitan estos innovadores tratamientos.

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Un Hito en el Acceso a Tratamientos Innovadores

El presidente Donald Trump anunció este jueves un convenio trascendental con los laboratorios farmacéuticos Eli Lilly y Novo Nordisk, destinado a ampliar la cobertura y reducir sustancialmente los precios de sus reconocidos fármacos para el manejo de la obesidad, Zepbound y Wegovy. Este acuerdo marca un punto de inflexión en la política sanitaria estadounidense, abordando uno de los mayores desafíos de acceso a medicamentos en la actualidad.

Estos tratamientos forman parte de una nueva generación de terapias conocidas como agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1, que han revolucionado el enfoque médico de la obesidad en los últimos años. No obstante, su elevado costo —aproximadamente 500 dólares mensuales para las dosis más altas— y la cobertura irregular por parte de las aseguradoras habían limitado su disponibilidad para un gran número de pacientes.

La administración confirmó que la cobertura de estos fármacos se extenderá a los beneficiarios de Medicare a partir del próximo año. Paralelamente, se implementarán de forma progresiva precios reducidos para pacientes sin cobertura. Además, las dosis iniciales de las nuevas formulaciones orales de estos tratamientos, una vez aprobadas, tendrán un coste de 149 dólares al mes.

“Este acuerdo salvará vidas, mejorará la salud de millones y millones de estadounidenses”, declaró Trump durante el anuncio en la Oficina Oval, refiriéndose a la clase de los GLP-1 como un “medicamento para la grasa”.

Estrategias para la Contención de Costos Farmacéuticos

El anuncio constituye la iniciativa más reciente del gobierno de Trump para controlar el alza en los precios de los medicamentos, una medida que busca abordar las crecientes preocupaciones sobre el costo de vida entre los votantes. Este movimiento se enmarca en una estrategia más amplia que recientemente incluyó acuerdos con otros gigantes farmacéuticos como Pfizer y AstraZeneca para reducir el coste de los tratamientos recetados para Medicaid.

La eficacia de estos medicamentos es innegable. Los fármacos antiobesidad actúan sobre las hormonas del intestino y el cerebro que regulan el apetito y la sensación de saciedad. En ensayos clínicos rigurosos, han demostrado ayudar a los pacientes a perder entre un 15% y un 22% de su peso corporal, lo que se traduce en más de 22,6 kilogramos (50 libras) en muchos casos. Dado que la obesidad se considera una enfermedad crónica, los pacientes generalmente requieren un tratamiento continuo para mantener los resultados a largo plazo.

El impacto comercial de estos tratamientos ha sido extraordinario. Para las compañías Eli Lilly y Novo Nordisk, estos productos han resultado excepcionalmente lucrativos. Lilly reportó recientemente que las ventas de Zepbound se han triplicado en lo que va del año, superando los 9,000 millones de dólares. Sin embargo, este éxito comercial no se había traducido en una accesibilidad amplia para la población.

El Contexto Político y Socioeconómico del Acuerdo

El esfuerzo por reducir las barreras económicas para los populares medicamentos GLP-1 se produce en un momento en que la Casa Blanca busca demostrar su compromiso con las frustraciones de los ciudadanos ante el incremento en los costos de alimentos, vivienda, atención médica y otros bienes esenciales. El contexto electoral reciente, con derrotas para candidatos republicanos en estados como Nueva Jersey y Virginia, ha puesto de relieve la percepción pesimista de los votantes sobre la economía.

Un alto funcionario de la administración describió el acuerdo como una garantía de que los estadounidenses “no financiarán injustamente la innovación de la industria farmacéutica”, en contraste con propuestas anteriores que, según la administración, carecían de concesiones de precios suficientes por parte de los fabricantes.

La implementación práctica del acuerdo incluirá que los pacientes de Medicare que califiquen pagarán copagos de 50 dólares por sus medicamentos. Para las personas sin cobertura, la reducción de precios se canalizará a través del programa TrumpRx, que permitirá la adquisición directa de medicamentos a los fabricantes a partir de enero. También se establecerán precios más bajos para los programas de Medicaid, que son financiados conjuntamente por los estados y el gobierno federal.

Perspectiva Médica sobre el Impacto del Acuerdo

La comunidad médica especializada ha recibido con beneplácito el anuncio. La doctora Leslie Golden, quien trata a aproximadamente 600 pacientes con estos fármacos, señaló que el 75% o más de ellos experimentan dificultades para costear el tratamiento. Incluso aquellos con cobertura se enfrentan a copagos de hasta 150 dólares para cada recarga.

“En cada consulta, los pacientes me preguntan: ‘¿Cuánto tiempo podremos mantener este tratamiento? ¿Cuál es el plan si no puedo continuar pagándolo?'”, relató Golden, especialista en medicina de la obesidad con práctica en Watertown, Wisconsin. “Algunos de mis pacientes han tenido que buscar un segundo empleo o retrasar su jubilación para poder seguir costeando la medicación”.

La doctora Angela Fitch, fundadora y directora médica de knownwell, una empresa especializada en pérdida de peso y atención médica, expresó su esperanza de que este acuerdo entre la Casa Blanca y las farmacéuticas represente el primer paso hacia una mayor asequibilidad. “La comunidad de pacientes con obesidad ha enfrentado barreras implacables para acceder a los medicamentos GLP-1, una situación que fundamentalmente se reduce al precio, a pesar de los sólidos datos clínicos que respaldan su eficacia”, afirmó Fitch.

Este acuerdo no solo representa un avance significativo en la lucha contra la obesidad, sino que también establece un precedente importante para la colaboración entre el sector público y la industria farmacéutica en la búsqueda de soluciones sostenibles que equilibren la innovación médica con la accesibilidad económica.

¿Crees que este acuerdo marcará un antes y un después en el tratamiento de la obesidad? Comparte esta noticia en tus redes sociales y descubre más análisis sobre políticas de salud en nuestro sitio.

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Internacional

Jeanine Áñez recupera la libertad en Bolivia

La justicia boliviana revierte la condena de la expresidenta, desatando un nuevo capítulo político y reabriendo viejas heridas.

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De la celda a la calle: Un giro judicial con sabor a déjà vu político

Imaginen la escena: después de más de cuatro años entre rejas, Jeanine Áñez, la expresidenta interina de Bolivia, salió de la prisión de mujeres de Miraflores como si fuera el final de una temporada especialmente dramática de una serie de Netflix, solo que la próxima temporada ya está en producción. El Tribunal Supremo de Justicia decidió anular su condena de una década, básicamente pulsando el botón de “rebobinar” en un caso que tenía más capítulos que Grey’s Anatomy. Su frase, “Es volver a la vida”, sonó a guión de telenovela, pero con la bandera boliviana como accesorio principal y un coro de “Sí se pudo” de fondo que bien pudo ser un trending topic en X (antes Twitter).

La condena original, por eso de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución, venía de esa sesión de la Asamblea Nacional en 2019 que tuvo más controversia que un directo de Ibai Llanos. Fue cuando Evo Morales, después de un mandato que parecía eterno, hizo su exit stage left tras unas protestas letales y unas elecciones que la OEA señaló con el dedo acusador de fraude electoral. El tribunal, en un giro argumental, ahora dictaminó que su proceder estuvo “amparado por un estado de necesidad constitucional”. O sea, lo que para unos fue un golpe de estado, para la justicia fue un “hizo lo que pudo con el WiFi que había”.

Un nuevo juicio y un invitado de piedra en la investidura

Pero, oh sorpresa, la anulación no es un “se acabó el problema”. Es más bien un “reiniciar el nivel”. El máximo tribunal ha ordenado que la expolítica enfrente un juicio político por las muertes ocurridas durante su gestión, un proceso que necesita el visto bueno de dos tercios de la Asamblea Legislativa. Su defensa siempre argumentó que, por ser exmandataria, su lugar de juicio no era una corte ordinaria, sino el hemiciclo. Básicamente, un “ustedes no me pueden juzgar aquí, mi rango es otro”.

La timing de todo esto es más preciso que un reloj suizo. La determinación judicial llega justo tres días antes de la investidura del presidente electo, Rodrigo Paz, quien, en un movimiento de relaciones públicas, ya la invitó a la ceremonia. Su hija, Carolina Ribera, ya ha soltado que es probable que asista, lo que promete una foto más incómoda que un encuentro familiar en Navidad. Este evento marca el fin de casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales, un cambio de ciclo que tiene más giros que un thriller de Harlan Coben.

Mientras sus seguidores celebran, las familias de las víctimas de las protestas de 2019, donde fallecieron 37 personas, han rechazado el fallo con la contundencia de un unboxing de un producto decepcionante. David Inca, su representante, declaró que “en nuestro país no hay justicia”, anunciando que acudirán a organismos internacionales. Una jugada que nos recuerda que, mientras unos cierran ciclos, otros solo ven el comienzo de una nueva batalla legal en cortes foráneas.

Y por si el drama fuera poco, un Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, convocado por la CIDH, repartió responsabilidades de manera igualitaria, señalando a ambos gobiernos, el de Morales y el de Áñez, por la violencia que derivó en “masacres” y “graves violaciones de los derechos humanos”. Un recordatorio de que en esta polarización, a veces, el único consenso es que todos perdieron.

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Internacional

Drones ucranianos golpean refinería rusa en Volgogrado

Una nueva incursión de drones sacude una refinería clave en suelo ruso, mientras la guerra de infraestructuras se intensifica en las sombras.

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Un Nuevo Asalto en la Sombra

En un giro dramático que tensa los nervios de una nación en pie de guerra, vehículos aéreos no tripulados orquestaron un ataque audaz contra una colosal refinería de hidrocarburos en la región de Volgogrado, marcando la segunda embestida en el lapso de un ominoso trimestre. Las autoridades ucranianas, con la frialdad de un jaque maestro, reivindicaron la operación, mientras que al otro lado de la frontera, el silencio oficial se rompía solo para admitir un incendio en una misteriosa instalación industrial, sembrando la semilla de la duda y la incertidumbre. El Estado Mayor general de Ucrania, en un comunicado cargado de intencionalidad, situó el episodio la víspera, desvelando que este complejo no es una instalación cualquiera, sino el gigante indiscutible en la producción de combustibles y lubricantes para todo el Distrito Federal del Sur de Rusia, una bestia industrial que procesa anualmente más de quince millones de toneladas de crudo, arrebatándole a la maquinaria bélica enemiga un vital 5.6% de su capacidad de refinación.

El Telón de Acero de una Guerra Total

Este episodio no es más que un capítulo sangriento en el intercambio diario de golpes que Rusia y Ucrania descargan sobre las infraestructuras energéticas del contrario. Mientras los esfuerzos diplomáticos languidecen sin eco en los campos de batalla, una estrategia de desgaste se libra sin cuartel. El objetivo de Kiev es tan claro como despiadado: estrangular los ingresos que Moscú obtiene de la exportación de petróleo, la savia que financia su invasión a gran escala. Por su parte, el Kremlin despliega una campaña de terror invernal, buscando paralizar la red eléctrica ucraniana para dejar a la población civil a merced del frío y la oscuridad, en lo que los líderes de la capital han denunciado como un intento cínico de convertir el invierno en un arma de destrucción masiva. El presidente Volodymyr Zelenskyy, con la voz cargada de una urgencia feroz, ha revelado que la nación no está sola en esta lucha titánica por mantener la luz encendida, contando con el apoyo de aliados internacionales en una carrera contra reloj para reparar los estragos de los bombardeos.

Pero la batalla no se libra solo en el cielo con drones. En las profundidades del territorio enemigo, saboteadores fantasma, bajo la bandera del grupo ‘Libertad de Rusia’, han ejecutado una operación de una osadía temeraria. Utilizando cócteles Molotov como instrumentos de la rebelión, han infligido el caos en la logística militar rusa, reduciendo a cenizas los sistemas de control de decenas de locomotoras que transportaban pertrechos de muerte. La inteligencia militar ucraniana, la temible GUR, ha dejado caer este anuncio como una bomba, aunque la nebulosa de la guerra impide verificar de forma independiente una hazaña que, de ser cierta, representa una puñalada trapera en el corazón del aparato logístico del invasor. Las autoridades moscovitas, por su parte, han guardado un silencio sepulcral.

El teatro de operaciones se extiende como una mancha de aceite. Ucrania ha descargado su furia sobre tres instalaciones de lubricantes en la ocupada península de Crimea, y ha arrasado una base de almacenamiento y ensamblaje para los letales drones Shahed iraníes en la región oriental de Donetsk. Más al norte, en la región de Kostroma, un ataque aéreo ha alcanzado instalaciones energéticas no identificadas, en lo que fuentes extraoficiales señalan como un asalto a una de las plantas hidroeléctricas más colosales de toda Rusia. El Ministerio de Defensa ruso, en un intento por mostrar fortaleza, ha proclamado la hazaña de sus defensas antiaéreas, afirmando haber derribado setenta y cinco drones en una sola y larga noche de terror. Sin embargo, esta afirmación choca con la cruda realidad que se vive en suelo ucraniano: en la ciudad de Kamianske, un ataque con drones rusos ha segado una vida y ha dejado ocho heridos, destrozando edificios y sembrando el dolor en la región de Dnipropetrovsk. Al mismo tiempo, el ejército ruso continúa su asalto metódico contra la infraestructura ferroviaria ucraniana, causando retrasos, desvíos y un caos calculado en las regiones de Járkiv, Dnipropetrovsk y Zaporiyia, mientras Ukrzaliznytsia, la empresa ferroviaria estatal, lucha por mantener las vías abiertas. La fuerza aérea ucraniana eleva la cifra de la noche: 135 drones de varios tipos lanzados contra su territorio, pintando un cuadro de una contienda que no conoce tregua ni piedad.

Esta no es solo una guerra de trincheras y tanques; es un conflicto multidimensional donde cada cable cortado, cada refinería humeante y cada locomotora calcinada son piezas en un tablero de ajedrez donde el destino de millones pende de un hilo.

¿Crees que el mundo está prestando suficiente atención a esta guerra de desgaste? Comparte este análisis para mantener viva la conversación y explorar más contenidos sobre los frentes ocultos de los conflictos globales.

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