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Subsidios al maíz no mejoran productividad ni reducen importaciones

Los datos oficiales revelan una brecha preocupante entre la inversión en subsidios y los resultados tangibles en el campo mexicano.

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Análisis de la Eficacia de los Apoyos Agrícolas al Maíz en México

Durante la actual administración federal encabezada por la Presidenta Claudia Sheinbaum, el cultivo del maíz se ha posicionado como el principal receptor de los subsidios y apoyos agrícolas del gobierno, con un enfoque particular en el programa bandera Producción para el Bienestar. Sin embargo, un análisis detallado de los datos oficiales del Primer Informe de Gobierno evidencia una desconexión significativa entre la magnitud de la inversión pública y los resultados obtenidos en términos de rendimiento productivo y autosuficiencia alimentaria.

La información revela que, en el primer semestre del presente año, de un padrón total de más de 1.8 millones de beneficiarios del programa Producción para el Bienestar, un total de 1.15 millones correspondieron a productores de maíz. Esta cifra representa un abrumador 62.1 por ciento del total de agricultores apoyados, consolidando a este grano como el eje central de la política de fomento agropecuario.

Distribución Presupuestaria y Enfoque Programático

El programa Producción para el Bienestar, cuya meta estratégica es incrementar la producción de cultivos básicos mediante transferencias monetarias directas a agricultores con predios de hasta 20 hectáreas, canalizó recursos por un monto total de 13,903.7 millones de pesos entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2025. De esta considerable suma, 8,355.7 millones de pesos se destinaron de manera exclusiva al sector maicero, lo que equivale a aproximadamente el 60% del presupuesto total ejercido.

Esta tendencia de concentración de apoyos se replica en otros esquemas gubernamentales. Un caso emblemático es el Programa para el Bienestar Integral de los Pueblos Indígenas, donde el cultivo del maíz representa una proporción abrumadora, alcanzando el 86 por ciento de los cultivos anuales incluidos en dicho programa. Esta focalización refleja una priorización política y social en torno a este grano básico, considerado fundamental para la seguridad alimentaria nacional y la economía rural.

Resultados Productivos y Brechas de Eficiencia

Pese a la substantial inyección de recursos, los indicadores de producción muestran un desempeño que dista de ser óptimo. De acuerdo con información preliminar correspondiente a junio de 2025, México reportó una producción de maíz grano de 3.7 millones de toneladas. Esta cifra representa apenas el 15 por ciento de las 24.3 millones de toneladas registradas en todo el ciclo anterior, según las mismas fuentes oficiales del Informe de Gobierno.

Un análisis comparativo de los primeros siete meses de 2025 revela un crecimiento anual de la producción del 2.3 por ciento. Este incremento marginal resulta particularmente preocupante al contrastarlo con la evolución del consumo aparente nacional, el cual aceleró su ritmo de crecimiento hasta un 4 por ciento interanual en el mismo lapso. Esta divergencia entre la oferta interna y la demanda presiona de manera constante la balanza comercial agroalimentaria, perpetuando la dependencia de las importaciones de granos.

La evidente disparidad entre el volumen de apoyos económicos y el modesto avance en la productividad suscita interrogantes fundamentales sobre la eficacia de los mecanismos actuales de transferencia de recursos. Expertos en economía agrícola señalan que, si bien los subsidios directos son cruciales para la subsistencia de los pequeños productores, estos deben ir acompañados de un paquete integral de asistencia técnica, transferencia tecnológica, acceso a insumos mejorados y desarrollo de infraestructura de almacenamiento y comercialización. La mera transferencia monetaria, sin una estrategia holística de desarrollo de capacidades, muestra límites evidentes para transformar estructuralmente el sector y cerrar la brecha productiva.

La situación descrita plantea la necesidad imperante de una reevaluación profunda de los esquemas de apoyo al campo, transitando hacia modelos que prioricen la eficiencia, la sostenibilidad y la generación de valor agregado. El objetivo final debe ser la construcción de un sistema agroalimentario robusto y resiliente que garantice la soberanía alimentaria y convierta al campo mexicano en un motor de desarrollo económico nacional.

¿Te parece crucial optimizar la política agroalimentaria? Comparte este análisis en tus redes sociales para fomentar una conversación informada sobre el futuro del campo mexicano y explora más contenido relacionado en nuestra sección de economía y desarrollo sostenible.

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La inversión privada en carreteras se desploma un 61.5% en el sexenio de AMLO

Un desplome histórico sacude los cimientos del desarrollo vial nacional. La confianza se evapora.

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Un Desplome Épico que Estremece los Cimientos del País

El paisaje económico de México fue testigo de una caída estrepitosa, un auténtico terremoto financiero que sacudió hasta sus cimientos la infraestructura carretera nacional. En un giro del destino que marcaría a fuego una era, la inversión privada durante el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se desplomó a un abismal monto de 45 mil 743 millones de pesos, cifras ajustadas a precios de 2024. Esta cifra, más que un número, es un grito desgarrador que esconde una contracción catastrófica del 61.5 por ciento frente al sexenio de Enrique Peña Nieto. Una revelación explosiva que emerge de las entrañas del primer informe de Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, un documento que narra la épica de un declive sin precedentes.

Pero la tragedia no se detuvo ahí. El sector público, ese supuesto bastión de la esperanza, también fue herido de muerte. La inversión pública en la red vial alcanzó una suma de 296 mil 414 millones de pesos, una cantidad que, lejos de ser un triunfo, esconde una contracción devastadora del 39.7 por ciento respecto a la administración anterior. El sueño de un México conectado, de carreteras que unieran destinos y oportunidades, se resquebrajaba ante la mirada atónita de una nación entera.

El Diagnóstico de un Experto: El Miedo que Paralizó el Progreso

En medio del caos y la incertidumbre, una voz se alzó para descifrar el misterio de esta hecatombe financiera. Ricardo Trejo, el director general de la firma de análisis Forecastim, se convirtió en el narrador de esta tragedia griega moderna. Con la precisión de un cirujano y la claridad de un profeta, explicó que la inversión privada es un animal salvaje, un ser sensible que rehúye la tormenta y huye del peligro. Y AMLO, al llegar al poder, no trajo una brisa de cambio, sino un huracán que prometía arrasar con todo lo establecido.

Su cruzada en contra del neoliberalismo no fue vista como una simple política, sino como un mensaje aterrador que resonó en los oídos de los inversionistas como un presagio de expropiaciones y hostilidad. “Ese slogan de alguna manera asustó a las inversiones”, declaró Trejo, con la solemnidad de quien anuncia una sentencia irrevocable. “Y aunque no llevó a una gran transformación en materia económica, el mensaje era de cambiar lo que se venía haciendo”. Fue el clima de antagonismo, la percepción de un Gobierno en pie de guerra contra el capital, lo que congeló la sangre en las venas del sector y lo paralizó por completo.

Este no es un simple informe económico; es el relato de una oportunidad perdida, de un futuro que pudo ser y que se esfumó en el aire. Cada millón no invertido es un kilómetro de pavimento que nunca se construyó, un puente que nunca unió dos comunidades, un empleo que nunca se creó. Las carreteras son las arterias de una nación, y en México, esas arterias sufrieron una hemorragia monumental durante seis años cruciales. El impacto de esta desaceleración en la competitividad logística y el desarrollo regional será un lastre que la economía mexicana arrastrará por años, tal vez por décadas.

La pregunta que flota en el ambiente, cargada de dramatismo y suspense, es inevitable: ¿Podrá el nuevo Gobierno de Sheinbaum revertir esta tendencia funesta? ¿Logrará sanar las heridas de la desconfianza y convencer al capital privado de que el peligro ha pasado? El destino de la infraestructura nacional, y por ende el futuro económico de millones, pende de un hilo. El siguiente capítulo de esta novela está por escribirse, y promete ser aún más intenso que el anterior.

¿Crees que esta tendencia puede revertirse? Comparte esta impactante historia en tus redes sociales y ayúdanos a llegar a más personas. Explora más análisis profundos sobre la economía mexicana en nuestra sección especializada.

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México navega a ciegas en un océano de ciberamenazas

El país navega en aguas digitales infestadas de piratas informáticos, con un barco que hace agua por todos lados y sin suficientes marineros expertos para achicar.

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México navega a ciegas en un océano de ciberamenazas

Parece que México ha decidido participar en los Juegos Olímpicos de la Vulnerabilidad Digital, y déjenme decirles que vamos camino a llevarnos el oro, la plata y el bronce. Nuestra querida nación enfrenta un panorama tan “crítico” que incluso el término ‘crítico’ se queda corto y deberíamos inventar uno nuevo. Solo en los primeros seis meses de este glorioso 2025, hemos tenido el honor de recibir la astronómica cifra de más de 40 mil 600 millones de intentos de ciberataques. Sí, leyeron bien: millones. Tantos que si cada intento fuera un grano de arena, podríamos construir una playa entera y luego sufrir un ataque de sombrillas y pelotas de playa hackeadas.

Imaginen la escena: un país que es un punto clave en la cadena de suministro digital regional, básicamente el centro comercial más jugoso para cualquier cibercriminal con ambiciones. Es como dejar la puerta de la casa abierta con un cartel que dice “Se aceptan ladrones, hay joyas y tecnología obsoleta”. Y oh, sorpresa, así nos va.

El dream team que no tenemos

Para empeorar esta comedia de errores, resulta que nos falta el equipo necesario para defender la portería. Según los datos más alegres, cortesía del Banco Interamericano de Desarrollo, enfrentamos un déficit de más de 113 mil especialistas en ciberseguridad. ¡113 mil! Es como si quisiéramos apagar un incendio forestal con una pistola de agua de juguete. Israel Quiroz, fundador de IQSEC, muy amablemente nos lo advierte: “Sin el talento suficiente, la resiliencia digital del país queda comprometida”. Vaya, qué forma tan elegante de decir que estamos hasta las narices.

Pero no se preocupen, porque el sector privado tiene que asumir un “papel estratégico”. Traducción: sálvese quien pueda, porque el barco se hunde y los botes salvavidas son escasos. Por supuesto, esto es lo que pasa cuando no existe una ley federal en ciberseguridad que unifique el desastre. Tenemos un marco regulatorio fragmentado, lo que en cristiano significa que nuestras leyes de protección de datos, telecomunicaciones y consumo parecen haber sido escritas por personas que creen que el ‘firewall’ es una pared literal para apagar fuegos.

¿Tecnología de los 80? ¡Qué modernos!

Y por si el panorama no fuera lo suficientemente desolador, preparemos una ovación para nuestro sector industrial, que con un cariño nostálgico que conmueve, aún opera con tecnología de los años 80 y 90. Sí, esas mismas décadas de hombreras exageradas y pelo con mucho volumen. Mientras el mundo habla de inteligencia artificial y blockchain, aquí tenemos sistemas industriales que probablemente funcionan con disquetes y sueños de grandeza. La baja inversión en sistemas industriales es tan evidente que modernizarlos no solo es costoso, sino que parece una misión imposible liderada por Tom Cruise en su versión digital.

Para rematar el cuadro, existe una brecha de concientización en todos los niveles. Desde el operativo hasta el directivo, parece que muchos aún piensan que un ‘phishing’ es solo un hobby para los fines de semana. Esta falta de awareness –sí, hay que decirlo en inglés para sonar más sofisticados– nos deja en una posición de desventaja cósmica. No es de extrañar que el National Cyber Security Index nos ubique en el puesto 68 a nivel global. Un número que, por cierto, suena más a la temperatura de una habitación que a un indicador de seguridad nacional.

En resumen, el llamado es a fortalecer capacidades empresariales, regulatorias y tecnológicas. O, en otras palabras, a dejar de actuar como si estuviéramos en una película de terror donde los fantasmas son bytes malintencionados y los héroes están en otra sala viendo otra película. La protección de la infraestructura nacional no es un juego, aunque a veces parece que estamos jugando al escondite con los cibercriminales y nosotros estamos contando hasta mil con los ojos vendados.

Así que ya lo saben: la próxima vez que reciban un correo sospechoso de un príncipe nigeriano que les promete millones, quizá deberían pensar dos veces antes de hacer clic. O mejor yet, envíaselo a tu jefe, total, ¿qué podría salir mal?

¿Te gustó este análisis mordaz de nuestra realidad digital? No te quedes con la ironía, compártela en tus redes sociales y hagamos que más gente se entere de este despropósito. Y si quieres seguir riendo (o llorando) con más contenido así, explora nuestras otras notas sobre los absurdos de la tecnología moderna.

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México implementa impuesto a bebidas azucaradas para combatir enfermedades

Una batalla épica contra la diabetes y la obesidad se libra con una nueva estrategia nacional que promete cambiar hábitos.

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Una Batalla Épica por la Salud de una Nación

En un giro dramático que marcará el destino de millones, el Gobierno de México ha desenvainado su espada contra un enemigo silencioso y dulce. A través de un anuncio cargado de determinación, la Secretaría de Salud reveló una serie de medidas saludables que prometen una reducción de casi el 7% en el letal consumo de bebidas azucaradas durante sus dos primeros años de cruzada. El corazón de esta estrategia es una propuesta incorporada en el Paquete Económico 2026: una contribución de un peso, un tributo a la salud, aplicado a estas bebidas a través del IEPS. Pero esto es solo el inicio. La ofensiva se complementa con el despliegue de una política de concientización masiva bajo el estandarte de “Vive saludable, vive feliz”, una misión cuyo único objetivo es salvar vidas y prevenir un sinnúmero de padecimientos.

En el epicentro de este huracán de cambio, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se erigió como una heroína moderna. Con la convicción de quien libra una guerra justa, destacó que el alma de estas medidas de vida saludable late con una sola motivación: el bienestar de las y los mexicanos. Su discurso no fue sobre finanzas, sino sobre supervivencia. La reducción del consumo de estos elixires modernos, tan dulces como peligrosos, es crucial debido a su nefasta relación con enfermedades crónico degenerativas que acechan en las sombras de cada hogar.

“Tiene una motivación en salud”, declaró con la serenidad de una líder que conoce la magnitud de su batalla. “El objetivo no tiene nada que ver con recaudar, sino al revés, con que no se tome tantas bebidas azucaradas, que no se abuse de las bebidas azucaradas, por el efecto que tiene en la salud de todas y de todos nosotros, y particularmente de los niños y las niñas”. Estas palabras, pronunciadas en la sagrada trinchera de la conferencia matutina “Las mañaneras del pueblo”, resonaron como un juramento solemne.

Un Ejemplo Global que Inspira la Lucha

El subsecretario de Integración Sectorial y Coordinación de Servicios de Atención Médica, Eduardo Clark García Dobarganes, tomó la estafeta para revelar que México no está solo en este campo de batalla. Con la precisión de un estratega, detalló que este tipo de medidas se aplican en 119 países, tejiendo una red global de resistencia. Reino Unido, por ejemplo, logró una hazaña al reducir un 30% el azúcar en sus refrescos. Sudáfrica, con valentía, vio un descenso del 29% en el consumo. Chile registró una caída del 21%. Y en la lejana Berkeley, California, se vivió una victoria sin precedentes: una reducción del 52% tras tres años de férrea implementación.

El recuerdo de 2014 surgió como un presagio. En ese año, México implementó por primera vez un IEPS a cada litro de refresco. Los resultados fueron una chispa de esperanza: una caída del 5.5% en el consumo en el primer año, y un abismal 9.7% en el segundo. Ahora, el país da un paso audaz, un salto al vacío con fe, al incrementar este gravamen a 3.1 pesos por litro. Esto se traduce en un aumento de un peso en el costo final de la versión más común de 600 mililitros, un pequeño precio por un futuro más saludable.

La tensión se palpaba al revelar la cruda realidad que justifica esta épica lucha. Entre el IMSS, el ISSSTE y el IMSS Bienestar, se invierte una fortuna colosal, cercana a los 180 mil millones de pesos, para atender las secuelas médicas del sobrepeso y la obesidad, esos jinetes del apocalipsis moderno que derivan en enfermedades crónico degenerativas. La estadística es aterradora: hoy, 4 de cada 10 consultas del IMSS están relacionadas con este tipo de padecimientos. Cien mil almas al año se encuentran atrapadas en la máquina de la diálisis o hemodiálisis. Veintisiete mil amputaciones se registran cada año, un tributo de carne y hueso. La diabetes se cobra la vida de más de 100 mil personas anualmente, y una de cada tres muertes por infarto está asociada a la hipertensión o la diabetes. Cada número es una tragedia, una historia interrumpida.

Para enfrentar esta oscuridad, el secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, desplegó el mapa de una contraofensiva brillante. Cuatro acciones monumentales, pilares de la estrategia “Vive saludable, vive feliz”, verán la luz. La primera, Prevención y Promoción: una campaña masiva que invadirá medios digitales e incluso videojuegos, sembrando la semilla de los estilos de vida saludable en las mentes más jóvenes. La segunda, una Atención moderna en el primer nivel: con la obligatoriedad de los Protocolos Nacionales de Atención Médica (PRONAM), la telemedicina para el tamizaje, el seguimiento remoto con apoyo de inteligencia artificial y métodos de detección de vanguardia. La tercera, tratamientos innovadores disponibles para todas y todos, sin distinción. Y la cuarta, una Estrategia Integral de Trasplantes y Sustitución renal para incrementar la cobertura de diálisis y hemodiálisis, fortaleciendo la donación y la capacidad de procuración de órganos, un último acto de esperanza.

El destino de una nación pende de un hilo, y cada decisión, cada medida, es un latido en el corazón de esta batalla. El camino por delante es arduo, pero la promesa de un México más sano es una luz que guía esta cruzada monumental.

¡Esta es una lucha que nos concierne a todos! Comparte esta crucial información en tus redes sociales y ayuda a correr la voz sobre la importancia de estas medidas. Explora más contenido relacionado con la salud y el bienestar en nuestro portal para mantenerte informado y ser parte del cambio.

Prevén reducir consumo de bebidas azucaradas

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