Un crimen que conmociona a Michoacán

El municipio de Tacámbaro, en el estado de Michoacán, fue escenario de un hecho violento que terminó con la vida del alcalde Salvador Bastida García, conocido popularmente como “Chavo Bastida”, y su escolta, el oficial de la Guardia Civil Pastor Cortez Álvarez. Según el informe preliminar de la Fiscalía General del Estado (FGE), el ataque ocurrió cerca de la medianoche del jueves, cuando el edil llegaba a su domicilio en la colonia Centro.

Detalles del ataque

Los agresores interceptaron la camioneta doble cabina donde viajaba el presidente municipal y su escolta, disparando contra ellos en repetidas ocasiones. El oficial Cortez Álvarez perdió la vida en el acto, mientras que Bastida García fue trasladado con urgencia al Hospital María Zendejas, donde falleció horas más tarde a causa de las heridas de bala. La FGE destacó que se activaron de inmediato los protocolos de investigación, incluyendo el levantamiento de indicios en el lugar y la necropsia de ley en el Servicio Médico Forense (SEMEFO).

El Ayuntamiento de Tacámbaro emitió un comunicado expresando su dolor por la pérdida y llamando a la unidad comunitaria: “Este trágico suceso nos deja en un estado de tristeza y reflexión. Tacámbaro ha sido un municipio tranquilo, y juntos, con fortaleza, continuaremos trabajando por la paz”. Cabe destacar que Bastida García fue postulado por la coalición Morena-PT-PVEM y era reconocido por su labor en proyectos sociales.

Implicaciones y contexto

Este crimen se suma a una serie de ataques contra funcionarios públicos en México, especialmente en regiones con presencia de grupos delictivos. Michoacán, por su ubicación estratégica y conflictos territoriales, registra altos índices de violencia. Expertos en seguridad señalan que este tipo de eventos reflejan la vulnerabilidad de las autoridades locales y la necesidad de reforzar esquemas de protección.

La FGE aseguró que se han emprendido acciones para esclarecer los hechos y detener a los responsables. Sin embargo, no se han proporcionado detalles sobre posibles móviles o grupos involucrados. Organizaciones civiles han exigido una investigación transparente, subrayando que la impunidad en casos similares alimenta la escalada de violencia.

Reacciones y solidaridad

El asesinato ha generado condolencias a nivel estatal y nacional, incluyendo mensajes de gobernadores y líderes políticos. La comunidad de Tacámbaro realizó una vigilia espontánea en la plaza principal, donde colocaron velas y flores en memoria del alcalde y su escolta.

¿Qué sigue? Las autoridades enfrentan el desafío de garantizar seguridad a los funcionarios y restaurar la confianza ciudadana. Este caso evidencia la urgencia de políticas integrales que combatan no solo el crimen organizado, sino también las redes de corrupción que lo sostienen.

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De fiscal a ministra: el ascenso de una mujer que no teme al sistema

Si la vida fuera un meme, Sara Irene Herrerías Guerra sería ese GIF de *”¿Cómo llegué aquí?”* con fondo de violines dramáticos. Pero no, amigos, esta licenciada en Derecho por la UNAM, maestra en Criminología y doctora en Ciencias Penales (sí, es de esas que colecciona títulos como si fueran NFTs) acaba de colarse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación como la novena más votada. Más de 3.2 millones de votos la respaldan, lo que equivale a aproximadamente el 80% de los seguidores de Bad Bunny en México. ¿Casualidad? No lo creo.

El respaldo inesperado (y un poco incómodo)

Aquí el plot twist: el hijo del expresidente AMLO publicó en mayo que su voto iría con *”mujeres y hombres comprometidos con la justicia social”*… y adivinen quién estaba en su lista. Sara Irene, la misma que desde 2019 es fiscal especializada en Derechos Humanos de la FGR. ¿Ironía? Quizá. ¿Estrategia política? Totalmente. Pero ojo, ella no es nueva en esto. Antes de ser fiscal, fue subprocuradora en la extinta PGR (RIP) y hasta coordinó proyectos contra la violencia infantil. Vamos, que si esto fuera *Game of Thrones*, ella sería la Tyrion Lannister del sistema judicial mexicano: pequeña en estatura, grande en estrategia.

Su carrera es tan larga que parece el currículum de alguien que hackeó el sistema: desde secretaria Proyectista en el Tribunal Superior de Justicia (1994-2008) hasta directora de programas en la CNDH, pasando por fiscal especializada en violencia contra mujeres. O sea, la clase de persona que te hace sentir que desperdiciaste tus 20’s viendo Netflix.

Justicia “para humanos”, no solo para abogados

Lo más refrescante de Herrerías es su discurso: quiere que la justicia sea *confiable y entendible*, como si fuera un tutorial de TikTok y no un laberinto burocrático. *”Todas las personas siendo oídas”*, dice. Traducción millennial: *”Que nadie se quede en visto”*. Su enfoque en derechos humanos y justicia social la diferencia de la típica figura judicial que habla en códigos legales incomprensibles. ¿Será este el inicio de una Corte menos *”señores con toga”* y más *”hola, explíquenme su caso como si tuviera 5 años”*?

Eso sí, no todo es miel sobre hojuelas. Algunos critican su cercanía con administraciones pasadas (ejem, Osorio Chong, ejem, Mancera), pero en un país donde la política es un reality show, ¿quién no tiene un esqueleto en el clóset? Al menos los suyos están bien vestidos con trajes de lucha por los derechos humanos.

Lo que sigue es ver si su llegada a la SCJN realmente cambia algo o si termina siendo otro personaje en el teatro de la justicia mexicana. Pero por ahora, celebremos que alguien con su trayectoria —y sin miedo a hablar claro— llegue al máximo tribunal. Porque, seamos honestos, después de años de noticias judiciales deprimentes, esto es como un capítulo de *She-Hulk: Defensora de Derechos*… pero en la vida real.

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Cuando las olas se llevan más que turistas

Ah, el mar. Ese lugar idílico donde uno va a relajarse y, si tiene mala suerte, a convertirse en el protagonista involuntario de un drama institucional. Así le pasó a Amaury Yasser Shazan Reyes, un joven de 35 años que decidió que un chapuzón en Zipolite era buena idea… hasta que una ola pensó lo contrario. Desde entonces, su familia no solo lucha contra la angustia, sino contra la maquinaria burocrática que parece más interesada en posar para la foto que en buscar a un ser humano.

Las autoridades: entre el “ya viene” y el “eso no es mi departamento”

En una carta abierta (porque, claro, las cerradas las archivan sin leer), la familia le suplicó a Claudia Sheinbaum que, por favor, les hiciera el favor de hacer su trabajo. Sí, esa misma Sheinbaum que prometió eficiencia y sensibilidad humana. Porque hasta ahora, las autoridades han demostrado tanto interés en encontrar a Amaury como un gato en un baño de agua fría. “Vinieron, sonrieron a la cámara y se fueron”, denunció Christopher Shazam Reyes, el hermano de la víctima, quien probablemente no esperaba que el protocolo de rescate incluyera tantas sesiones fotográficas y tan pocos resultados.

¿Y qué dice el gobierno? Bueno, entre líneas, parece que insinúan que Amaury tuvo la mala educación de ahogarse sin permiso. Porque, según algunos funcionarios, el pobre hombre tiene algo de culpa en esto. ¡Vaya consuelo! Nada como revictimizar a una familia desesperada para que se sientan realmente apoyados, ¿no?

Turistas nacionales: ciudadanos de segunda en su propio país

Aquí viene lo mejor: la familia acusa discriminación. Sí, porque al parecer, si eres turista nacional, tu desgracia vale menos. “¿Acaso ser mexicano y vacacionar en nuestro propio país es motivo para ser tratados con indiferencia?”, pregunta Christopher, con una ironía que duele más que un golpe de ola. Mientras tanto, Protección Civil, la Secretaría de Turismo y el Gobierno de Oaxaca parecen estar en una competencia de quién hace menos. ¡Y van ganando!

La carta termina con un llamado desesperado: “Cada minuto cuenta”. Pero, claro, cuando el reloj corre en contra de un ciudadano común, las instituciones parecen moverse al ritmo de un sloth con resaca. La familia pide respeto, apoyo real y, sobre todo, que dejen de fingir que están ayudando. Porque, al final, lo único que flota en este caso es la hipocresía.

¿Qué sigue? ¿Otro comunicado lleno de promesas vacías? ¿O finalmente alguien hará algo más que publicar un tuit con condolencias genéricas? Mientras tanto, la familia espera… porque, al parecer, eso es lo único que les queda.

¿Te indigna esta situación? Comparte esta nota y exige que las autoridades actúen. Porque mañana, cualquiera de nosotros podría ser el siguiente en esperar una ayuda que nunca llega.