El Kremlin denunció el viernes la “eliminación de rivales políticos” en Estados Unidos, después de que Donald Trump fuese declarado culpable este jueves en su juicio penal en Nueva York, a cinco meses de las elecciones presidenciales.
“Es evidente que está en marcha una eliminación de rivales políticos por todos los medios legales e ilegales posibles”, declaró a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
El jueves, el expresidente republicano, que aspira a volver a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, fue juzgado culpable de los 34 cargos presentados en su contra por falsificación de documentos contables, a fin de esconder un pago destinado a silenciar a la exactriz de cine para adultos, Stormy Daniels.
El republicano, que fue dejado libre sin fianza tras la audiencia, podría ser condenado a cuatro años entre rejas por cada cargo, pero lo más probable es que reciba la libertad condicional. Aun así, Trump no está impedido de continuar su batalla para desbancar al presidente Joe Biden en la cita electoral de noviembre.
La pena será pronunciada el 11 de julio por un juez del tribunal de Manhattan, y uno de sus abogados, Todd Blance, dijo que apelarán lo antes posible. En el pasado, Donald Trump manifestó su admiración por el presidente ruso Vladimir Putin.
El exmandatario, en campaña desde hace meses, no ha dejado de criticar a la OTAN, que apoya a Kiev frente al ejército ruso desde hace más de dos años, y ha afirmado en varias ocasiones que si es electo será capaz de poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania. Oficialmente, Putin ha dicho que prefiere ver a Joe Biden en la Casa Blanca, lo que según muchos observadores estadounidenses significa exactamente lo contrario.
Además del juicio en Nueva York, Trump enfrenta otros tres procesos penales con acusaciones más graves relacionadas con sus intentos de revertir los resultados de la elección que perdió ante Joe Biden en 2020 y por el manejo de documentos clasificados que se llevó a su casa tras dejar la Casa Blanca. Pero no se espera que estos casos avancen a la fase de juicio antes de la elección en noviembre.
Lo que para cualquier político significaría la tumba, Trump lo ha transformado en una medalla de honor, comparándose con prisioneros políticos históricos como Nelson Mandela y usando estos escándalos para reforzar ante sus seguidores la teoría de la conspiración según la cual existe un “Estado profundo” que busca coartarle la libertad.
Biden, por el contrario, ha intentado que los problemas judiciales de Trump no se conviertan en un tema de campaña. Y como presidente evita dar munición a los republicanos que lo acusan de intervenir en el sistema judicial.