Una gigantesca y arriesgada operación logró rescatar el sábado a los últimos pasajeros que permanecieron 23 horas encerrados en un teleférico, suspendido en el aire tras la caída de un poste en una estación balnearia de Turquía.
El accidente, ocurrido poco antes de las 17:30 del viernes en las alturas de la gran localidad costera de Antalya, dejó un muerto y 10 heridos, según el ministro turco de Sanidad, Fahrettin Koca. Una de las cabinas del teleférico Sarisu Tünektepe, golpeada por el poste, se rompió, y sus pasajeros cayeron a una zona rocosa.
Otros 174, entre ellos niños, fueron evacuados “con éxito” tras una “operación muy peligrosa”, anunció el sábado Okay Memis, director de la agencia pública turca de gestión de catástrofes (Afad). Memis precisó que “este accidente se produjo a raíz de la rotura de un mecanismo situado en lo alto del mástil de un teleférico”, posiblemente un tornillo.
Según las autoridades, se enviaron al lugar 10 helicópteros y más de 600 socorristas. Se dictaron órdenes de detención contra 13 personas, incluidos funcionarios de la empresa que explota el teleférico, en el marco de una investigación destinada a determinar las causas del accidente, anunció el ministro turco de Justicia, Yilmaz Tunç.
“El incidente se produjo por insuficiencia y corrosión de las fijaciones en los puntos de conexión de las torres de soporte del teleférico”, explicó Tunç en X, señalando también el mal estado de los sistemas de poleas.