La cuenta atrás para el lanzamiento de la nueva cápsula espacial Starliner de Boeing en su vuelo inaugural de prueba con tripulación se interrumpió el sábado y se aplazó por al menos 24 horas.
El primer viaje del CST-200 Starliner con dos astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) ha sido muy esperado y retrasado, en un momento en que Boeing trata de hacerse con una mayor parte del lucrativo negocio de la NASA, ahora dominado por SpaceX, de Elon Musk.
El primer intento de Boeing de enviar un Starliner sin tripulación a la estación espacial en 2019 fracasó debido a fallos de software y de ingeniería. Un segundo intento en 2022 tuvo éxito, allanando el camino a los esfuerzos para poner en marcha la primera misión de prueba tripulada.
La cuenta atrás del 6 de mayo se interrumpió apenas dos horas antes del lanzamiento por un fallo en una válvula de presión de la etapa superior del Atlas, a lo que siguieron semanas de retrasos causados por otros problemas de ingeniería, ya resueltos, en el propio Starliner.
La cápsula estaba lista para despegar del Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida sobre un cohete Atlas V suministrado por United Launch Alliance, una empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin.
El aplazamiento se anunció durante una transmisión en directo por Internet de la NASA.