En 2023, al menos 22 mujeres fueron ejecutadas, el número más alto en la última década; las más recientes ejecuciones ocurrieron este sábado.
Siete personas, incluidas dos mujeres, fueron ahorcadas en Irán el sábado, en un momento en que la República Islámica intensifica el uso de la pena de muerte con fines políticos, según la ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega.
Parvin Musavi, de 53 años y madre de dos hijos, fue ahorcada en la prisión de Urmia, en el noroeste de Irán, junto a cinco hombres, todos ellos condenados por tráfico de drogas, afirmó IHR en un comunicado. En Nishapur, en el este del país, una mujer de 27 años, identificada como Fatemeh Abdulahi, fue ahorcada por el asesinato de su marido, que también era su primo.
IHR informa que en lo que va de año se han contabilizado 223 ejecuciones, de las cuales al menos 50 ocurrieron en mayo, tras una aceleración de las ejecuciones después del fin del año nuevo persa y del Ramadán en abril.
Irán es uno de los países que más recurre a la pena capital junto a China y Arabia Saudita. Las ejecuciones en la República Islámica se llevan a cabo por ahorcamiento. Irán ejecuta a la mayor cantidad de mujeres del mundo, según grupos de derechos humanos, que afirman que muchas de ellas son víctimas de matrimonios forzados o abusivos.
En 2023, al menos 22 mujeres fueron ejecutadas, el número más alto en la última década, informan las ONG. IHR afirmó que Musavi había estado detenida durante cuatro años antes de su ejecución.
La organización también advierte que un hombre perteneciente a la comunidad judía iraní, que se ha reducido notablemente en los últimos años pero sigue siendo la más grande de Oriente Medio fuera de Israel, corre el riesgo de una ejecución inminente. Arvin Ghahremani, de 20 años, fue condenado a muerte por asesinato durante una pelea callejera cuando tenía 18 años y su ejecución está prevista para el lunes.
