Tras haber anunciado su renuncia el pasado 11 de marzo, el cuestionado primer ministro Ariel Henry oficializó su partida mediante una carta, expresando su agradecimiento al pueblo haitiano por la oportunidad de servir al país con integridad y honor. En respuesta a la crisis de violencia pandillera y con el objetivo de restaurar el orden en Haití, los nueve miembros del Consejo Presidencial de Transición prestaron juramento este jueves en el Palacio Nacional, según informó un responsable de partido político.
La ceremonia de juramentación, acompañada por una fanfarria, fue un paso significativo en el proceso de transición hacia un nuevo gobierno interino, designado el miércoles. El país caribeño, que ha experimentado una escalada de violencia desde finales de febrero, enfrenta desafíos urgentes relacionados con el control de pandillas y la seguridad pública.
Las bandas criminales, que ejercen un dominio considerable en la capital haitiana, han perpetrado una serie de ataques contra instituciones gubernamentales, provocando desplazamientos internos masivos y exacerbando la crisis humanitaria en el país. Según Naciones Unidas, cientos de miles de haitianos han sido desplazados y millones se enfrentan a una situación de hambruna aguda.
Henry, quien asumió el liderazgo del país tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, aceptó renunciar en favor del Consejo de Transición para facilitar la estabilidad y el proceso democrático. La formación de estas nuevas autoridades fue confirmada después de prolongadas negociaciones y desacuerdos con el gobierno saliente.
Ahora, el Consejo enfrenta el desafío de designar un nuevo primer ministro y trabajar hacia la celebración de elecciones democráticas, previstas para febrero de 2026. Sin embargo, persisten incertidumbres sobre cómo responderán las pandillas a este cambio de liderazgo y si el Consejo logrará alcanzar un consenso efectivo en medio de las tensiones políticas y sociales en el país.
