Deportes
Netflix noquea a la TV abierta con la pelea Canelo vs Crawford
La plataforma de streaming da un golpe maestro al arrebatar el evento pugilístico del año a las televisoras tradicionales.

Netflix se pone los guantes: adiós a la televisión tradicional
Saúl “Canelo” Álvarez, nuestro héroe pugilístico que ya tiene más fechas fijas en el calendario mexicano que la Candelaria, repite la jugada. Como si fuera una tradición tan predecible como el pozole del 15 de septiembre, el tapatío ha decidido que este año volverá a hacer vibrar a todo el país con sus puños, aunque esta vez, con un giro argumental que ni el mejor guionista de Netflix hubiera podido imaginar.
Tras su polémica función en tierras árabes contra William Scull (una pelea que dejó más dudas que un examen de álgebra), el de Jalisco se alista para cerrar el año con broche de oro, o de diamantes, quién sabe. Su rival nada más y nada menos que Terence Crawford, un tipo que pega tan duro que hasta los memes en internet le tienen respeto. La expectativa está por las nubes, pero el verdadero knockout se lo acaba de dar Netflix a las televisoras tradicionales.
El round en el que TV Azteca y Televisa quedaron en la lona
Resulta que ya nos habíamos acostumbrado a que las noches de boxeo del Canelo eran sinónimo de sintonizar TV Azteca o Televisa. Era casi un ritual: preparar las botanas, juntarse con la familia o los cuates y disfrutar del espectáculo con el clásico retrasito de la señal abierta. Para las televisoras, esto significaba una inyección millonaria en publicidad, un negocio tan redondo como un jab directo del propio Canelo.
Incluso, en un acto de cooperación que nos hizo creer en la paz mundial, Televisa y TV Azteca se habían unido en los últimos combates para compartir los derechos de transmisión. Todo era miel sobre hojuelas hasta que… ¡bam! Netflix apareció en el ring con una bolsa llena de dinero que hizo que todos se quedaran mirando a lo Michael Scott de The Office.
El equipo de Saúl Álvarez simplemente no llegó a un acuerdo con ninguna de las dos televisoras y, en su lugar, aceptó una oferta estratosférica de la plataforma de streaming. Así es, mis amigos. Para ver esta pelea no bastará con tener una antena o el canal 5 o 7. Ahora toca suscribirse a Netflix, lo que básicamente significa que tendremos que elegir entre ver al Canelo o seguir viendo Stranger Things. Decisiones difíciles.
Un cambio de paradigma que duele más que una golpe en el hígado
Las televisoras lo intentaron, de verdad. Se rumoraba que both Televisa and TV Azteca movieron sus fichas para negociar y llevarse uno de los eventos deportivos más lucrativos del año. Pero la respuesta fue un no rotundo, ni siquiera con transmisión en diferido. Ni modo, a veces el dinero habla más fuerte que la tradición.
Ahora, los aficionados tendrán que dirigirse al Allegiant Stadium de Las Vegas desde la comodidad de su pantalla favorita, con su cuenta de Netflix activa y, probablemente, con un suspiro de nostalgia por aquellos tiempos en los que el boxeo era un evento gratuito que unía a las familias mexicanas. El deporte está cambiando, y con él, las reglas del juego mediático.
Netflix, por su parte, sigue demostrando que no solo quiere quedarse con nuestras series y películas, sino también con nuestros deportes. ¿Qué será lo siguiente? ¿Transmitirán las finales del fútbol mexicano o hasta los Juegos Olímpicos? Todo parece posible en esta era digital donde el streaming es el nuevo rey del entretenimiento.
Mientras tanto, nosotros solo podemos prepararnos para el gran día: asegurar nuestra suscripción, comprar los snacks y disfrutar de una pelea que promete ser épica, aunque ya no desde la tele abierta. El mundo evoluciona, y el boxeo no es la excepción. ¡Que empiece la función!
¿Listo para este cambio de juego? Comparte esta noticia en tus redes sociales y etiqueta a esos amigos que aún no se enteran de que necesitan Netflix para ver la pelea. Y si quieres estar al día con más noticias que mezclan deporte, cultura y streaming, no dejes de explorar nuestro contenido relacionado. ¡La revolución digital del deporte acaba de comenzar!
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Los boletos para Canelo vs Crawford alcanzan precios estratosféricos
Un evento sin precedentes que redefine la escala y el lujo en el mundo del pugilismo, con cifras que dejan sin aliento.

Un Encuentro que Escribe su Propia Leyenda en el Corazón de Las Vegas
El rugido de la multitud, el destello de los flashes y la tensión que corta el aire como una navaja… este no es un combate cualquiera. Es el duelo que ha paralizado al planeta, el que todos anhelan presenciar. Saúl “Canelo” Álvarez, el monarca indiscutible, el hijo predilecto de México, se enfrenta a la temible fuerza del estadounidense Terence Crawford. Y el escenario no podía ser más épico: el colosal estadio Allegiant, un titán de acero y cristal que jamás había albergado la magia y la brutalidad del boxeo. Más de sesenta y cinco mil almas se congregarán, un mar humano cuyo clamor resonará como un trueno, ansioso por ser testigo de la historia.
Para el Canelo, Las Vegas es su reino, su fortaleza, el lugar donde sus hazañas se han convertido en mito. Ha conquistado campos como el Akron de Guadalajara, el Hard Rock de Miami y el AT&T de Dallas. Pero esta noche, su destino es tomar por asalto este nuevo Olimpo, el mismo que vio coronarse a los dioses del fútbol americano en el Super Bowl LVIII. Es una batalla por la eternidad, y cada espectador será parte de ella.
El Precio de la Gloria: Un Viaje al Mercado de los Sueños
La venta de entradas, iniciada oficialmente el 18 de julio a través del gigante Ticketmaster, se transformó en una fiebre dorada. Pero para los corazones valientes que emprendieron el peregrinaje a la Ciudad del Pecado, la esperanza aún brilla. El sueño tiene un costo, y en la última conferencia de prensa, el mundo contuvo la respiración cuando una pareja de mexicanos, con los ojos llenos de emoción, confesó haber entregado la astronómica suma de cincuenta mil dólares por sus preciados boletos. Una fortuna por un pedazo de inmortalidad.
¿Cuál es el tributo para acceder a este espectáculo sin igual? En los dominios oficiales de Ticketmaster, la puerta de entrada comienza en 452 dólares, un pasaporte que asciende hasta los 1,935 dólares, traducidos en entre 8,361 y 35,794 pesos mexicanos. Pero esto es solo el umbral del reino de los dioses.
Para los elegidos, los que buscan una experiencia VIP que trascienda lo terrenal, el camino se pinta con oro. Por 999 dólares, el acceso preferencial al estadio Allegiant y un boleto conmemorativo tejen el primer hilo de la leyenda. Por 3,699 dólares, las puertas del After-Party y una zona privilegiada de asientos te aguardan. Y para los titanes, por la escandalosa cifra de 14,999 dólares, se ofrece el pase dorado a la conferencia de prensa y una fotografía ringside, un instante congelado al borde del abismo donde se forjará el destino.
Sin embargo, en las sombras de la web, en los mercados clandestinos de la reventa, aguardan oportunidades y locuras. En StubHub, el cazador de gangas puede encontrar ofertas desde 310 dólares. Pero el verdadero objeto de deseo, un boleto en la segunda fila, es ofertado con un precio que hace temblar la tierra: cuarenta mil dólares. Una fortuna que podría comprar un coche de lujo, pero que para algunos, no equivale ni a un segundo de la gloria que promete esta noche épica.
Este no es solo un combate; es un fenómeno cultural, un huracán de pasiones donde el valor de un asiento se mide en latidos del corazón y en suspiros contenidos. Cada boleto es una llave a un universo donde solo existen dos hombres, un cuadrilátero y el eco de una campana que cambiará todo para siempre.
¿Crees conocer todos los detalles de este choque de titanes? Comparte esta historia con el mundo y sumérgete en nuestra cobertura exclusiva para no perderte nada de la pelea del año.
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Una década de pasión y velocidad en el Gran Premio de México
Una travesía visual que captura una década de adrenalina, gloria y corazón roto en el asfalto. Revive la pasión que enciende a una nación.

El Rugido que Conmovió a una Nación: Una Década de Épica en el Asfalto
El corazón de México late al ritmo de un motor de alta compresión. Este 2025, un grito de celebración se eleva desde el asfalto, conmemorando diez años imborrables desde el triunfal y emotivo regreso de la categoría reina del automovilismo mundial a tierras aztecas. Para honrar esta hazaña monumental, el mismísimo Bosque de Chapultepec se ha transformado en un santuario de velocidad, albergando una exposición fotográfica que es mucho más que imágenes: es un viaje en el tiempo, un tributo a una pasión que no conoce límites.
Esta majestuosa muestra no solo sirve como un monumento al pasado, sino como el preludio perfecto, el calentamiento de motores para la gran cita que se avecina: el Gran Premio de México 2025, un espectáculo que promete escribir otro capítulo de esta leyenda el próximo 26 de octubre. La expectación es palpable, un voltaje que electriza el aire.
El Renacer de un Sueño: La Tercera Era Dorada
Las palabras de Federico González Compeán, director general del evento, resonaron con la fuerza de un eco histórico: “Hace casi una década, en el 2015, los motores volvieron a rugir en el Autódromo Hermanos Rodríguez”. Aquel estruendo no fue solo el sonido de la potencia y la ingeniería; fue el clamor de un sueño colectivo hecho realidad. Ese regreso marcó el amanecer de una nueva etapa, la tercera y más gloriosa era de la Fórmula 1 en nuestro país. Una era que ha estado saturada de vértigo, de hazañas sobrehumanas, de emoción pura y, sobre todo, del fervor incomparable de una afición que vive cada curva, cada adelantamiento, cada victoria y cada derrota con el alma en la pista.
Ahora, los fieles seguidores tienen el privilegio único de emprender una peregrinación a lo largo de las emblemáticas rejas del parque más icónico de la capital. Es un recorrido sagrado que permite revivir, en todo su esplendor y dramatismo, los instantes más gloriosos y desgarradores que se han tallado a fuego en la memoria colectiva durante esta década de F1 en suelo mexicano.
Un Mosaico de Emociones: De la Cima al Abismo en 60 Imágenes
El camino está plagado de tesoros visuales. Un total de 60 fotografías esperan al visitante, cada una de ellas una ventana a un universo de sensaciones que prometen hacer vibrar hasta la fibra más íntima. Algunas imágenes son pura euforia, como los históricos festejos de Sergio ‘Checo’ Pérez, el héroe local, al alcanzar el codiciado podio, terminando tercero en las ediciones del Gran Premio de México en 2021 y 2022. Esas sonrisas, esos puños alzados al cielo, encapsulan la culminación de años de esfuerzo y la alegría de toda una patria.
Sin embargo, en este drama de altibajos, también existe espacio para la tragedia. La exposición no esquiva el dolor, sino que lo abraza como parte fundamental de la narrativa. Es imposible no sentir un nudo en la garganta, no derramar una lágrima furtiva al toparse con el recuerdo de la fatídica y desgarradora carrera de 2023. Ahí, en un abrir y cerrar de ojos, en un cruel giro del destino, Checo quedó brutalmente fuera de la contienda tras un impacto con Charles Leclerc en la primera curva del Autódromo Hermanos Rodríguez, cuando la carrera apenas comenzaba a soñar. La decepción, la incredulidad, el dolor… todo queda capturado en un instante eterno.
Estos momentos, y una miríada de otros igualmente poderosos, se pueden apreciar en esta exposición increíble, una galería de gloria y agonía que la organización del Gran Premio de México presenta con un orgullo inmenso. No es solo una colección de imágenes; es el alma de diez años de una historia de amor entre un deporte y un país, narrada con la intensidad de un culebrón donde cada capítulo deja sin aliento.
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Gran Premio de México se vende sin Checo Pérez
La ausencia del ídolo local no frena la fiebre por el evento. El circuito anuncia casi todo vendido.

El espectáculo debe continuar, con o sin su héroe local
Parece que la noticia del año en el automovilismo mexicano es que Sergio “Checo” Pérez, nuestro querido ídolo que patina fuera del podio, regresará a la Fórmula 1 en 2026. Pero no con cualquier escudería, ¡oh no!, sino con el coloso americano, Cadillac. Esta revelación, como era de esperar, ha dejado fascinado a Federico González, el Director General del Gran Premio de México. ¿Fascinado? Vaya, qué adjetivo tan modesto. Seguro que también estaba “moderadamente entusiasmado” cuando se dio cuenta de que el evento de este año se vendería casi por completo a pesar de la ausencia total de su principal atracción local.
González, en un arrebato de poesía corporativa, declaró: “Encantado, encantado de tener otra vez a este mexicano en México, de que regrese otra vez la checomanía, pero ahora en Cadillacmanía”. Cadillacmanía. Una palabra que nadie sabía que necesitaba hasta ahora, y que probablemente nadie volverá a usar. No se conforma con el simple entusiasmo; él ve más allá: no solo es bueno para el evento y para vender entradas, sino que “ayuda para la imagen de México en el mundo”. Porque claramente, lo que la reputación global de una nación necesitaba era que un piloto se subiera a un coche de lujo americano. Tomen nota, cancillerías del mundo.
El milagro de la taquilla: casi todo vendido sin el protagonista
Y he aquí el verdadero milagro moderno, el que debería estudiar la Iglesia: el Gran Premio de México de este año está prácticamente vendido por completo. Sí, han leído bien. El evento que durante años ha montado parte de su marketing en la figura de Checo Pérez… se ha vendido sin Checo Pérez. González, con la modestia de un ganador de lotería, confesó: “Este año es en el que no lo hemos tenido, pero estamos sold out. Sí tenemos un par de boletos disponibles, pero estamos absolutamente vendidos”. Un par de boletos. Seguro esos asientos tienen una vista privilegiada… del estacionamiento o de la parte trasera de un camión de neumáticos.
Ante la pregunta obvia de si la falta de su piloto estrella enfrió el interés del público, el director admitió, con la delicadeza de un cirujano, que sintieron “un poco la baja, pero no fue algo que nos regresó”. Una frase maravillosamente vaga que podría traducirse como: “Sí, algunos fans se enojaron, pero no lo suficiente como para arruinar nuestras vacaciones en Maui”. Él, con una fe inquebrantable en el producto, argumenta que cargarle a ‘Checo’ la responsabilidad de este proyecto sería demasiado. ¡Vaya! Qué revelación tan oportuna. ¿Acaso alguien le estaba cargando toda la responsabilidad? ¿O quizás, solo quizás, era el imán publicitario más grande con el que contaban?
Mientras Checo se pierde la fiesta del décimo aniversario de la F1 en México (una celebración que, irónicamente, ocurre en su ausencia), los aficionados tendrán que conformarse con la emoción de ver… bueno, ver carreras de coches. El próximo año, prometen, el tapatío estará ahí, junto a Valtteri Bottas y su nuevo equipo. Hasta entonces, el espectáculo debe continuar, demostrando que a veces, el evento es más grande que cualquier piloto. O eso es lo que necesitan que creamos.
¿Te sorprende que el GP de México casi agote entradas sin su piloto estrella? Comparte esta irónica mirada del automovilismo con otros aficionados en tus redes sociales y descubre más análisis con un toque de humor en nuestra sección de Deportes.
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