Acusaciones contra Jared Leto: Detalles de los testimonios

El actor y músico Jared Leto, conocido por películas como El club de la pelea y La casa Gucci, enfrenta graves acusaciones de conducta sexual inapropiada por parte de nueve mujeres, según un reportaje exclusivo de la revista Air Mail. Los relatos, que abarcan más de una década, incluyen presuntas interacciones con adolescentes y comportamientos depredadores en entornos profesionales y sociales.

Testimonios clave y patrones recurrentes

Entre las denunciantes se encuentra la DJ Angelina Allie Teilz, quien reavivó su testimonio en redes sociales. En 2012, Teilz describió un incidente en el que Leto habría intentado forzarla en un backstage: “Lo que hizo fue depredador, aterrador e inaceptable”, declaró, enfatizando el impacto psicológico del encuentro. Otra mujer, que tenía 16 años al momento de los hechos, afirmó que el actor la contactó después de obtener su número en una cafetería de Los Ángeles, iniciando conversaciones con contenido sexual explícito.

La modelo Laura La Rue también compartió su experiencia: en 2008, a los 16 años, visitó la residencia de Leto después de que él insistiera en reunirse. Según su relato, el actor de 36 años en ese momento la sometió a un coqueteo agresivo. Aunque el representante de Leto negó estas versiones, alegando que La Rue buscó empleo con el artista, la modelo desmintió categóricamente dicha afirmación.

Contexto y reacciones

Las acusaciones sugieren un patrón sistemático. Varias fuentes mencionan fiestas organizadas por Leto donde se invitaba a mujeres jóvenes con el supuesto fin de que se desnudaran en piscinas. Además, aunque el equipo del actor negó el consumo de drogas o alcohol —aseverando que lleva sobrio 35 años—, testimonios como el de la denunciante de la cafetería describen comportamientos incoherentes y lenguaje inapropiado durante llamadas telefónicas.

El artículo destaca que estas historias eran “un secreto a voces” en la industria, según una fuente anónima. La resurgencia de los testimonios coincide con el movimiento #MeToo, que ha impulsado a víctimas a romper el silencio sobre abusos en el entretenimiento.

Implicaciones legales y profesionales

Aunque Leto no enfrenta acciones legales actualmente, las acusaciones podrían afectar su carrera. Expertos en relaciones públicas señalan que, en la era post-#MeToo, las empresas y estudios suelen distanciarse de figuras vinculadas a escándalos similares. El actor, ganador de un Óscar por El departamento, mantiene proyectos pendientes, incluida una secuela de Tron.

¿Qué sigue? Hasta ahora, Leto no ha respondido públicamente a los nuevos testimonios. Sin embargo, la presión mediática y la viralización de las denuncias podrían obligar a un pronunciamiento oficial.

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La disputa legal tras el icónico personaje

Miley Cyrus, reconocida por su papel protagónico en la serie Hannah Montana, enfrentó una compleja situación legal tras su salida de Disney Channel en 2011. Durante más de una década, la intérprete no obtuvo autorización para ejecutar las canciones que popularizó como su alter ego, pese a ser la voz y rostro originales de las composiciones. Este conflicto refleja las rigurosas cláusulas contractuales en la industria del entretenimiento, donde los derechos de propiedad intelectual suelen permanecer bajo control de las corporaciones.

Las implicaciones emocionales y profesionales

En una entrevista para el pódcast The Ringer de Spotify, Cyrus detalló la paradoja de esta prohibición: “Aún siendo mi voz y mi imagen, no podía interpretarlas”. Aunque la artista admitió que mezclar temas como The Best of Both Worlds con su posterior repertorio (ej. Wrecking Ball) resultaría incongruente, subrayó el valor sentimental de esas creaciones. Este caso ejemplifica cómo los contratos pueden limitar la conexión de los artistas con su propio trabajo, incluso cuando evolucionan profesionalmente.

El giro ocurrió en 2024, cuando Disney la nombró Leyenda de Disney durante el evento D23. Este reconocimiento no solo simbolizó una reconciliación institucional, sino que también le devolvió los derechos de interpretación. Cyrus calificó el momento como “un cierre significativo”, destacando la importancia de preservar el legado cultural de producciones que marcaron generaciones.

Contexto histórico y impacto cultural

La serie Hannah Montana (2006-2011) revolucionó el entretenimiento juvenil al combinar comedia, drama y música, con un elenco que incluía a Emily Osment y Billy Ray Cyrus. Según datos de Nielsen, alcanzó picos de 5.4 millones de espectadores por episodio, consolidando a Miley como ícono pop. Sin embargo, tras su final, la transición de la artista hacia una imagen adulta generó tensiones con el sello familiar de Disney.

Actualmente, Cyrus prepara el lanzamiento de Something Beautiful, un álbum visual de 55 minutos que rinde homenaje a pioneras como Tina Turner. Este proyecto refuerza su reinvención como artista multidisciplinaria, lejos de estereotipos infantiles pero sin renegar de sus raíces. “Ellas derribaron las puertas que hoy atravieso”, afirmó durante el estreno, evidenciando cómo su trayectoria dialoga con la historia de la música.

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Un espectáculo que sanó corazones… o al menos los distrajo con brillantina

Ah, las Ha*Ash. Esas hermanas que, en un alarde de originalidad, decidieron que Monterrey necesitaba urgentemente un pedacito de Nashville. O algo así. Porque, seamos honestos, ¿quién no ha soñado con ver el Domo Care convertido en un antro country? Exacto, nadie. Pero ahí estaban Hanna y Ashley, armadas hasta los dientes con botas, sombreros y más instrumentos que una banda de secundaria, dispuestas a “sanar corazones” (o vender boletos, qué sé yo).

La gran entrada: tardía pero con estilo

Las divas aparecieron a las 22:48 horas, porque claramente el “fashionably late” es parte de su encanto. Mientras el público esperaba, las pantallas proyectaban… algo. Probablemente un video inspirador o un comercial de sus propios discos, quién sabe. Pero cuando por fin surgieron, ¡oh sorpresa!, Hanna con su guitarra (como si no la hubiéramos visto antes) y Ashley, la hiperactiva del dúo, exigiendo palmadas como si el público le debiera dinero. Así arrancaron con “No Te Quiero Nada”, porque nada dice “bienvenidos” como una canción sobre el desamor.

Y por supuesto, no podían estar solas. ¿Cinco músicos? ¡Obvio! Porque tocar dos instrumentos a la vez no era suficiente para demostrar su talento multidisciplinario. Entre guitarras, armónicas, panderos y un piano que apareció como por arte de magia (o de un equipo de stagehands malpagados), el espectáculo era tan country como un taco de birria en Tennessee.

El repertorio: de lágrimas a cumbia en 0.5 segundos

Desde “Te Dejo en Libertad” (irónico, considerando que nadie en el público podía irse) hasta “Supongo que lo Sabes” (spoiler: no lo sabíamos), las hermanas demostraron que pueden cantar de todo, menos quizá ópera. Pero el momento cumbre llegó con “Mi Niña Mujer”, esa cumbia grabada con Los Ángeles Azules que, admitámoslo, nadie vio venir. ¿Country mezclado con cumbia? Claro, porque en Haashville las reglas las inventan sobre la marcha.

Ashley, la hermana “fiestera”, sugirió amablemente que si alguien llegó con el corazón roto, le invitaran un trago. Porque nada cura el dolor como el alcohol y una canción triste cantada a gritos. Mientras tanto, Hanna, la “seria” del dúo (aunque igual de dramática), aseguró que “en Haashville nadie está solo”. Mentira. Todos estábamos solos, pero con 5,000 desconocidos alrededor.

La falsa despedida y el viaje a Europa

Como en todo buen concierto, hubo una falsa despedida después de “Odio Amarte” (que mezclaron con “Vaquera”, porque ¿por qué no?). Pero, oh sorpresa, seguían vivas. Y no solo eso: anunciaron que su gira las llevará a Europa. Porque si hay un continente que clama por country pop en español, es ese. Seguro en Berlín están esperando con ansias su versión de “100 Años” con fans en el escenario (benditos los elegidos).

En resumen: Ha*Ash logró lo imposible: hacer que un jueves en Monterrey se sintiera como un sábado en Nashville. O algo parecido. ¿Sanaron corazones? Quizá no. ¿Entretuvieron? Como un circo con buena música. Y eso, queridos lectores, es más de lo que muchos pueden presumir.

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