Autoridades activan protocolos de emergencia y reubican a familias ante la crecida histórica de afluentes en la región norte.
Las autoridades federales y estatales coordinan labores de rescate y asistencia humanitaria tras las devastadoras precipitaciones.
Las Fuerzas Armadas brindan auxilio a cientos de damnificados mientras las lluvias provocan severos daños en la infraestructura urbana.
La furia de la naturaleza obliga al cierre total y despliega una red de protección para los habitantes.