El gasto por votante se dispara, pero la participación no sigue el ritmo. ¿Es hora de reinventar la democracia?
El INE desembolsa millones para evitar que el conteo de votos se convierta en una maratón de desvelados con calculadoras.
La capital refuerza su compromiso con la transparencia electoral mientras define estrategias clave para informar a los votantes.