Mientras las verduras alivian el gasto familiar, la carne y el huevo disparan su costo en un escenario de sequía y alta demanda.
La reducción en el uso de identificadores para ganado revela un problema estructural que impacta los costos de la carne.
El alza histórica en el costo de la proteína más consumida revela presiones en la cadena de suministro y cambios en los hábitos de consumo.