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Nacional

Zoé Robledo pierde poder en el IMSS-Bienestar por decisión de Sheinbaum

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El IMSS-Bienestar se reconfigura (y Zoé Robledo se queda sin silla)

Parece que a Zoé Robledo, el director del IMSS, le acaban de bajar el volumen a su micrófono en la Junta de Gobierno del IMSS-Bienestar. Y no, no fue un error técnico: fue Claudia Sheinbaum quien le quitó el control remoto. Ahora, el secretario de Salud, David Kershenobich, será el nuevo DJ de esta fiesta burocrática. ¿Playlist? Más poder para la Secretaría de Salud y menos para el IMSS. #CambioDePodcast.

Los detalles que duelen (o no)

Resulta que el IMSS pasará de tener cinco votos de diez a apenas uno de nueve. Sí, como cuando te quitan el mando de la tele en casa de tu tía. Además, los cuatro directores normativos que Robledo había colocado en la Junta serán reemplazados por dos subsecretarios de Kershenobich. Y por si fuera poco, Martí Batres, titular del ISSSTE, se unirá al grupo. ¿Un power move político? Totalmente.

Desde que AMLO creó este órgano en 2022, el IMSS-Bienestar ha crecido más que un influencer virla. Absorbió hospitales, clínicas y personal de 23 estados, además de centros de alta especialidad. Pero ahora, parece que la Ssa quiere su protagonismo de vuelta. #PlotTwist.

¿Moraleja? En la política como en TikTok, los trends cambian rápido. Si te gustó este drama institucional (o solo quieres ver cómo sigue el chisme), comparte este artículo y échale un ojo a más contenido sobre el backstage del gobierno. ¡Spoiler: siempre hay secuela!

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Profeco fija la canasta básica en 844 pesos

El acuerdo que mantiene los 24 productos esenciales a un precio accesible y cómo una remesadora se lleva el premio.

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La canasta de la supervivencia tiene precio (por ahora)

Parece que en medio del torbellino inflacionario que nos tiene a todos haciendo malabares con el presupuesto, hay una pequeña luz al final del túnel, o al menos eso nos quieren hacer creer. César Iván Escalante Ruiz, el procurador Federal del Consumidor (alias Profeco), salió este lunes a dar la noticia que todos esperábamos con el escepticismo de quien revisa dos veces la cuenta del super: la famosa y anhelada canasta básica se mantiene en un precio promedio nacional de 844 pesos. Sí, leyeron bien. Aparentemente, existe un universo paralelo donde 24 productos esenciales no cuestan un riñón.

El dato no salió de la nada. Es el resultado del renovado Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), un nombre tan burocrático que casi te da sueño, pero que en teoría es nuestro escudo contra los precios abusivos. La propia presidenta Claudia Sheinbaum le puso su firma el pasado 18 de noviembre, reuniendo a 12 cadenas de autoservicio y 20 agroindustrias en lo que parece un pacto fáustico para mantener la canasta por debajo de los 910 pesos. Nuestro narrador millennial no puede evitar visualizar una sala de juntas llena de ejecutivos firmando con plumas de oro. Escalante Ruiz, con la fe del carbonero, recalcó: “Tenemos en un precio promedio de 844 pesos. Recordar esta canasta básica de 24 productos”. Como si alguno de nosotros pudiera olvidar la lista de la compra que define nuestro bienestar mensual.

El ‘compromiso’ corporativo que todos celebramos

Desde el siempre acogedor Palacio Nacional, el titular de Profeco se dedicó a repartir palmaditas en la espalda, reconociendo el “compromiso” de las empresas por respetar el precio tope. Nosotros, mientras tanto, seguimos con la calculadora en la mano, comparando marcas y cazando ofertas como si nuestra vida dependiera de ello (porque, seamos sinceros, depende). Es ese tipo de noticia que te hace sentir un poco más tranquilo, pero con la constante sospecha de que en cualquier momento la realidad nos va a dar una bofetada con un recibo de luz.

Y luego, en un giro argumental que nadie vio venir, la conferencia dio un volantazo hacia el mundo de las remesas. Porque, ¿qué tiene que ver la canasta básica con el dinero que envían nuestros paisanos? Al parecer, todo. Profeco también tiene su lado financiero y anunció que Finabien sigue posicionada como la mejor remesadora. Según sus cálculos, por una transacción de 400 dólares, Finabien entrega la no despreciable cantidad de 7,499.52 pesos, gracias a que ofrece una comisión y un tipo de cambio menos voraces que la competencia. Básicamente, es el héroe que no sabíamos que necesitábamos para que ese dinero extra rinda más en la economía familiar.

Para rematar, el procurador soltó el dato de que esta empresa facilita el envío y recepción de dinero con una red de mil 700 sucursales y presencia en mil 215 municipios del país. O sea, está en todos lados, como los memes de Gatell en sus buenos tiempos. Una infraestructura que, hay que admitirlo, hace que recibir dinero del exterior sea menos complicado que descifrar los términos y condiciones de una app nueva.

¿Te cayó el veinte? La próxima vez que vayas al super y sientas que la inflación te está ganando la batalla, recuerda que existe un acuerdo, un precio de referencia y una remesadora que paga bien. La vida adulta es básicamente esto: encontrar pequeños consuelos en medio del caos financiero.

¿Esta info te sirvió? Compártela en tus redes y ayuda a que más gente se entere de cómo navegar esta montaña rusa de precios. Y si quieres seguir al tanto de estos datos que te salvan el fin de quincena, explora más de nuestro contenido sobre economía cotidiana.

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Jueces reciben pago por no participar en elecciones

Un adelanto navideño inesperado sacude a la judicatura. El depósito que recompensa una abstención llega antes de lo previsto.

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Un acto de generosidad burocrática que nos conmueve hasta las lágrimas (de cocodrilo)

En un movimiento que sin duda nos recuerda la veloz agilidad de un galgo… bueno, mejor dicho, de la administración pública promedio, el Órgano de Administración Judicial (OAJ) ha decidido adelantar el reparto de la indemnización extraordinaria. ¿Adivinen para quién? Para unas 800 almas nobles –jueces, juezas, magistrados y magistradas– que, en un arrebato de modestia sin precedentes, declinaron amablemente la oportunidad de participar en el circo electoral de junio pasado. Qué detalle, ¿verdad? Renunciar voluntariamente a un proceso de selección para luego ser recompensado por esa renuncia. Es casi como si te pagaran por no ir a trabajar y luego te feliciten por tu compromiso.

Mediante un comunicado que debemos suponer fue redactado entre lágrimas de emoción, el OAJ anunció que, tras una exhaustiva revisión (léase: se dieron cuenta de que el calendario existía), los desembolsos se realizarán por transferencia electrónica este jueves 27 de noviembre. Porque, claro, ¿qué mejor manera de demostrar transparencia y eficiencia que mover el dinero directamente a las cuentas bancarias, evitando esas molestas filas donde la gente podría… preguntar cosas?

La matemática de la abstención recompensada

La jugosa compensación económica contempla tres meses de salario más 20 días por cada año de servicio. Una fórmula matemática tan conmovedora que casi hace olvidar la pregunta del millón: ¿desde cuándo no presentarse a una convocatoria se considera un mérito laboral tan loable? El OAJ, en un alarde de apego a la legalidad que nos deja boquiabiertos, asegura que todo este desembolso se realiza “de conformidad con lo establecido en la Constitución Política“. Porque todos sabemos que la Carta Magna mexicana siempre ha sido especialmente generosa con quienes eligen no participar en procesos democráticos.

Como detalle pintoresco, el comunicado incluye una perla de sabiduría financiera: recomienda a los beneficiarios que “consideren las disposiciones de carácter general aplicables a las instituciones de crédito relativas a los montos transaccionales de sus respectivas cuentas”. O, en cristiano: “ojalá su banco no se asuste con la cantidad de ceros que van a ver aparecer de la nada”.

El plan original que afortunadamente nadie recordó

Originalmente, este pago único estaba programado para el 10 de diciembre, en un horario de 08:00 a 19:00 horas, en la sede del OAJ. El procedimiento inicial era tan práctico como pedirle a un astronauta que compre el pan con todo el traje puesto: requería la presencia física del titular, identificación oficial vigente, y hasta un testigo (también identificado, por si acaso el juez sufría amnesia repentina sobre su propia identidad).

Menos mal que alguien en el OAJ tuvo el brillante momento de lucidez y pensó: “¿Y si en lugar de este ritual burocrático del siglo XIX, simplemente… transferimos el dinero?” ¡Revolucionario! Esta medida de modernización no solo ahorra tiempo y papeleo, sino que evita la incómoda situación de ver formados a cientos de juristas esperando su recompensa por no haber hecho algo.

El organismo, siempre atento a las necesidades de su personal judicial, refrenda así su “compromiso con la base trabajadora, las personas juzgadoras y el pueblo de México”. Porque nada representa mejor el espíritu de servicio al pueblo que repartir indemnizaciones a quienes voluntariamente se marginaron de un proceso de selección. Es una lección de civismo que, sin duda, quedará grabada en los anales de la justicia mexicana.

Mientras tanto, los ciudadanos de a pie podemos consolarnos pensando que, al menos, alguien en este país recibe compensaciones económicas por abstenerse. Quizás deberíamos proponer que este modelo se extienda a otros ámbitos: ¿qué tal si nos pagan por no votar en las elecciones? ¿O por no quejarnos de los servicios públicos? Las posibilidades son infinitas en este nuevo paradigma donde la no participación se convierte en el más rentable de los deportes nacionales.

¿Te sorprende la agilidad inusual de un pago gubernamental? Comparte esta joya de eficiencia burocrática en tus redes sociales y descubre más contenidos sobre las peculiaridades del sistema judicial mexicano.

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Monreal discrepa del Gobierno sobre protestas de transportistas

El legislador pide escuchar las demandas y prefiere el diálogo sobre las acusaciones de una supuesta mano negra en las movilizaciones.

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Un senador prefiere el diálogo antes que buscar villanos

Parece que en la alianza guinda no todos leen del mismo guion. Mientras la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, señalaba con el dedo flamígero a los clásicos rivales del PRI, PAN y PRD, acusándolos de ser la mano negra detrás de los bloqueos de transportistas, otro peso pesado del partido se desmarcó con la elegancia de un meme de gato distinguiéndose de la situación.

El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, básicamente dijo “no tengo el chisme confirmado”. En una jugada que nos recuerda a cuando un amigo no quiere meterse en la pelea de la pareja, Monreal declaró que, aunque respeta las expresiones de los secretarios de Estado, él no cuenta con los elementos suficientes para respaldar esa teoría de la conspiración. O sea, pasó de la acusación al “yo no fui”.

La estrategia: escuchar en lugar de criminalizar

Frente al caos de las protestas que paralizaron carreteras, con toda la vibra de un mal día en el tráfico pero a escala nacional, el diputado abogó por una solución bastante radical en estos tiempos: el diálogo. Sí, esa cosa anticuada donde la gente habla y escucha. En lugar de buscar un interés político oculto bajo cada piedra, Monreal sugirió que tal vez, solo tal vez, los productores y autotransportistas tienen demandas legítimas que atender. Una idea tan revolucionaria que casi parece un plot twist.

El legislador, con la paciencia de un profesor de yoga, comentó en conferencia de prensa en San Lázaro que es necesario escuchar las denuncias de los manifestantes, porque sus motivaciones no pueden ser simplemente desoídas. Reconoció el efecto dominó de estos paros, donde empresas y ciudadanos comunes, que no tienen nada que ver con el diseño de las políticas públicas, terminan pagando los platos rotos. Su postura fue clara: la Cámara de Diputados está en la mejor disposición de contribuir y ayudar a mediar, porque al final, alguien tiene que hacer de adulto en la habitación.

Esta divergencia de opiniones dentro de la misma bancada nos deja una moraleja política: a veces, la estrategia más inteligente no es buscar un culpable externo, sino enfrentar los problemas de fondo. Monreal, en un acto de rara sensatez, eligió el camino del consenso sobre el de la confrontación, recordándonos que en la política, como en la vida, escuchar puede ser más poderoso que gritar.

¿Coincides con esta visión o crees que detrás de las protestas siempre hay una mano que mueve los hilos? Comparte este análisis en tus redes sociales y etiqueta a quienes deberían leerlo. Explora más contenido sobre la actualidad política en nuestro sitio para mantenerte informado.

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