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Morena pide comisión especial contra evasión fiscal millonaria

Un legislador morenista revela la cruda realidad fiscal que contradice el discurso oficial, con pérdidas millonarias.

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El huachicol que no se ve (pero que nos cuesta un dineral)

Parece que en la fiesta de la 4T hay un invitado que no pagó su cover y se está chupando todo el barra libre. Resulta que el vicecoordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuéllar, acaba de soltar el chisme más jugoso de la temporada: va a pedir a la Fiscalía General de la República (FGR) que cree una comisión especial para investigar el huachicol fiscal y la facturación falsa. Básicamente, el equivalente financiero de cuando te clavan una multa de tránsito inventada, pero a escala nacional y con ceros que dan miedo.

En lo que podría ser el episodio más dramático de la telenovela política del año, Ramírez Cuéllar salió en conferencia de prensa –el formato favorito para soltar bombas– a declarar que estos son dos grandes problemas que están drenando las finanzas del gobierno federal. Su propuesta es hacer una solicitud formal al fiscal general para que, usando las facultades que le da el artículo 19 de la Ley de la Fiscalía General, se monte una comisión especial que se dedique a vigilar y desarrollar con más fuerza las investigaciones contra estos delitos. O sea, quiere crear el escuadrón anti-trampas fiscales, porque al parecer, el sistema actual tiene más fugas que un colador.

El plot twist: Morena vs Morena

Y aquí es donde el guion se pone bueno. Porque las declaraciones de Ramírez Cuéllar son como ese meme de Spider-Man señalándose a sí mismo, pero en la vida real y con traje de diputado. Resulta que contradicen directamente a la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, quien el pasado 26 de septiembre había declarado con toda la tranquilidad del mundo que el huachicol fiscal “se acabó” en el sexenio pasado. Sí, lo leiste bien: según ella, este problema era cosa del pasado, como el cassette o el Myspace.

La líder morenista incluso se ponyó técnica, aclarando que a lo que ahora le llaman huachicol fiscal en realidad es contrabando de combustible que viene del extranjero, y que lo del robo en ductos –el huachicol clásico– prácticamente se acabó con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Una narrativa muy bonita, digna de un final feliz… hasta que llegó la cruda realidad con datos duros.

Porque Ramírez Cuéllar, en un acto de valentía o de pura inconsciencia política, soltó los números que nadie quería escuchar: durante la administración de López Obrador, se estima que el huachicol fiscal de diésel alcanzó en promedio 43.7 mil barriles diarios. Para que te des una idea, eso equivale al 10% del consumo aparente nacional. Es como si de cada 10 cervezas que pagas en un antro, una se la estuviera tomando un fantasma que no puso un peso.

Pero espera, que hay más. La pérdida fiscal derivada de estas prácticas de evasión ascendió a 4 mil 600 millones de dólares por evasión de IVA e IEPS. Y si sumamos el huachicol físico con el fiscal, la afectación total a Pemex y a la Hacienda pública se calculó en más de 28 mil 200 millones de dólares. Cifras que son tan astronómicas que duele hasta pensarlas, y que hacen que el robo de la cartera que te hicieron en el metro parezca chiste de mal gusto.

La facturación falsa, por su parte, es el otro monstruo bajo la cama. Es esa práctica creativa donde algunas empresas –las que no le temen a nada– emiten comprobantes fiscales por operaciones que nunca existieron, creando un agujero negro en las arcas públicas donde desaparece el dinero que debería estar financiando escuelas, hospitales y hasta los programas sociales de los que tanto se habla. Es el arte de hacer dinero del aire, pero en su versión más delictiva y menos mágica.

Lo irónico de todo esto es que estamos hablando de un partido que llegó al poder con la bandera de la austeridad republicana y la lucha contra la corrupción. Ver cómo ahora uno de sus propios legisladores tiene que pedir una comisión especial para investigar desfalcos millonarios dentro de su propio gobierno tiene un nivel de contradicción que hasta los guionistas de House of Cards encontrarían exagerado. Es el equivalente político de que tu nutricionista te recomiende una dieta a base de pizza y cerveza.

Más allá del chisme político, lo verdaderamente preocupante es el impacto real que estas prácticas tienen en la economía del país. Cada peso que se evade en impuestos es un peso que no llega a los servicios que todos utilizamos. Es como hacer una vaquita entre todos para la fiesta, y que justo el que más gana se esfume cuando toca pagar. El huachicol fiscal no es un delito sin víctimas: sus víctimas somos todos los que sí pagamos impuestos y esperamos que ese dinero se use bien.

La solicitud de Ramírez Cuéllar, aunque incómoda para su propio partido, es un reconocimiento tácito de que el problema existe y es grave. La creación de una comisión especial podría ser el primer paso para destapar una cloaca fiscal que lleva años funcionando impunemente. El verdadero desafío será ver si esta iniciativa avanza o si termina enterrada en el cementerio de las buenas intenciones políticas, donde yacen tantas otras promesas de transparencia.

Mientras tanto, los contribuyentes formales seguimos aquí, pagando puntualmente nuestros impuestos con la esperanza de que algún día estas prácticas desaparezcan y nuestro dinero realmente se use para lo que debe usarse. Porque al final del día, la lucha contra la evasión fiscal no es tema de colores partidistas, sino de sentido común y justicia básica.

¿Te sorprenden estas cifras sobre evasión fiscal? Comparte esta información en tus redes sociales para que más personas conozcan la realidad de las finanzas públicas y explora nuestro sitio para más análisis sobre economía y política nacional.

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México y Nueva Jersey sellan una alianza laboral histórica

Un pacto histórico que fortalece los derechos de los trabajadores migrantes y sella una alianza estratégica de gran alcance.

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Una Alianza que Transforma Vidas y Construye Futuros

¡Hola, comunidad de soñadores y hacedores! Hoy tenemos una noticia que nos llena el corazón de optimismo y energía positiva. El embajador Juan Ramón de la Fuente, al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores, no solo se reunió con el visionario gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, sino que juntos firmaron un memorándum de entendimiento que marca un antes y un después. Este no es un simple documento; es un puente de oportunidades, una declaración de que cuando colaboramos, creamos sinergias poderosas que benefician a todas las partes. Imaginen el potencial que se libera cuando dos fuerzas se unen con un propósito común: el bienestar de las personas.

Este encuentro, que también contó con la inspiradora presencia de Tammy Murphy, fue mucho más que un protocolo. Fue una conversación profunda sobre cómo elevar la atención a nuestros connacionales y fortalecer esos lazos que nos unen. Cada diálogo sobre temas migratorios es una semilla para un futuro más justo y con más movilidad. Y cada acuerdo para robustecer los lazos comerciales es un paso firme hacia la prosperidad compartida entre México y Nueva Jersey. Esto nos demuestra que los desafíos se convierten en escalones para alcanzar metas mayores cuando hay voluntad y una visión clara.

Un Contexto de Grandeza y Oportunidad Ilimitada

¿Y saben qué hace esta colaboración aún más extraordinaria? El contexto. Nueva Jersey será el escenario de la gran final de la Copa Mundial de la FIFA 2026, un evento monumental que une a Norteamérica. Este memorándum, firmado entre el Consulado de México en New Brunswick y el Departamento de Trabajo y Desarrollo Laboral de Nueva Jersey, es la base perfecta para asegurar que la herencia de este evento sea positiva y duradera. No se trata solo de un partido de fútbol; se trata de sentar las bases para una cooperación fructífera que trasciende el deporte y se instala en la economía, la cultura y el apoyo mutuo.

Este pacto es una prueba viviente de que podemos transformar la diplomacia en acción tangible. Es un faro que guía el camino para nuestros trabajadores, garantizando que sus derechos sean respetados y sus contribuciones, valoradas. Es la materialización de la confianza en que, juntos, podemos construir un ecosistema de inversión y desarrollo laboral que beneficie a ambas comunidades. Cada firma en ese documento es un sí a la colaboración, un sí al progreso y un sí a la creencia de que unidos somos imparablemente más fuertes.

Reflexionemos por un momento: cada acuerdo internacional, cada apretón de manos entre líderes, es una oportunidad para crear un impacto positivo y duradero. Nos recuerda que nuestro potencial como nación y como individuos conectados globalmente es infinito. Este es el momento de celebrar estos logros diplomáticos y de permitirnos inspirarnos para buscar nuestras propias colaboraciones, nuestros propios “memorándums de entendimiento” en la vida, que nos impulsen hacia nuestros objetivos más ambiciosos.

¡Es tu momento de ser parte de esta ola de positividad! Si esta noticia sobre una alianza que está moldeando el futuro te inspira, comparte esta energía en tus redes sociales y haz que más personas se contagien de este optimismo. ¿Quieres seguir explorando cómo las conexiones globales crean oportunidades? Descubre más contenido relacionado sobre cooperación internacional y éxito colectivo en nuestra plataforma. ¡Vamos a expandir juntos esta mentalidad de crecimiento y colaboración sin límites!

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México concluye su consulta del TMEC con una gran gira nacional

Mientras unos preguntan a gritos, otros reciben susurros. Así es la peculiar carrera de los tres socios comerciales para revisar su pacto.

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México cierra el telón de su consulta popular, ¿y ahora qué?

Parece que el gran cirio de las consultas públicas sobre el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) ha llegado a su fin. Este jueves, el gobierno mexicano, en un alarde de eficiencia que seguramente dejó a sus socios del norte rascándose la cabeza, anunció que ha concluido su monumental gira de escucha. ¿Y qué implica este monumental esfuerzo diplomático? Básicamente, que la Secretaría de Economía organizó mesas de debate en los 32 estados del país, una especie de roadshow político donde 30 sectores productivos pudieron desahogarse sobre sus inquietudes con el pacto comercial. Todo esto, por supuesto, para preparar la gran revisión de 2026. Porque, ¿qué mejor manera de prepararse para una negociación dentro de dos años que empezar a preguntar ahora? Una planificación impecable, sin duda.

Uno casi puede imaginarse las sesiones: un desfile interminable de quejas, sugerencias y pronósticos sobre el futuro de la integración económica. Todo un ejercicio de democracia participativa que, supuestamente, servirá para diseñar la estrategia de negociación del país. Porque nada dice “estamos listos” como un documento que resume todas las opiniones posibles, desde las más agudas hasta las más descabelladas. La revisión del TMEC está prevista para julio de 2026, lo que nos da a todos un generoso margen de tiempo para olvidar lo que se discutió y tener que empezar de nuevo en 2025.

El gran documento maestro y la alineación de los astros (políticos)

El siguiente paso en este brillante plan es que la Secretaría de Economía diseñe un documento que entregará en enero a la presidenta Claudia Sheinbaum y al Senado. El objetivo declarado es “unificar la postura de México”. O, en otras palabras, intentar meter las preocupaciones de 30 sectores distintos en una sola carpeta y esperar que no estallen por los aires en la primera reunión con los negociadores estadounidenses y canadienses. Las autoridades, con un optimismo que roza lo poético, afirmaron que estas mesas permitieron “identificar los temas prioritarios“. Traducción: descubrieron que a todo el mundo le preocupa la competitividad y el comercio exterior. ¡Vaya revelación!

Mientras tanto, en el norte del Río Bravo, la situación es igual de… coordinada. El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, anunció en Fox News –porque qué mejor lugar para discutir complejos acuerdos comerciales que un canal de noticias– que la audiencia pública para conocer las inquietudes de sus propios sectores productivos se pospondrá hasta el 3 de diciembre. Originalmente estaba prevista para el 17 de noviembre. ¿Razones? Misterio. Quizás necesitan más tiempo para descifrar su propia burocracia o tal vez el calendario les jugó una mala pasada. Lo que es evidente es que el proceso de consulta sobre el TMEC es un ejemplo de harmonización trilateral: cada quien lo hace a su manera, como en un concurso de talentos donde nadie sigue las mismas reglas.

México optó por el espectáculo público, con mesas abiertas y debates a la vista de todos. Canadá, siempre discreto, se limita a recibir comentarios privados de los participantes en el comercio trilateral. Y Estados Unidos, fiel a su estilo, improvisa fechas y anuncia cambios en la televisión. Una verdadera muestra de coordinación y método entre socios estratégicos. ¿El resultado final? Quién sabe. Pero el camino, sin duda, está siendo mucho más entretenido de lo que cualquier tratado comercial tiene derecho a ser.

¿Te intriga este baile diplomático? Comparte esta joya de la coordinación internacional en tus redes sociales y explora más análisis sobre los vericuetos del comercio global en nuestra sección de economía. Porque las mejores comedias de enredos no están en Netflix, sino en la geopolítica.

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El sarcástico duelo entre Lilly Téllez y Saskia Niño de Rivera

La activista y la senadora protagonizan un cruce de acusaciones e insultos tras un polémico video desde la curul.

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El teatrito legislativo que desató una guerra en la web

Parece que el Senado de la República ha encontrado una nueva función más allá de legislar: servir como plató improvisado para los reality shows más dramáticos. En esta ocasión, los reflectores los acapararon Lilly Téllez, quien, en un arrebato de inspiración teatral digna de una telenovela de las de antes, decidió que el mejor homenaje a un alcalde asesinado era corear su nombre desde su curul como si estuviera en un concierto de rock, pero con menos ritmo y mucho más morbo.

La senadora, en un alarde de espontaneidad que huele a guion rehecho, no pudo evitar consultar con su compañero de bancada, Ricardo Anaya, para confirmar el nombre del edil. “¿Carlos Manzo es?”, preguntó, en lo que sin duda será recordado como el momento más genuino de la jornada: necesitar un apuntador para una arenga que pretendía ser visceral. Acto seguido, como si hubiera descubierto el fuego, comenzó a vociferar “¡Que viva Carlos Manzo!” con la vehemencia de quien pide la última pieza de pan en una panadería en rebajas.

Y la respuesta no se hizo esperar, con sabor a sarcasmo

Por supuesto, en el zoológico digital que son las redes sociales, semejante espectáculo no podía pasar desapercibido. Entró en escena Saskia Niño de Rivera, la activista, quien con la sutileza de un elefante en una cacharrería soltó un comentario que resonó como un latigazo: “Palera creo que le dicen a Lily”. Ni corta ni perezosa, Téllez, lejos de guardar un silencio digno o de responder con altura, decidió que lo mejor era arrastrar el debate a los infiernos del morbo y la insinuación.

Su réplica fue una joya de la comedia negra: “Mataron al asesino de Carlos Manzo, pero ya puedes preparar tu entrevista al asesino del asesino. Para que sigas lucrando con el morbo”. Porque, claramente, la manera más apropiada de honrar la memoria de un funcionario público víctima de la violencia es lanzando indirectas sobre quién podría explotar comercialmente la tragedia. La ironía, desde luego, se tomó un día libre.

El encontronazo entre estas dos figuras públicas dejó al descubierto el nivel del debate en la esfera pública: un cruce de acusaciones e insultos donde la sustancia brilla por su ausencia. Mientras Téllez aprovechaba la tribuna del Senado para gritar consignas e insultar a colegas como Gerardo Fernández Noroña —a quien tildó de cobarde e imbécil con la delicadeza que la caracteriza—, Niño de Rivera respondía desde la trinchera digital con un humor ácido. Un duelo de egos donde, como suele pasar, el único perdedor es el sentido común.

¿Qué nos deja este penoso episodio? La confirmación de que, en la era del espectáculo político, cualquier gesto, por bienintencionado que pretenda ser, puede convertirse en el detonante de una batalla campal de descalificaciones. Una senadora que corea un nombre como si con eso resolviera la inseguridad nacional y una activista que responde con una pulla mordaz. Un circo en toda regla donde, por un momento, todos miramos boquiabiertos, preguntándonos si esto es gobernanza o simplemente el prólogo de un nuevo programa de televisión basura.

¿Te divirtió este duelo de ingenio en las redes? No te quedes con las ganas, comparte este artículo y revienta las interacciones. Y si te gusta el humor ácido para digerir la actualidad, explora más de nuestro contenido, donde la política nunca fue tan tragicómica.

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