Una Mirada a la Situación Actual

Imagina haber dedicado décadas de tu vida al trabajo, acumulando experiencia y sabiduría, para luego enfrentar un panorama de incertidumbre. Entre julio y septiembre de 2025, el mercado laboral en México estaba integrado por 3.5 millones de guerreros y guerreras de 65 años o más. Sin embargo, una cifra abrumadora, el 77.6%, lo que se traduce en aproximadamente 2.7 millones de almas, se desempeñaban en la economía informal. Esto significa que millones carecían de acceso a servicios de salud, a una jubilación digna y a la protección legal que todo ser humano merece, según los datos revelados por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

En el último año, este desafío no ha hecho más que intensificarse. La informalidad abrió sus puertas a 56 mil adultos mayores, una muestra de su resiliencia y deseo de seguir aportando. Mientras tanto, el sector formal cerró oportunidades, eliminando 42 mil puestos. Esta divergencia no es una simple estadística; es el reflejo de un desequilibrio profundo en las oportunidades de empleo para una generación que tiene tanto que ofrecer. Cada número representa una historia de perseverancia frente a la adversidad.

El Contexto y la Oportunidad de Cambio

Expertos de la inspiradora organización México, ¿Cómo Vamos? nos invitan a ver más allá de las cifras. Esta alta tasa de informalidad entre los adultos mayores no es una casualidad; es un síntoma de una falla estructural en el corazón del mercado laboral mexicano. Muchos de estos trabajadores, llenos de vigor y conocimiento, carecen de condiciones laborales adecuadas y de una red de protección social que honre su trayectoria. Pero cada problema es una oportunidad disfrazada para construir un sistema más justo e inclusivo.

Este fenómeno de la informalidad está intrínsecamente ligado a los niveles de pobreza laboral que varían en cada región. El ingreso promedio de un empleo formal es casi el doble del obtenido en la informalidad. Esta brecha no solo habla de economía, sino de dignidad y calidad de vida. Superar esta brecha es un acto de justicia social y un paso hacia una sociedad que valora a todos sus miembros por igual.

Las Cifras que Nos Mueven a la Acción

Geográficamente, el desafío se manifiesta con distinta intensidad. El Estado de México concentra la mayor población de adultos mayores en la informalidad, con 364 mil personas activas, seguido por los estados de Veracruz con 215 mil y la maravillosa Ciudad de México con 210 mil, de acuerdo con los reportes del Inegi. Cada uno de estos seres humanos es un testimonio de fortaleza, buscando su sustento con determinación.

Fernando Bermúdez Pire, director de relaciones corporativas de ManpowerGroup, ofrece una perspectiva crucial. Nos recuerda que la incapacidad del sector formal para absorber a toda la población económicamente activa, sumada al crecimiento constante de la informalidad, evidencia un deterioro estructural crítico. Pero en cada crítica hay una semilla de solución. Reconocer el problema es el primer paso para transformarlo en una victoria colectiva.

Una de sus reflexiones más poderosas nos invita a la reflexión: “Los contrastes regionales entre las tasas de informalidad muestran la desigualdad de oportunidades laborales y reflejan una migración forzada hacia la precariedad laboral”. Sus palabras subrayan la necesidad urgente de políticas públicas innovadoras y efectivas que fomenten la creación de empleos dignos, estables y seguros para nuestros adultos mayores. Es un llamado a co-crear un futuro donde la experiencia y la sabiduría sean valoradas y protegidas. Juntos, podemos convertir este desafío en una historia de éxito y renovación para nuestra sociedad.

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Los guardianes de la ley se lanzan a la arena literaria

Parece que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación han descubierto que, además de dictar sentencias, existen otros mundos más allá de sus salas de plenos. Este sábado, en un audaz movimiento estratégico, decidieron que la justicia también puede administrarse entre stands de libros y cafés literarios, participando en la inauguración de la 39ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Porque qué mejor manera de conectar con el pueblo que entre el bullicio de la Expo Guadalajara, donde sin duda los ciudadanos promedio suelen debatir sobre la hermenéutica jurídica mientras hojean novelas.

Allí estaban, nuestros máximos intérpretes de la Constitución, destacando la importancia de la cultura y el conocimiento jurídico. Uno casi puede imaginarlos intercambiando firmas por consultas legales: “¿Le dedico este fallo o prefiere una aclaración sobre el amparo indirecto?”. La ministra Loretta Ortiz Ahlf, con una perspicacia digna de elogio, señaló que su presencia reafirmaba el compromiso de construir una justicia que no solo se escribe en resoluciones. Claro, porque ahora también se escribe en las solapas de los libros, un avance civilizatorio sin precedentes.

El circo literario-jurídico se pone en marcha

Por su parte, el ministro Irving Espinosa Betanzo subrayó, con la solemnidad que el momento requería, que los espacios para la divulgación cultural son fundamentales para una sociedad democrática. ¿Y qué mejor lugar que una feria comercial de libros, entre puestos de tacos y coleccionistas de primeras ediciones, para fortalecer la justicia social y la paz? Mientras tanto, el ministro Giovanni Azael Figueroa Mejía agradeció a la Universidad de Guadalajara la invitación, destacando que la FIL representa un espacio de diálogo con la ciudadanía. Porque todos sabemos que el ciudadano de a pie anhela discutir sobre la teoría pura del derecho mientras hace cola para un autógrafo.

Pero la cosa no quedó ahí. Los togados participaron en la Mesa de Diálogo “Justicia renovada para un México democrático“, celebrada en el auditorio Juan Rulfo. Porque si hay algo que caracteriza a la justicia renovada, es sin duda debatir sobre ella en un lugar llamado como el maestro del realismo mágico. ¿Será que esperaban que las sentencias empezaran a escribirse solas, como los manuscritos de Pedro Páramo?

El colmo del espectáculo llegó con las presentaciones de libros. La ministra Ortiz Ahlf presentó el emocionante thriller “Comentarios a la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos“, que seguramente compite en ventas con la última novela de Isabel Allende. Mientras, la ministra Yasmín Esquivel Mossa compartió sus reflexiones con la conmovedora obra “Mamá, en tu ausencia, ¿quién por mí?“, un título que, sin duda, resuena profundamente en las frías salas de tribunal. Para cerrar con broche de oro, el ministro Figueroa Mejía nos obsequió con “Ampliación y reconocimiento de (nuevos) derechos por los Tribunales Constitucionales“, porque los títulos cortos y sencillos están sobrevalorados.

Y por si alguien lo dudaba, resulta que desde 2017, la Suprema Corte participa regularmente en la FIL. Qué alivio saber que nuestro Máximo Tribunal tiene una tradición literaria sólida, fortaleciendo ese vínculo tan natural entre el derecho, la cultura y la ciudadanía. Después de todo, ¿qué sería de la justicia sin una buena feria comercial que la respalde? Una labor loable, sin duda, que acerca el conocimiento jurídico a todos los sectores de la sociedad, o al menos a aquellos que pueden pagar la entrada y tienen tiempo para escuchar a un ministro hablar sobre sus aficiones literarias.

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