Internacional
Petro acusa a Trump de genocidio y pierde su visa estadounidense
Ministros renuncian a sus visas en un acto de solidaridad que redefine la etiqueta de “amigos con beneficios internacionales”.

El espectáculo diplomático que nadie pidió pero todos estamos viendo
Parece que la diplomacia internacional ha decidido cambiar el manual de protocolo por un guion de telenovela. El presidente colombiano Gustavo Petro, en un arranque de sinceridad que pocos líderes mundiales se atreven a mostrar, ha decidido que si va a tener problemas con Estados Unidos, al menos que sean problemas con estilo. El lunes, el mandatario no solo calificó a su homólogo estadounidense Donald Trump como “cómplice de un genocidio” en la Franja de Gaza, sino que además hizo el increíble llamado para que el ejército norteamericano simplemente dejara de obedecerle. Porque, ¿qué podría salir mal cuando un jefe de Estado sugiere insubordinación militar en otro país?
“Si el señor Trump sigue siendo cómplice de un genocidio, como hasta el día de hoy lo es, no merece más sino la cárcel y su ejército no lo debe obedecer”, declaró Petro durante un consejo de ministros que, curiosamente, fue televisado. Uno se pregunta si habrá un productor detrás de cámaras sugiriendo “más drama, por favor”.
Cuando la visa se convierte en moneda de cambio político
Todo este reality show diplomático comenzó cuando el Departamento de Estado estadounidense, probablemente molesto por el discurso callejero de Petro en Nueva York durante una manifestación contra las acciones de Israel en Gaza, decidió quitarle la visa al presidente colombiano. Porque nada dice “diplomacia sofisticada” como quitarle el permiso de viaje al otro como si fueran adolescentes en una pelea de patio escolar.
Pero Petro, lejos de amedrentarse, decidió subir la apuesta. Durante su estancia en Nueva York, el mandatario no solo se unió a las protestas, sino que propuso la creación de un ejército internacional para defender al pueblo palestino. En un movimiento que sin duda haría sonrojar a los guionistas de House of Cards, pidió directamente a los soldados estadounidenses: “no apuntar contra la humanidad sus fusiles. Desobedezcan la orden de Trump”. El gobierno estadounidense, con una paciencia que merece reconocimiento, simplemente calificó las acciones de Petro como “imprudentes e incendiarias”. Vamos, que se contuvieron mucho.
Lo realmente fascinante vino después: en un acto de solidaridad que redefinió el concepto de “lealtad laboral”, la canciller Rosa Villavicencio y el ministro de Hacienda, Germán Ávila, decidieron “renunciar” el lunes a sus visados estadounidenses. Porque cuando tu jefe pierde su privilegio de viajar, lo más lógico es que tú también te lo quites, ¿no? Villavicencio explicó en la red social X que era “un acto de dignidad frente a la inaceptable decisión de revocar el visado al presidente de Colombia”. Nuestra soberanía no se arrodilla. Colombia se respeta”, añadió, en lo que sin duda será una frase para los libros de texto del futuro.
La burocracia meets la rebelión diplomática
Para Wilfredo Allen, un abogado migratorio basado en Miami, no es común que alguien renuncie a su visado. Normalmente la gente espera a que caduque o que Estados Unidos la cancele. Pero, en un giro que nadie esperaba, resulta que sí es posible enviar una carta a la embajada estadounidense renunciando a ese permiso. ¿Quién lo diría? El derecho administrativo siempre tiene sorpresas.
Mientras tanto, el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, mostró por su lado la notificación enviada por la Embajada estadounidense sobre la cancelación de su visa diplomática u oficial y la de turista. “Gaza bien vale una visa”, aseguró. Una frase que sin duda quedará grabada en la historia de las relaciones internacionales, justo al lado de “yo soy el estado” y “que vienen los rusos”.
Pero el momento más deliciosamente irónico vino del subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, quien en la red social X dejó entrever que todo el gabinete colombiano podría haber perdido la visa con una pregunta que merece un premio: “¿Cómo se ‘renuncia’ a algo que no se tiene?”. El misterio queda flotando en el aire, junto con la dignidad y las visas revocadas.
Relaciones bilaterales en modo telenovela
El retiro del visado al presidente colombiano no hizo más que tensar unas relaciones bilaterales que ya venían pasando por momentos complicados. Después de las críticas abiertas de Petro a la política antimigratoria de Trump y la descertificación de Colombia en la lucha contra las drogas por primera vez en tres décadas (aunque con una exención para continuar la cooperación en seguridad), esto era simplemente la cereza en el pastel de la discordia.
La canciller Villavicencio, en un intento por calmar las aguas que ya tienen olas de tsunamis, dijo a la prensa que la actual tensión diplomática no significa necesariamente una ruptura en las relaciones bilaterales. “Cualquier país es soberano para otorgar la visa o para quitarla. Nosotros, pues seguiremos trabajando desde la perspectiva de la diplomacia y de las relaciones que debemos mantener”, aseguró. Traducción: “seguiremos hablando, pero con miradas asesinas”.
La funcionaria fue cuidadosa en aclarar que no hay una directriz general desde el gobierno para que sus funcionarios renuncien al visado estadounidense en protesta por la revocatoria de la de Petro. Según ella, se trata de decisiones individuales. Claro, porque cuando el presidente pierde su visa, todos los ministros independientemente deciden que también quieren perder las suyas. Pura coincidencia, sin duda.
Mientras tanto, el presidente colombiano se encontraba de visita para la Asamblea General anual de las Naciones Unidas y, según dijo, se enteró del retiro del visado cuando arribó a Bogotá en la madrugada del sábado. En ese momento, acusó al gobierno estadounidense de incumplir el derecho internacional y no respetar la inmunidad para los presidentes. Porque si hay algo que caracteriza a las relaciones internacionales en el siglo XXI es el estricto apego al protocolo diplomático, ¿verdad?
Al final, este episodio nos deja preguntándonos si la diplomacia está evolucionando hacia algo nuevo o simplemente hemos vuelto al patio de recreo geopolítico. Entre acusaciones de genocidio, llamados a la desobediencia militar y renuncias a visas en cadena, una cosa es segura: las relaciones entre Colombia y Estados Unidos nunca volverán a ser aburridas.
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Internacional
Segundo día de tregua en Gaza entre esperanza y devastación
La frágil tregua revela el devastador costo humano mientras se inicia el complejo proceso de intercambio y reconstrucción.

Análisis del Segundo Día del Cese al Fuego en Gaza
La implementación del alto el fuego en la Franja de Gaza mantuvo su curso durante su segunda jornada, un periodo caracterizado por contrastes profundos entre la devastación material y las expectativas humanas. Mientras decenas de miles de civiles palestinos desplazados iniciaban el complejo proceso de retorno a sus localidades de origen, la población israelí concentraba su atención en la anticipada liberación de los cautivos restantes, prevista para el lunes según los términos del acuerdo.
El panorama que encontraron los retornados dista considerablemente de poder denominarse hogar. Mahmoud al-Shandoghli, un residente de la Ciudad de Gaza, manifestó con crudeza la dimensión de la catástrofe: “Gaza está completamente destruida. No tengo idea de dónde deberíamos vivir o adónde ir”. Esta declaración sintetiza el desafío humanitario inmediato mientras maquinaria pesada iniciaba las labores de remoción de escombros acumulados durante dos años de hostilidades continuas. En medio de este paisaje de destrucción, gestos simbólicos como el de un niño palestino izando su bandera nacional sobre los restos de un edificio destrozado evidencian la resiliencia comunitaria frente a la adversidad extrema.
Movilización Ciudadana y Postura Gubernamental Israelí
En territorio israelí, las manifestaciones públicas reflejaron un espectro emocional complejo. Concentraciones multitudinarias en Tel Aviv mostraron apoyo al presidente estadounidense Donald Trump, mientras se manifestaban actitudes críticas hacia el primer ministro Benjamin Netanyahu. La presencia del enviado estadounidense Steve Witkoff y de Jared Kushner, yerno de Trump, en una protesta semanal que muchos anticipaban como la última, marcó un punto significativo en el proceso diplomático.
Witkoff dirigió un mensaje directo a los cautivos: “A los propios rehenes, nuestros hermanos y hermanas: Están ustedes regresando a casa”. Kushner, por su parte, proyectó la celebración para el lunes, fecha en que las Fuerzas de Defensa de Israel han establecido la liberación de los 48 rehenes que permanecen en Gaza, de los cuales el gobierno israelí estima que aproximadamente 20 mantienen condiciones de supervivencia. Notablemente, Kushner también reconoció explícitamente el “sufrimiento” experimentado por la población gazatí, un reconocimiento inusual en el discurso político israelí.
El ambiente en estas concentraciones mezclaba euforia contenida con conciencia de los desafíos venideros. Yaniv Peretz, uno de los participantes, expresó esta dualidad: “Es un momento realmente feliz, pero sabemos que vendrán momentos increíblemente difíciles”. Esta percepción ciudadana refleja comprensión sobre la naturaleza provisional del acuerdo y los obstáculos que subsisten para una resolución duradera del conflicto.
Arquitectura del Mecanismo de Supervisión Internacional
El despliegue de aproximadamente 200 efectivos militares estadounidenses representa un componente crucial del esquema de verificación del cese al fuego con Hamás. Estas unidades establecerán un centro operativo destinado a facilitar el flujo de asistencia humanitaria, además de proporcionar apoyo logístico y de seguridad. El almirante Brad Cooper, jefe del Comando Central del ejército estadounidense, enfatizó que “este gran esfuerzo se logrará sin botas estadounidenses en el terreno en Gaza”, delimitando así el perfil de la intervención internacional.
La coordinación entre las partes se evidenció en la reunión sostenida el sábado entre Witkoff, Kushner y Cooper con altos funcionarios militares estadounidenses e israelíes en la periferia de Gaza, un encuentro que estableció los protocolos operativos para la implementación práctica de los acuerdos.
Examen de los Términos Específicos del Acuerdo
p>El análisis de una copia del documento de cese al fuego obtenida por The Associated Press -cuya autenticidad fue confirmada por dos funcionarios, incluido uno de un país signatario- revela disposiciones meticulosas. El acuerdo estipula que Hamás debe compartir toda la información relacionada con cualquier cuerpo de rehenes que no sea liberado dentro de las primeras 72 horas, mientras que Israel se compromete a proporcionar información sobre los restos de palestinos fallecidos de Gaza que permanecen bajo custodia israelí.
El mecanismo de intercambio de información se articulará a través de mediadores internacionales y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que también garantizará la exhumación y liberación de todos los cautivos. Es particularmente significativa la disposición que establece que mediadores y el CICR facilitarán el intercambio de rehenes y prisioneros “sin ceremonias públicas ni cobertura mediática”, buscando así minimizar la instrumentalización política de estos procesos.
En contrapartida a la liberación de rehenes israelíes, Israel ejecutará la excarcelación de aproximadamente 250 palestinos condenados, así como alrededor de 1.700 personas capturadas en Gaza durante los dos últimos años y mantenidas en detención administrativa sin formulación de cargos. El Servicio de Prisiones de Israel confirmó el sábado que estos reclusos ya han sido trasladados a instalaciones de deportación en las prisiones de Ofer y Ktzi’ot, “esperando instrucciones del escalón político”.
Desafíos Humanitarios Inmediatos y Respuesta Internacional
La crisis humanitaria en Gaza representa uno de los componentes más urgentes del escenario post-bélico. Organizaciones de asistencia han instado enfáticamente a Israel a reabrir más puntos de cruce para permitir el flujo de ayuda humanitaria hacia el territorio gazatí. Un funcionario de Naciones Unidas, bajo condición de anonimato para discutir detalles no públicos, informó que Israel ha aprobado entregas ampliadas de ayuda a partir del domingo.
El Programa Mundial de Alimentos manifestó su preparación para restaurar 145 puntos de distribución de alimentos a lo largo de la Franja una vez que Israel autorice las entregas ampliadas. Esta capacidad representa apenas el 36% de la infraestructura operativa previa al cierre israelí de Gaza en marzo, cuando las agencias de la ONU mantenían operativos 400 centros de distribución, lo que dimensiona la magnitud del deterioro en las condiciones de vida de la población civil.
El análisis estructural del acuerdo sugiere que su implementación exitosa dependerá críticamente del mantenimiento de los delicados equilibrios negociados, la capacidad de las partes para gestionar las expectativas de sus respectivas bases sociales, y la efectividad de los mecanismos de verificación internacional. La frágil tregua representa no solo una pausa en las hostilidades, sino un experimento crucial en la reconstrucción de confianza entre entidades históricamente antagónicas, con implicaciones profundas para la estabilidad regional a mediano y largo plazo.
¿Considera que este análisis proporciona una perspectiva equilibrada sobre la compleja situación en Gaza? Comparta este examen detallado en sus redes sociales para contribuir a una comprensión más matizada del conflicto y explore nuestro contenido relacionado sobre procesos de paz y reconstrucción post-conflicto en otras regiones.
Internacional
Hallazgo de lápida romana resuelve misterio de décadas
Una lápida de un marinero romano, desaparecida tras la Segunda Guerra Mundial, emerge décadas después en un jardín estadounidense.

El Descubrimiento Inesperado en un Jardín de Nueva Orleans
Una investigación meticulosa se desencadenó a partir de una actividad doméstica rutinaria en la ciudad de Nueva Orleans. Una familia, dedicada a la limpieza de la densa maleza que cubría su jardín trasero, realizó un descubrimiento de una naturaleza extraordinaria. Oculta bajo la vegetación, emergió una enigmática losa de mármol, cuya superficie presentaba una inscripción con caracteres latinos. Entre las frases legibles, se destacaba una mención particularmente evocadora: “espíritus de los muertos”. Este hallazgo inmediatamente trascendió lo ordinario, planteando un rompecabezas histórico de proporciones significativas.
La propietaria, Daniella Santoro, quien además es antropóloga en la Universidad de Tulane, reconoció de inmediato la singularidad del objeto. “El hecho de que estuviera en latín realmente nos dejó perplejos”, comentó Santoro. “Quiero decir, ves algo así y dices: ‘Está bien, esto no es algo ordinario'”. La combinación del material, la antigua lengua y el contexto doméstico moderno generó una intriga considerable, acompañada de una leve alarma, lo que motivó a Santoro a buscar la pericia de un especialista para descifrar el origen y la procedencia del artefacto.
La Identificación y el Contexto Histórico del Artefacto
Intrigada por el descubrimiento, Santoro contactó a su colega, la arqueóloga clásica Susann Lusnia. El análisis preliminar de las imágenes proporcionadas por Santoro permitió a Lusnia realizar una identificación inmediata y concluyente. La losa de mármol resultó ser la lápida sepulcral de un marinero romano llamado Sextus Congenius Verus, con una antigüedad estimada de 1.900 años. “Cuando vi por primera vez la imagen que me envió Daniella, realmente me dio escalofríos porque estaba asombrada”, relató Lusnia, subrayando la magnitud e importancia del hallazgo.
Una investigación histórica más profunda, emprendida por Lusnia, reveló que la tabla había estado desaparecida de un museo italiano durante décadas, resolviendo así un misterio patrimonial de larga data. La inscripción en la lápida proporcionó datos biográficos cruciales: Sextus Congenius Verus falleció a la edad de 42 años, por causas que permanecen desconocidas, tras haber servido durante más de dos décadas en la armada imperial romana. Su servicio se desarrolló a bordo de un barco denominado Asclepio, nombrado en honor a la deidad grecorromana de la medicina. El epígrafe lo describe como un individuo “muy merecedor” y fue encargado por dos personas identificadas como sus “herederos”. Lusnia explicó que, dado que los militares romanos de la época no tenían permitido contraer matrimonio, es altamente probable que estos herederos fueran sus compañeros de barco, una práctica común que reflejaba los lazos de camaradería dentro de las unidades.
La Procedencia y la Pista del Museo Destruido
El rastro histórico de esta estela funeraria conduce a Civitavecchia, una localidad portuaria costera situada a aproximadamente 48 kilómetros al noroeste de Roma. La lápida formaba parte de un antiguo cementerio, descubierto en la década de 1860, que albergaba alrededor de 20 tumbas de personal militar. El texto de la inscripción había sido registrado y catalogado en 1910 como parte de un compendio de epigrafía latina, donde ya se señalaba explícitamente que el paradero físico de la losa era desconocido.
Posteriormente, la pieza fue documentada en los inventarios del Museo Arqueológico Nacional de Civitavecchia en el período anterior a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el destino del museo y sus colecciones dio un giro trágico durante el conflicto. Las instalaciones fueron prácticamente destruidas durante los intensos bombardeos aliados, un evento catastrófico que provocó la dispersión, pérdida o destrucción de numerosos artefactos. La reconstrucción del museo demandó décadas, y durante ese prolongado intervalo, la lápida de Sextus Congenius Verus permaneció en la lista de objetos desaparecidos. El personal del museo confirmó a Lusnia que la tabla había estado en paradero desconocido durante décadas, y las medidas registradas oficialmente —0,09 metros cuadrados y 2,5 centímetros de grosor— coincidían de forma exacta con las dimensiones de la losa descubierta en el jardín trasero de la familia Santoro en Nueva Orleans.
Este hallazgo no solo representa la recuperación de un objeto de incalculable valor histórico, sino que también subraya los profundos y, a menudo, impredecibles vínculos que conectan el mundo moderno con la antigüedad. La trayectoria de esta lápida, desde un cementerio militar romano hasta un museo italiano bombardeado y, finalmente, a un patio trasero en Estados Unidos, encapsula los flujos migratorios de los artefactos culturales a través del tiempo y los continentes, frecuentemente como resultado de los conflictos humanos y el comercio de antigüedades. Su redescubrimiento cierra un capítulo histórico y ofrece una oportunidad única para reevaluar la vida de un individuo común dentro de la maquinaria del Imperio Romano, cuya memoria logró trascender milenios.
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Internacional
Gaza vive una tregua crucial con esperanzas de paz y ayuda
Una frágil tregua activa una carrera contrarreloj para salvar vidas, mientras el destino de la Franja pende de un hilo.

Una Grieta en la Oscuridad: La Esperanza Llega a Gaza en Medio del Drama
Como un susurro de vida en un paisaje de muerte, los preparativos para incrementar el auxilio humanitario en la castigada Franja de Gaza se desarrollaban con una urgencia febril aquel domingo. Un nuevo y frágil acuerdo de cese al fuego, una tregua forjada en el fuego de la desesperación, se extendía sobre el territorio como un manto delicado, encendiendo una chispa de esperanza en medio de la tragedia. Muchos se aferraban a la creencia, casi una plegaria, de que este podría ser el epílogo de una guerra devastadora de dos años, el momento en que la pesadilla tocaría a su fin.
COGAT, el organismo de defensa israelí que supervisa la asistencia para paliar la catástrofe, anunció con solemnidad que la cantidad de ayuda que ingresaría a la Franja de Gaza aumentaría ese mismo día a alrededor de 600 camiones diarios, tal como estipulaba el pacto. Era una promesa de supervivencia, un número que representaba miles de destinos. Desde el corazón de Egipto, partía una caravana de salvación: 400 camiones cargados con el aliento de la vida, que tendrían que enfrentar el escrutinio de las fuerzas israelíes antes de poder cruzar al infierno.
Las imágenes, capturadas por Associated Press, mostraban una procesión de vehículos avanzando por el lado egipcio del cruce de Rafah. Eran los jinetes del apocalipsis, pero en reversa; portaban medicamentos para curar heridas, carpas para cobijar a los desamparados, mantas para abrigar a los que todo lo perdieron, comida para saciar el hambre más cruel y combustible para mantener encendida la llama de la resistencia. Su destino final era la zona de inspección en el cruce de Kerem Shalom, donde el ejército israelí decidiría su paso, un control que se sentía como el juicio final para miles.
La Sombra del Hambre y la Incertidumbre de un Fondo Vital
Las ofensivas israelíes, implacables y expansivas, combinadas con las férreas restricciones a la ayuda humanitaria, habían desatado una crisis alimentaria de proporciones bíblicas, una plaga moderna que había escalado hasta alcanzar el grado de hambruna en vastas regiones del territorio. Las Naciones Unidas, con la angustia de quien tiene la solución pero no el permiso, declararon tener aproximadamente 170.000 toneladas de suministros, fármacos y otra asistencia vital esperando, como un ejército de paz, a que Israel diera la anhelada luz verde.
Mientras tanto, Abeer Etifa, portavoz del Programa Mundial de Alimentos, revelaba que los trabajadores, héroes anónimos, se afanaban en despejar y rehabilitar las vías internas de Gaza aquel domingo. Su misión era titánica: allanar el camino para la distribución de la esperanza, crear arterias por donde pudiera fluir la supervivencia.
Pero en este drama de alta tensión, el destino de la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG) se cernía como una sombra de duda. Esta organización colaboradora, respaldada por Israel y Estados Unidos, que había reemplazado a la operación de auxilio de la ONU en mayo como el principal proveedor de alimentos en el enclave, veía su futuro en la cuerda floja. Testigos palestinos relataron, con un dejo de confusión, cómo los puntos de distribución de comida operados por el grupo en Rafah y el centro de Gaza habían sido desmantelados tras el acuerdo de tregua.
La FHG había sido promocionada como el sistema alternativo para evitar que Hamás interceptara la ayuda. Sin embargo, sus actividades se hundieron en un caos indescriptible, marcado por tragedias donde cientos de palestinos perdieron la vida por disparos israelíes mientras se agolpaban en sus centros. El ejército israelí, en una defensa que resonaba con frialdad, argumentó que sus tropas realizaron disparos de advertencia para controlar a las muchedumbres. Un representante de la FHG, en un comunicado que sonaba a justificación, sugirió que podrían haber “ajustes tácticos en las operaciones y clausuras provisionales” durante la transferencia de cautivos, pero aseguró que “no hay modificaciones en nuestro plan a largo plazo”. Eran palabras que intentaban calmar aguas turbulentas, pero la incertidumbre era palpable.
El Intercambio Anhelado y la Sombra de una Cumbre
Paralelamente, en un guión cargado de emotividad, los preparativos para la tan anhelada liberación de los rehenes israelíes en Gaza y de los presos palestinos en Israel se llevaban a cabo con una meticulosidad que solo la historia exige. Un mensaje del sábado, enviado por Gal Hirsch, el coordinador israelí para los Cautivos y los Desaparecidos, y obtenido por The Associated Press, instaba a las familias de los rehenes a prepararse para el reencuentro con sus seres queridos a partir del lunes por la mañana. Era la noticia por la que habían rezado durante interminables meses.
Hirsch declaró que los preparativos en hospitales y en el campamento de Re’im estaban completos para recibir a los rehenes con vida, mientras que los fallecidos serían trasladados con solemnidad al Instituto de Medicina Forense para su identificación. Un grupo de trabajo internacional se embarcaría en la macabra tarea de localizar a los cautivos fallecidos que no fueran devueltos en el plazo de 72 horas. Los funcionarios admitían, con realismo sombrío, que la búsqueda de los cuerpos, muchos sepultados bajo montañas de escombros, podría consumir un tiempo precioso e insoportable.
Las estimaciones de los funcionarios israelíes creían que alrededor de 20 de los 48 rehenes en poder de Hamás y otras facciones palestinas seguían con vida. Se esperaba, con una fe que bordea lo milagroso, que todos los rehenes supervivientes fueran puestos en libertad el lunes.
En un giro de trama digno de una epopeya política, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, artífice de las presiones para lograr este acuerdo de alto el fuego, tenía previsto llegar a Israel el lunes por la mañana. Su agenda, publicada por la Casa Blanca, incluía un encuentro desgarrador con las familias de los rehenes y un discurso en el Knéset, el parlamento israelí. Posteriormente, Trump se dirigiría a Egipto, donde, según la oficina del presidente egipcio, Abdul Fatá el Sisi, copresidiría una “cumbre por la paz” el lunes, con la asistencia de líderes regionales e internacionales. Era el escenario perfecto para forjar una paz duradera o para que todo se derrumbara estrepitosamente.
El momento para la liberación de aproximadamente 2.000 presos palestinos bajo custodia israelí, que serían excarcelados como parte del intercambio, permanecía en el aire. Esta cifra incluía a 250 personas que cumplían cadena perpetua, además de 1.700 personas capturadas en Gaza durante la guerra y retenidas sin cargos, un punto de fricción que añadía más leña al fuego de la controversia.
Las autoridades sanitarias de Gaza, por su parte, se preparaban para un aluvión de necesidades. Esperaban el regreso de 1.900 prisioneros palestinos, muchos de los cuales requerirían “atención médica urgente“, así como los cuerpos de los fallecidos que el ejército israelí había tomado de la Franja, según declaró el doctor Mounir al-Boursh, director general del Ministerio de Salud en el enclave. Al-Boursh, con la voz quebrada por la emergencia, señaló que entre los cadáveres devueltos se esperaba que estuvieran los del personal sanitario que pereció en centros de detención israelíes, e imploró por la liberación de los doctores Hossam Abu Safiya y Marwan al-Hams, apresados en Gaza durante el conflicto.
El Regreso a las Cenizas y el Eco de la Guerra
Mientras las negociaciones de alto nivel ocupaban los titulares, en el suelo, el drama humano se desarrollaba con crudeza. Los palestinos continuaban regresando a las áreas que las fuerzas israelíes habían desocupado, aunque para muchos, el regreso era un amargo encuentro con la realidad: sus hogares, sus vidas, reducidas a escombros y polvo.
Imágenes de satélite analizadas por The Associated Press mostraban una interminable procesión de vehículos viajando hacia el norte, hacia la ciudad de Gaza. Las fotografías del sábado revelaban una caravana de esperanza y desolación en la carretera Al Rashid, la vía que serpentea de norte a sur junto a la costa mediterránea de la Franja. También se divisaban carpas a lo largo de la costa, cerca del puerto deportivo de la ciudad de Gaza. Muchas personas, en un acto de supervivencia instintiva, habían estado viviendo en la orilla del mar, un refugio precario para escapar de ser blanco de los bombardeos israelíes.
En un giro que añadía capas de complejidad, se reportó la presencia de policías armados en la ciudad de Gaza y en el sur, patrullando las calles y asegurando los camiones de auxilio que transitaban por áreas de las que el ejército israelí se había retirado. Esta fuerza policial, una pieza más en el tablero de ajedrez político, forma parte del Ministerio del Interior controlado por Hamás.
La pausa en los combates, ese respiro fugaz, permitió a los equipos de rescate y a los residentes realizar una búsqueda desgarradora:
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