El triunfo más amargo de Novak Djokovic

Bueno, amigos del tenis, prepárense para el drama semanal de Novak Djokovic, porque este capítulo viene cargado de esa energía de “lo gano todo, pero mi cuerpo dice ‘hasta aquí, colega'”. Recién salido de levantar un trofeo más en Atenas, el tipo anuncia que se baja de las Finales ATP. Algo así como cuando te comes el postre pero te saltas la cena porque, bueno, las reglas las pones tú.

Este sábado, Nole decidió darnos un partidazo de casi tres horas contra Lorenzo Musetti, remontando un 4-6 para llevarse el Campeonato Helénico con un 6-3 y 7-5 en los sets siguientes. Su título número 101, porque coleccionar centenas es su nuevo hobby, aparentemente. Pero entre punto ganador y punto ganador, su hombro decidió que ya había tenido suficiente fama por este año.

El adiós (otra vez) a las Finales ATP

En un movimiento que ya empieza a ser tradición otoñal, Djokovic anunció por redes sociales que su lesión en el hombro le impedirá jugar en el evento de fin de temporada en Turín. “Me entristece compartir que tengo que retirarme debido a una lesión persistente”, dijo. O sea, el hombro pasó de ser su aliado a su peor enemigo en cuestión de horas. La consistencia es clave, incluso en las lesiones.

Esta será la segunda vez consecutiva que el serbio falta a las Finales ATP, un torneo que ha ganado siete veces. El año pasado también fue una lesión. A este ritmo, vamos a necesitar un calendario solo para seguir sus bajas médicas. Mientras tanto, Musetti, el chico que perdió la final, hereda su puesto en el cuadro principal. La vida da más vueltas que una pelota de topspin.

La situación es tan irónica que Felix Auger-Aliassime ya había empacado su raqueta mentalmente, pensando que estaba fuera, cuando de repente Djokovic le da el pase indirectamente. El tenis profesional: donde la lógica va a morir y los giros argumentales son más impredecibles que el final de ‘The Last of Us’.

Con 24 títulos de Grand Slam en su vitrina, uno pensaría que Djokovic puede permitirse descansar. Pero verlo ganar en Atenas con tanto esfuerzo para luego renunciar a uno de los torneos más importantes del año es como ver a tu streamer favorito hacer un directo maratoniano y cancelar la colaboración más esperada. Un mix de admiración y frustración total.

¿Qué significa esto para el futuro del circuito? Que la jerarquía del tenis masculino sigue tan líquida como los grupos de WhatsApp. Djokovic se reserva el derecho de volver cuando quiera, pero por ahora, su hombro tiene más protagonismo que un personaje secundario en Stranger Things.

¿Te sorprende esta decisión de último minuto? Comparte esta nota en tus redes y cuéntanos si crees que volverá con más fuerza en 2026. Y no dejes de explorar más contenido relacionado con los atletas que escriben su propia leyenda, con todas sus idas y venidas.

El fin de semana soñado de Norris y la pesadilla de Verstappen

Parece que los dioses del motor, en un arranque de aburrimiento, decidieron intercambiar los guiones para el Gran Premio de Brasil. Por un lado, tenemos a Lando Norris, el chico de oro de McLaren, quien no solo ganó la carrera sprint el sábado sino que también, por si acaso se le olvidaba a alguien quién manda, se plantó en la pole position para la carrera principal. Todo un despliegue de poder para ampliar su ventaja en el campeonato. Qué detalle, ¿verdad?

Mientras tanto, en el rincón de los dramas shakespearianos, encontramos a Max Verstappen, el hasta hace poco invencible tetracampeón, quien, tras una clasificación desastrosa que lo dejó en el puesto 16, básicamente le dijo adiós con la mano a su quinto título consecutivo. Sus palabras, no las mías: “Puedo olvidarme de eso”. Una declaración de rendición que seguramente llenó de alegría a sus rivales y de horror a los managers de Red Bull. Claro, luego está el pequeño detalle de que el año pasado ganó desde el puesto 17 en este mismo circuito. Pero, ¿para qué dejar que los hechos pasados estropeen una buena crisis existencial?

Norris, con la modestia que caracteriza a un piloto que lo está petando todo, describió sus actuaciones como “resbaladizo, inconsistente, pero divertido”. Vamos, un paseo por el parque. Agradeció al equipo por darle “un gran coche”, una obviedad tan grande como decir que en Interlagos suele hacer calor. Por su parte, el pobre Oscar Piastri, su compañero en McLaren, vio cómo la brecha se ampliaba a nueve puntos y, para rematar, no pudo terminar la carrera sprint. Algo así como ir de fiesta con tu mejor amigo y que a él le toque la lotería y a ti se te caiga el móvil al water.

Un escenario brasileño con todos los ingredientes para el caos

La pista, parcialmente mojada, fue testigo de cómo Norris se imponía por apenas 0.174 segundos a Kimi Antonelli de Mercedes, quien parece empeñado en hacerle la vida imposible. Norris admitió: “Kimi ciertamente no me estaba haciendo la vida más fácil”. Una forma muy educada de decir “este mocoso no me quitaba la rueda de atrás”. La carrera sprint también nos regaló el espectáculo de ver cómo Gabriel Bortoleto, el favorito local de Sauber, decidió que el muro de Interlagos necesitaba un abrazo más cercano en la última vuelta. Su coche quedó tan hecho polvo que mañana empezará desde el pit lane, dando a sus fans locales exactamente la experiencia que no esperaban.

Y no podía faltar el condimento futbolístico. Con la abrumadora mayoría de aficionados brasileños y argentinos en las gradas, su eterna rivalidad se traslada al asfalto, donde Franco Colapinto de Alpine comenzará 18º, cerquita de su “amigo” Bortoleto. ¿Quién dijo que el Clásico solo se juega en el campo?

Mientras tanto, en el planeta Ferrari, las cosas no pintan mucho mejor. Charles Leclerc saldrá tercero, lo que no está mal, pero Lewis Hamilton solo pudo lograr un decepcionante 13º puesto. Alguien en Mercedes debe estar preguntándose si han cambiado los neumáticos por patines. Para añadir más leña al fuego de la incertidumbre, los pronósticos de lluvia para el domingo son más cambiantes que el estado de ánimo de un piloto con neumáticos blandos gastados. Algunos equipos apostaron por esos neumáticos para la clasificación y ahora tendrán que conservarlos para la carrera, un juego de estrategia que puede salir tan bien como un pulpo en un garaje.

Así las cosas, el escenario está servido para un domingo de locos. Norris intentará consolidar su liderato, Verstappen buscará un milagro que él mismo ya ha descartado, y el resto luchará por no ser un mero extra en la película de Lando. Todo ello en el caldero infernal que es Interlagos. Promete, y mucho.

¿Crees que Verstappen puede remontar o Norris se llevará todo el domingo? Comparte tu pronóstico en tus redes sociales y descubre más análisis sobre la emocionante temporada de Fórmula 1 en nuestra web.