A los 16
años de edad, Alejandra L. Carpio supo que dedicaría su vida a la cocina y a
los 28 años -ya convertida en una chef- viajó a Francia en busca de un empleo,
pero encontró algo mejor: la inspiración para crear arte con la panadería.
Para la joven nacida en Tijuana, al igual que muchos emprendedores, el camino para crear su propio negocio no ha sido fácil, pero de su lado están los conocimientos, la preparación y la pasión por la repostería francesa para fundar su su primer food truck.
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Con el objetivo de convertirse en una chef profesional, Alejandra L. Carpio dejó Tijuana para estudiar en la Ciudad de México, a los 28 años de edad decidió irse a Francia con dos objetivos: encontrar un empleo y conocer de cerca el sabor de los croissants, chocolatines, baguettes, hogazas y cuernitos.
Mientras buscaba trabajo en París,
Alejandra trazó una ruta personal para visitar las panaderías de la ciudad y
degustar decenas de esos bollos de hojaldre en forma de media luna.
No encontró trabajo, halló algo mejor: a partir de sus recorridos por las panaderías parisinas, adaptó el paladar, observó y detectó la fórmula e inspiración para elaborar pan, que ahora es su motor laboral.
“Me iba a todas las panaderías a
descubrir el sabor, allá la gente no come tanta azúcar, aprendí muchas cosas
sobre el trabajo.
Recorrí casi todas las panaderías en París para descubrir el sabor y poder adaptar mi paladar, la materia prima es muy importante. Yo comía muy bien allá y quería hacer esos panes aquí, pero es muy caro “, comenta.
Desde un pequeño horno en Tijuana
En la Ciudad de México, Alejandra se
dedicó a estudiar cocina durante un año y se especializó en pastelería, después
ganó una beca y estudió francés y realizó algunas prácticas en Mónaco.
Lo de hacer pan vino después, dijo la joven pastelera, por lo que tomó algunos cursos y se especializó en bollería francesa. Las piezas que se hacen a base de masa laminada, enriquecida con huevo, mantequilla y azúcar para producir las hojaldres y así elaborar panes como las orejas y el croissant o cruasán.
Gracias al dominio del idioma, Alejandra participó en la traducción de cursos de panadería para Mexipan, la feria internacional de la industria del pan en México.
Ya en Tijuana, empezó con sus
creaciones de hojaldre en un pequeño horno que instaló en su casa, pero
actualmente cuenta con su propio taller donde se dedica a la elaboración de
todo tipo de panes de origen francés.
Aunque fue difícil emprender su propio negocio, ya cumplió su primer año como emprendedora y antes de que termine el 2019 planea echar a andar su primer food truck en el que promete ofrecer el gran sabor de la repostería francesa con sus creaciones de masa de harina.