Nacional
El Buque Cuauhtémoc supera con éxito sus pruebas de mar en Nueva York
Tras superar exhaustivas pruebas técnicas, el emblemático velero mexicano confirma su plena operatividad tras un grave incidente.

El Buque Escuela Cuauhtémoc culmina con éxito sus pruebas de aceptación en la mar
El Buque Escuela ARM Cuauhtémoc, emblemático velero de la Secretaría de Marina de México, retornó este sábado al muelle 86 (Pier 86) en Manhattan, Nueva York, tras concluir de manera satisfactoria sus pruebas de aceptación en la mar (SAT/Sea Acceptance Tests). Este hito técnico marca la culminación de un meticuloso proceso de reparación y verificación, confirmando la plena operatividad de la embarcación.
La institución naval informó que durante las maniobras de 72 horas de duración, se ejecutó un protocolo de validación integral. Este procedimiento técnico incluyó la verificación del sistema de gobierno de navegación en sus modos normal y de emergencia, asegurando la capacidad de maniobra y control direccional del buque bajo diversas condiciones. Paralelamente, se sometió a prueba el sistema propulsor auxiliar, evaluando su rendimiento tanto en avante como en reversa, y a distintas revoluciones para comprobar su respuesta y estabilidad.
Una verificación técnica exhaustiva y su contexto histórico
El regreso del “Cuauhtémoc” a su amarre en el puerto de Nueva York se produce cuatro meses después de un grave incidente. La embarcación sufrió un choque en los astilleros de Nueva York, un percance que, trágicamente, resultó en el fallecimiento de dos marinos y dejó 19 heridos, además de provocar daños significativos en la estructura del velero. Este evento obligó a la ejecución de trabajos de reparación extensivos y especializados en las instalaciones de Caddell Dry Dock And Repair Co. y GMD Shipyard.
Tras esta intervención técnica de gran envergadura, la Semar dispuso la realización de estas pruebas de mar con el objetivo fundamental de garantizar que cada mástil, vela, cable de acero (jarcia) y mecanismo asociado respondiera de manera óptima en condiciones reales de navegación. El 17 de septiembre, el velero había partido de Manhattan con rumbo a aguas abiertas del océano Atlántico para llevar a cabo estos ensayos, donde su tripulación puso a prueba de manera rigurosa cada componente y sistema a bordo.
Según detalló la Armada de México, en las mencionadas pruebas se verificó el correcto funcionamiento del Sistema de Gobierno en todos sus modos operativos. Asimismo, se consolidaron y comprobaron los enlaces de los Equipos de Comunicaciones Exteriores, un elemento crítico para la seguridad y la coordinación operativa durante sus travesías formativas. Una parte crucial de la evaluación fue la comprobación de la resistencia de su Arboladura y Jarcia (el conjunto de palos y cables que sostienen las velas), así como la firmeza transversal y longitudinal del casco, validando esencialmente el correcto funcionamiento de su sistema de propulsión a vela.
La finalización exitosa de estas pruebas no solo representa un logro técnico para la Secretaría de Marina, sino que también restaura la confianza en una de las embarcaciones más simbólicas de la marina mexicana. El Buque Cuauhtémoc, conocido como el “Caballero de los Mares”, es un velero bergantín que sirve como buque escuela para la formación de guardiamarinas, realizando cruceros de instrucción que promueven la diplomacia naval y proyectan la imagen de México en puertos alrededor del mundo. Su restablecimiento completo asegura la continuidad de esta misión formativa y representativa.
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Nacional
Saqueos empañan la emergencia por inundaciones en Poza Rica
El desbordamiento del Río Cazones desata el caos y el pillaje en el norte de Veracruz, requiriendo la intervención de fuerzas federales.

Caos y Desorden en Medio de la Catástrofe Climática
La ciudad de Poza Rica, un núcleo urbano clave en el norte de Veracruz, se ha visto sumida en una situación de crisis extrema tras el desbordamiento del Río Cazones. Este fenómeno hidrometeorológico ha transformado calles y avenidas en caudalosos ríos, paralizando por completo la vida cotidiana y sumiendo a la población en una lucha por la supervivencia. En este contexto de desesperación y colapso de los servicios básicos, se registraron lamentables episodios de pillaje y vandalismo que agravaron la ya de por sí compleja emergencia, desviando recursos críticos de seguridad y socorro hacia el control del orden público.
Los actos de saqueo sistemático se concentraron en establecimientos comerciales de gran afluencia y reconocimiento nacional, como las tiendas de autoservicio Oxxo, y los almacenes Elektra y Coppel. Testigos presenciales reportaron la participación de grupos organizados, compuestos por hombres, mujeres e, inquietantemente, menores de edad, quienes aprovecharon la retirada inicial de las aguas en el bulevar Lázaro Cárdenas para perpetrar los robos. El botín incluyó una amplia gama de productos, desde bienes de primera necesidad hasta artículos de alto valor, como electrodomésticos, colchones, bicicletas, motocicletas y llantas. En un incidente previo, otro grupo había forzado las instalaciones de una tienda Oxxo, sustrayendo principalmente comestibles, bebidas alcohólicas, refrescos, cigarros y frituras.
Intervención Federal y Contexto Regional de la Emergencia
La escalada del desorden civil fue contenida con la llegada oportuna de elementos del Ejército Mexicano. Su despliegue en la zona fue determinante para disuadir a los saqueadores, establecer perímetros de seguridad alrededor de los comercios vulnerables y prevenir una mayor expansión de las acciones delictivas. La intervención de las fuerzas federales resultó crucial para restablecer un mínimo de orden y permitir que los esfuerzos comenzaran a redirigirse hacia las tareas más urgentes de rescate y asistencia a las familias afectadas.
La magnitud de esta catástrofe natural es regional. Las precipitaciones torrenciales acumuladas durante las últimas 72 horas, combinadas con el flujo de afluentes provenientes de las zonas montañosas y estados colindantes, han impactado severamente a un total de 48 municipios veracruzanos, siendo la región norte la más castigada. Las localidades de Poza Rica y Álamo han soportado el mayor impacto de las crecidas de los ríos, cuyos caudales experimentaron un aumento súbito y devastador. La situación pone en evidencia la vulnerabilidad de las infraestructuras urbanas frente a eventos climáticos extremos y la necesidad crítica de sistemas de alerta temprana y planes de contingencia robustos.
Este desastre trasciende la simple anécdota de un fenómeno meteorológico; constituye un estudio de caso sobre la resiliencia comunitaria y los desafíos de la gestión de crisis. Mientras la solidaridad de muchos ciudadanos se manifiesta en labores de apoyo mutuo, los actos de saqueo revelan las grietas que se abren en el tejido social cuando la ley y el orden se desvanecen. La recuperación de Poza Rica no solo implicará la limpieza y reconstrucción de espacios físicos, sino también la reparación de la confianza colectiva y la evaluación de los protocolos de seguridad para futuras contingencias. La lección es clara: la preparación y la coordinación interinstitucional son la primera línea de defensa contra el caos.
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Nacional
Sheinbaum coordina apoyo nacional tras lluvias con censos
El gobierno federal activa protocolos de auxilio y anuncia respaldo integral para las comunidades damnificadas en cinco estados.

Una Respuesta Unificada Frente a la Adversidad
Hoy quiero hablarles sobre algo que toca profundamente el corazón de nuestra nación. En medio de circunstancias desafiantes, estamos siendo testigos de la increíble capacidad de resiliencia del pueblo mexicano. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo está liderando personalmente una respuesta coordinada y llena de compasión ante las recientes lluvias intensas que han afectado a varios estados. Imaginen el poder transformador de un gobierno que no espera a que pasen las crisis, sino que actúa con determinación y corazón. Esta misma mañana, se está llevando a cabo una reunión virtual estratégica con el Consejo Nacional de Protección Civil y los gobernadores de Veracruz, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Querétaro. Esto no es solo una reunión de emergencia; es una demostración palpable de que cuando trabajamos unidos, no hay obstáculo que no podamos superar.
Me llena de esperanza ver cómo en los momentos más oscuros, surge lo mejor de la humanidad. Aunque lamentamos profundamente la pérdida de más de 37 vidas, cada una de ellas nos impulsa a redoblar esfuerzos y a honrar su memoria con acción contundente. Quiero que visualicen algo poderoso: mientras leen esto, cientos de manos solidarias se están extendiendo hacia quienes más lo necesitan. El Plan DN-III-E no es solo un protocolo militar; es el abrazo de una nación entera diciéndole a sus ciudadanos: “No están solos en esto”. Cada rescate, cada entrega de víveres, cada techo provisional representa un triunfo de la esperanza sobre la desesperación.
La Promesa de Reconstrucción y Renacimiento
Ahora quiero que se concentren en esta promesa transformadora: “A nadie dejaremos desamparado”. Estas no son solo palabras, amigos míos; es un compromiso sagrado con cada familia afectada. Piensen en el poder restaurador que tendrán los censos que comenzarán una vez superada la fase crítica de la emergencia. Estos no son simples registros burocráticos; son herramientas de esperanza tangible que garantizarán que la ayuda llegue exactamente donde se necesita. Para las familias que enfrentan el dolor de haber perdido a un ser querido, el gobierno federal ha prometido un apoyo especializado y compasivo. Esto refleja una verdad fundamental: nuestra sociedad cuida de sus heridos y honra a sus caídos.
Y mientras atendemos el presente, también miramos hacia el futuro con sabiduría preventiva. La tormenta tropical “Raymond” en el Pacífico nos recuerda la importancia de la preparación proactiva. En lugar de esperar pasivamente, estamos implementando medidas preventivas con visión anticipatoria. Esta es una lección de vida monumental: las dificultades no nos definen; lo que nos define es cómo respondemos a ellas. Cada medida de prevención, cada protocolo activado, cada recurso movilizado es un testimonio de nuestra capacidad colectiva para convertir los desafíos en oportunidades de crecimiento comunitario.
Quiero que hoy se lleven este mensaje en el corazón: los mexicanos tenemos una fortaleza que nace de nuestra unidad. Lo estamos viendo en cada militar del Plan DN-III-E trabajando incansablemente, en cada funcionario coordinando ayudas, en cada ciudadano extendiendo la mano a su vecino. Esta no es solo una historia sobre lluvias torrenciales y emergencias; es una historia sobre cómo la adversidad revela nuestro verdadero carácter como nación. Y nuestro carácter, queridos amigos, está forjado con compasión, resiliencia y una determinación inquebrantable para salir adelante, juntos.
Comparte este mensaje de esperanza y acción coordinada en tus redes sociales para inspirar a otros con la poderosa respuesta que estamos viendo. Explora más contenido sobre cómo las comunidades se transforman positivamente ante los desafíos y descubre historias que te motivarán a ser parte activa del cambio positivo en tu entorno. Juntos no solo superaremos esta situación; creceremos a través de ella, más fuertes y más unidos que nunca.
Nacional
Lluvias dejan 37 muertos y graves daños en cuatro estados
Las autoridades federales y estatales coordinan labores de rescate y asistencia humanitaria tras las devastadoras precipitaciones.

El costo humano de las precipitaciones: un balance que duele
Parece que el clima en México decidió subir el nivel de dificultad a “modo apocalipsis”, y el resultado, como era de esperarse, es un desastre de proporciones épicas. La Coordinación Nacional de Protección Civil, en su rol de narrador de esta pesadilla húmeda, nos acaba de soltar la bomba: un saldo de 37 personas fallecidas a causa de las intensas lluvias que se ensañaron con el Golfo y el centro del país. No fue un chubasco cualquiera; fue un evento hidrometeorológico con ganas de protagonismo, el verdadero villano de esta temporada.
Desglosar estas cifras es como leer la lista de víctimas de una mala temporada de tu serie favorita, solo que esto es dolorosamente real. El estado de Hidalgo lleva la peor parte con 22 personas fallecidas, seguido por Puebla con nueve, Veracruz con cinco y el estado de Querétaro reportando una. Las autoridades locales y federales mantienen, según ellos, una comunicación permanente con las familias para brindarles el apoyo requerido. O sea, están en el grupo de WhatsApp de la tragedia, intentando poner parches donde hace falta reconstruir por completo.
La operación de contención y auxilio se ha desplegado como si fuera el crossover definitivo de las instituciones públicas. Estamos hablando de una movilización que abarca 117 municipios de cinco estados, todos ellos golpeados por las intensas precipitaciones. Las acciones de respuesta y el apoyo a la población afectada se desarrollan bajo un esquema integral de coordinación que suena muy bien en el PowerPoint, reuniendo a los tres órdenes de gobierno. Se han activado los famosos Planes DN-III-E y Plan Marina, que son básicamente los protocolos de “modo guerra” para cuando la naturaleza se desata, junto con los procedimientos establecidos por estados y municipios para estas emergencias. Es el equivalente gubernamental a juntar todos los superhéroes para una sola misión.
El dream team de la asistencia: cuando todas las dependencias se unen
En una colaboración que haría llorar de emoción a cualquier jefe de proyecto, personal del Ejército, Marina, Guardia Nacional, Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), la misma Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), Comisión Nacional del Agua (Conagua) y Comisión Federal de Electricidad (CFE) están participando activamente en las zonas dañadas. Su misión: reforzar los trabajos de los gobiernos estatales y municipales para atender a la población y restablecer los servicios básicos. Básicamente, es el escuadrón de mantenimiento más hardcore que podrías imaginar, tratando de devolver la normalidad a lugares donde el caos se instaló con maletas.
Los números en Veracruz son para quedarse sin aliento: 16 mil viviendas de 55 municipios resultaron dañadas. A esto se suman 42 comunidades con acceso limitado (porque los caminos decidieron tomar vacaciones), 25 vías de comunicación afectadas y 51 derrumbes registrados. En medio de este panorama desolador, hay un rayo de esperanza: se han rescatado 220 personas. Además, permanecen 19 refugios temporales activos, donde se brinda atención, alimentación y resguardo a 654 personas. Son los backstages de la tragedia, donde la solidaridad intenta ganarle la partida al desastre.
Para coordinar este operativo que parece salido de una película de Hollywood, se instaló un Puesto de Comando en las instalaciones del Ayuntamiento de Poza Rica. Este es el cuartel general, el lugar desde donde se orquesta toda la coordinación interinstitucional para la atención de la emergencia. Imagínense el nivel de estrés en esa sala, con pantallas, mapas y café recalentado, tomando decisiones que afectan miles de vidas.
Desglose del caos: un tour por los estados más golpeados
Hidalgo: El epicentro de la devastación
La situación aquí es tan crítica que merece su propio capítulo. La CNPC reportó 13 municipios afectados, con mil 200 viviendas y 308 escuelas dañadas. Para colmo, 59 centros de salud resultaron afectados, justo cuando más se necesitan. Hay 150 comunidades sin acceso, 6 corrientes desbordadas (los ríos se salieron de su caja de comentarios), 71 vías de comunicación con afectaciones y 190 derrumbes o deslizamientos de laderas. Como si fuera poco, la CFE reporta 65 mil 443 usuarios afectados por cortes de energía, con un avance de apenas el 49.47% en la restitución del servicio eléctrico. Básicamente, la mitad del estado está a oscuras, literal y metafóricamente.
San Luis Potosí: La emergencia silenciosa
Mientras tanto, en San Luis Potosí, la CNPC informó sobre cinco municipios con daños y mil viviendas afectadas. El paisaje incluye 25 derrumbes, 4 corrientes desbordadas o con escurrimiento activo y 1 derrumbe de gran magnitud. La medida más drástica ha sido la evacuación preventiva de mil personas de zonas de riesgo, quienes ahora reciben atención y apoyo humanitario. Es el clásico “lo perdiste todo, pero aquí tienes una cobija y un sándwich”.
Querétaro: Daños colaterales con consecuencias
En el estado de Querétaro, siete municipios resultaron con afectaciones. Las cifras hablan de 147 viviendas dañadas, 5 comunidades con acceso temporal cortado, 5 vías de comunicación afectadas y 16 deslizamientos de laderas, regalo de las lluvias intensas. En el frente eléctrico, hay 4 mil 512 usuarios sin suministro, aunque presumen un avance del 97.23% en la restitución del servicio. O sea, casi están, pero ese 2.77% restante debe estar viviendo una experiencia medieval.
Puebla: Cifras que asustan
De manera preliminar, porque aquí los números todavía están en proceso de verificación y suenan a susto, la CNPC reportó 37 municipios afectados y 16 mil viviendas dañadas por las lluvias intensas. Es una cantidad tan grande que cuesta visualizarla. Imagina 16 mil hogares con sus pertenencias destruidas, sus recuerdos anegados y su normalidad hecha añicos.
En resumen, este no es un simple problema del clima. Es una lección brutal de vulnerabilidad y una muestra de cómo los fenómenos naturales, exacerbados quizás por el cambio climático del que tanto hablamos y tan poco hacemos, pueden alterar la vida de miles en cuestión de horas. La coordinación entre instituciones es fundamental, pero también lo es la prevención y la inversión en infraestructura resiliente. Porque de nada sirve el mejor equipo de rescate si no hemos hecho la tarea para minimizar los riesgos. Esta tragedia debería ser un llamado de atención urgente, no solo para las autoridades, sino para toda la sociedad.
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