Nacional
México evalúa acoger a niños huérfanos de Gaza como acto humanitario
La respuesta de México ante la crisis humanitaria en Gaza podría incluir un gesto inesperado.

México y su (posible) rol de héroe inesperado en la tragedia de Gaza
En un giro que nadie vio venir (bueno, quizá sí, porque México siempre anda en modo “salvemos al mundo”), la presidenta Claudia Sheinbaum soltó la bomba: si hace falta, el país abrirá sus puertas a los niños huérfanos de Gaza. Sí, esos mismos que están viviendo un “apocalipsis con likes” según la ONU, donde el hambre y la desesperación son los protagonistas. ¿El escenario? La mañanera, ese reality show matutino donde a veces pasan cosas serias entre anuncios de programas sociales.
Cuando le preguntaron sobre la iniciativa del senador Fernández Noroña (sí, el mismo que a veces parece un meme andante), Sheinbaum respondió con la elegancia de quien ofrece un café: “Claro que sí, aquí estamos para lo humanitario”. Acto seguido, delegó la tarea a Gobernación y Relaciones Exteriores, porque, seamos honestos, ¿quién quiere lidiar con trámites internacionales un lunes por la mañana?
Gaza: el infierno con Wi-Fi (pero sin comida)
Mientras tanto, en Gaza, la situación es tan dramática que hasta los niños están pidiendo un “upgrade existencial”. Según Philippe Lazzarini de la ONU, los menores prefieren ir al cielo o al infierno porque “al menos ahí quizá haya comida”. Sí, leíste bien. Cuando la desnutrición es tan viral que supera los trending topics, sabes que el mundo necesita un reinicio.
Sheinbaum, en su papel de “madrina política”, dejó claro que México no se raja en temas humanitarios. Aunque, entre nosotros, habría que ver cómo reaccionan ciertos sectores cuando los huérfanos lleguen y les toquen el tema de la migración en las redes. ¿Ironía? Total. ¿Oportunidad para memes? Absolutamente.
Lo cierto es que, mientras en Gaza los niños juegan a “sobrevivir o no sobrevivir”, México se perfila como ese amigo que te dice “pásate a mi casa” sin saber si tiene espacio en el refri. Noble, pero con un toque de caos. ¿Resultado final? Veremos. Por ahora, el gesto ya generó más conversación que un TikTok de Shakira.
¿Te parece una movida solidaria o puro postureo geopolítico? Comparte esta nota y etiqueta a quien creas que debería opinar (spoiler: todos). Y si quieres más historias donde la política y el drama humano colisionan, ¡explora nuestro contenido!
Nacional
Lluvias torrenciales dejan 31 muertos y sumergen a Poza Rica
La furia de la naturaleza deja comunidades aisladas y una estela de destrucción en varios estados, con rescates dramáticos y una cuenta de víctimas que no deja de crecer.

El Caos Climático que nos tiene a todos en modo ‘esto es demasiado’
Bienvenidos a la nueva temporada de “México vs. La Naturaleza”, un spin-off no oficial de la crisis climática que nadie pidió pero que todos estamos padeciendo. Lo que empezó como unas simples lluvias –sí, esas que en el pronóstico parecen inofensivos dibujitos de nubes con lágrimas– se convirtió en una pesadilla acuática con 31 vidas cobradas y un paisaje que parece sacado de una película de desastres, pero sin el presupuesto de efectos especiales de Hollywood. Los protagonistas de esta tragedia son los estados de Hidalgo, Puebla, Veracruz y Querétaro, donde el agua pasó de ser un recurso vital a una fuerza destructiva de niveles épicos. Mientras tú y yo nos quejamos porque se nos mojaron los tenis, cientos de familias lo han perdido absolutamente todo.
Hidalgo: El epicentro de la devastación con sabor a injusticia
Si esta catástrofe tuviera una capital, sin duda sería Hidalgo. Con 18 de las 31 fatalidades, este estado se llevó la peor parte del drama. Imagina tener más de mil casas dañadas, 90 comunidades completamente aisladas del mundo y 17 municipios sumidos en la oscuridad total, literalmente, sin energía eléctrica. Es como si el apocalipsis hubiera hecho una gira express por la región Otomí-Tepehua, la Huasteca y la Sierra. El gobernador, Julio Menchaca Salazar, está al frente del gabinete de emergencia, un puesto que nadie envidiaría, teniendo que coordinar la respuesta ante una devastación que ha convertido viviendas y vehículos en poco más que escombros mojados.
La gente, en un acto de desesperación del siglo XXI, ha recurrido a las redes sociales como su línea de vida. No son selfies ni memes lo que publican, sino peticiones a gritos de evacuación aérea porque, spoiler alert, los caminos simplemente desaparecieron. Lugares como Joquela, en Tianguistengo, han sido prácticamente borrados del mapa. Sin teléfono, sin luz, y con reportes de seis personas fallecidas que aún no entran en la contabilidad oficial, porque cuando todo es un caos, hasta contar se vuelve un lujo. En Huehuetla, más de 700 personas están atrapadas, viendo cómo el nivel del agua sube como si estuvieran en una mala atracción de feria de la que no pueden bajarse.
El secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, se ha visto en la tétrica tarea de detallar los números: 16 personas fallecieron en derrumbes en Tenango de Doria y Zacualtipán, y otras dos en Acaxochitlán, donde un árbol decidió que era un buen momento para acabar con un viaje en auto. Pero la lista de daños colaterales es tan larga que da vértigo: 308 escuelas afectadas (la educación también es víctima), cinco puentes que se rindieron, seis ríos que se salieron de su cauce como adolescentes rebeldes, 87 derrumbes, 38 deslaves y 59 hospitales y clínicas dañadas. Por si fuera poco, 71 caminos están en estado crítico. Es, sin exagerar, una pesadilla logística.
Poza Rica: Cuando tu ciudad se convierte en el set de ‘Waterworld’
Mientras tanto, en Veracruz, la ciudad de Poza Rica decidió que su nombre era demasiado irónico y se entregó por completo a la tragedia. Tres personas perdieron la vida aquí, incluyendo a una joven estudiante de la Universidad Veracruzana que falleció ahogada en calles que, de la noche a la mañana, se convirtieron en ríos traicioneros. Pero los números no capturan los momentos de puro terror que se vivieron. La corriente de agua dejó atrapados a cientos de personas en escenas que no deberían ser reales.
Las redes sociales se inundaron (nunca mejor dicho) de videos que son un puñetazo al estómago. En uno, un niño, aferrado a un árbol como si su vida dependiera de ello –porque literalmente dependía–, grita “¡Ayúdame!” mientras el río Cazones rugía a su alrededor. Desde un edificio, un hombre le grita: “¡Ya está bajando el agua, resiste (…) resiste un poquito!”. Ese “poquito” que todos usamos cuando en realidad no tenemos ni idea de cuánto tiempo es. Es la definición más trágica de “un poquito” que hemos escuchado. En otro video, un hombre sobre el toldo de su coche se mueve con una desesperación que se siente a través de la pantalla, rodeado de calles que son ahora solo un brazo más del río. La Central de Autobuses, con sus camiones sumergidos, y una tienda Oxxo completamente “tragada” por el agua, completan un cuadro surrealista de destrucción.
Y mientras las fuerzas federales llegaban para apoyar, uno no puede evitar preguntarse si es suficiente. Porque cuando la naturaleza decide jugar sucio, todos nuestros planes parecen insuficientes.
Puebla, Querétaro y Oaxaca: Porque el desastre no conoce fronteras
Para que nadie se sintiera excluido de esta tragedia nacional, Puebla reportó nueve víctimas mortales y 13 desaparecidos en su Sierra Norte y Nororiental. Regiones afectadas por deslaves y cerros que literalmente se desgajaron sobre viviendas, como si la tierra misma se hubiera cansado de estar en su lugar. Treinta y ocho municipios y 66 comunidades luchan por sobrevivir, con 29 tramos carreteros dañados, aislando a quienes ya de por sí viven en la marginación.
En Querétaro, la Sierra Gorda vivió su propio infierno, con deslaves, caminos cortados y la muerte de un menor en Pinal de Amoles. Un recordatorio trágico de que la vulnerabilidad no discrimina por edad.
Y en Oaxaca, cerca de 8 mil personas en la sierra zapoteca-mixe llevan dos días completamente incomunicados. Dos días. Sin comida fresca, sin medicinas, sin forma de saber si sus seres queridos están a salvo. Tendrán que esperar a que las lluvias disminuyan para intentar salir, con la esperanza de que los caminos, aunque cortados, les permitan pasar. Es una espera angustiante, un limbo del que no pueden escapar.
En resumen, esto no es solo una nota sobre lluvias torrenciales e inundaciones. Es una crónica de un desastre natural que ha dejado al descubierto la fragilidad de nuestras infraestructuras y la resiliencia de las comunidades. Mientras las autoridades ejecutan el Plan Marina y el Plan DN-III-E, y los gobernadores como Julio Menchaca lidian con la crisis, la verdadera historia la escriben aquellos que, desde el barro y la desesperación, luchan por un “poquito” más de tiempo.
La situación es grave y la solidaridad es más crucial que nunca. Comparte este artículo en tus redes sociales para mantener viva la conversación sobre esta emergencia y ayudar a que la ayuda llegue a donde más se necesita. Explora más contenido relacionado para entender el contexto completo de estos eventos climáticos extremos.
Nacional
Saqueos empañan la emergencia por inundaciones en Poza Rica
El desbordamiento del Río Cazones desata el caos y el pillaje en el norte de Veracruz, requiriendo la intervención de fuerzas federales.

Caos y Desorden en Medio de la Catástrofe Climática
La ciudad de Poza Rica, un núcleo urbano clave en el norte de Veracruz, se ha visto sumida en una situación de crisis extrema tras el desbordamiento del Río Cazones. Este fenómeno hidrometeorológico ha transformado calles y avenidas en caudalosos ríos, paralizando por completo la vida cotidiana y sumiendo a la población en una lucha por la supervivencia. En este contexto de desesperación y colapso de los servicios básicos, se registraron lamentables episodios de pillaje y vandalismo que agravaron la ya de por sí compleja emergencia, desviando recursos críticos de seguridad y socorro hacia el control del orden público.
Los actos de saqueo sistemático se concentraron en establecimientos comerciales de gran afluencia y reconocimiento nacional, como las tiendas de autoservicio Oxxo, y los almacenes Elektra y Coppel. Testigos presenciales reportaron la participación de grupos organizados, compuestos por hombres, mujeres e, inquietantemente, menores de edad, quienes aprovecharon la retirada inicial de las aguas en el bulevar Lázaro Cárdenas para perpetrar los robos. El botín incluyó una amplia gama de productos, desde bienes de primera necesidad hasta artículos de alto valor, como electrodomésticos, colchones, bicicletas, motocicletas y llantas. En un incidente previo, otro grupo había forzado las instalaciones de una tienda Oxxo, sustrayendo principalmente comestibles, bebidas alcohólicas, refrescos, cigarros y frituras.
Intervención Federal y Contexto Regional de la Emergencia
La escalada del desorden civil fue contenida con la llegada oportuna de elementos del Ejército Mexicano. Su despliegue en la zona fue determinante para disuadir a los saqueadores, establecer perímetros de seguridad alrededor de los comercios vulnerables y prevenir una mayor expansión de las acciones delictivas. La intervención de las fuerzas federales resultó crucial para restablecer un mínimo de orden y permitir que los esfuerzos comenzaran a redirigirse hacia las tareas más urgentes de rescate y asistencia a las familias afectadas.
La magnitud de esta catástrofe natural es regional. Las precipitaciones torrenciales acumuladas durante las últimas 72 horas, combinadas con el flujo de afluentes provenientes de las zonas montañosas y estados colindantes, han impactado severamente a un total de 48 municipios veracruzanos, siendo la región norte la más castigada. Las localidades de Poza Rica y Álamo han soportado el mayor impacto de las crecidas de los ríos, cuyos caudales experimentaron un aumento súbito y devastador. La situación pone en evidencia la vulnerabilidad de las infraestructuras urbanas frente a eventos climáticos extremos y la necesidad crítica de sistemas de alerta temprana y planes de contingencia robustos.
Este desastre trasciende la simple anécdota de un fenómeno meteorológico; constituye un estudio de caso sobre la resiliencia comunitaria y los desafíos de la gestión de crisis. Mientras la solidaridad de muchos ciudadanos se manifiesta en labores de apoyo mutuo, los actos de saqueo revelan las grietas que se abren en el tejido social cuando la ley y el orden se desvanecen. La recuperación de Poza Rica no solo implicará la limpieza y reconstrucción de espacios físicos, sino también la reparación de la confianza colectiva y la evaluación de los protocolos de seguridad para futuras contingencias. La lección es clara: la preparación y la coordinación interinstitucional son la primera línea de defensa contra el caos.
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Nacional
Sheinbaum coordina apoyo nacional tras lluvias con censos
El gobierno federal activa protocolos de auxilio y anuncia respaldo integral para las comunidades damnificadas en cinco estados.

Una Respuesta Unificada Frente a la Adversidad
Hoy quiero hablarles sobre algo que toca profundamente el corazón de nuestra nación. En medio de circunstancias desafiantes, estamos siendo testigos de la increíble capacidad de resiliencia del pueblo mexicano. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo está liderando personalmente una respuesta coordinada y llena de compasión ante las recientes lluvias intensas que han afectado a varios estados. Imaginen el poder transformador de un gobierno que no espera a que pasen las crisis, sino que actúa con determinación y corazón. Esta misma mañana, se está llevando a cabo una reunión virtual estratégica con el Consejo Nacional de Protección Civil y los gobernadores de Veracruz, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Querétaro. Esto no es solo una reunión de emergencia; es una demostración palpable de que cuando trabajamos unidos, no hay obstáculo que no podamos superar.
Me llena de esperanza ver cómo en los momentos más oscuros, surge lo mejor de la humanidad. Aunque lamentamos profundamente la pérdida de más de 37 vidas, cada una de ellas nos impulsa a redoblar esfuerzos y a honrar su memoria con acción contundente. Quiero que visualicen algo poderoso: mientras leen esto, cientos de manos solidarias se están extendiendo hacia quienes más lo necesitan. El Plan DN-III-E no es solo un protocolo militar; es el abrazo de una nación entera diciéndole a sus ciudadanos: “No están solos en esto”. Cada rescate, cada entrega de víveres, cada techo provisional representa un triunfo de la esperanza sobre la desesperación.
La Promesa de Reconstrucción y Renacimiento
Ahora quiero que se concentren en esta promesa transformadora: “A nadie dejaremos desamparado”. Estas no son solo palabras, amigos míos; es un compromiso sagrado con cada familia afectada. Piensen en el poder restaurador que tendrán los censos que comenzarán una vez superada la fase crítica de la emergencia. Estos no son simples registros burocráticos; son herramientas de esperanza tangible que garantizarán que la ayuda llegue exactamente donde se necesita. Para las familias que enfrentan el dolor de haber perdido a un ser querido, el gobierno federal ha prometido un apoyo especializado y compasivo. Esto refleja una verdad fundamental: nuestra sociedad cuida de sus heridos y honra a sus caídos.
Y mientras atendemos el presente, también miramos hacia el futuro con sabiduría preventiva. La tormenta tropical “Raymond” en el Pacífico nos recuerda la importancia de la preparación proactiva. En lugar de esperar pasivamente, estamos implementando medidas preventivas con visión anticipatoria. Esta es una lección de vida monumental: las dificultades no nos definen; lo que nos define es cómo respondemos a ellas. Cada medida de prevención, cada protocolo activado, cada recurso movilizado es un testimonio de nuestra capacidad colectiva para convertir los desafíos en oportunidades de crecimiento comunitario.
Quiero que hoy se lleven este mensaje en el corazón: los mexicanos tenemos una fortaleza que nace de nuestra unidad. Lo estamos viendo en cada militar del Plan DN-III-E trabajando incansablemente, en cada funcionario coordinando ayudas, en cada ciudadano extendiendo la mano a su vecino. Esta no es solo una historia sobre lluvias torrenciales y emergencias; es una historia sobre cómo la adversidad revela nuestro verdadero carácter como nación. Y nuestro carácter, queridos amigos, está forjado con compasión, resiliencia y una determinación inquebrantable para salir adelante, juntos.
Comparte este mensaje de esperanza y acción coordinada en tus redes sociales para inspirar a otros con la poderosa respuesta que estamos viendo. Explora más contenido sobre cómo las comunidades se transforman positivamente ante los desafíos y descubre historias que te motivarán a ser parte activa del cambio positivo en tu entorno. Juntos no solo superaremos esta situación; creceremos a través de ella, más fuertes y más unidos que nunca.
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