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Internacional

La Corte Suprema permite a DOGE hurgar en datos del Seguro Social

La justicia estadounidense abre la puerta a un polémico acceso a datos sensibles, mientras el debate sobre privacidad se enciende.

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Cuando la privacidad se convierte en un chiste mal contado

Ah, la Corte Suprema de EE.UU., ese selecto club de togados que decide, entre cafés y togas, qué derechos ciudadanos valen la pena proteger y cuáles son prescindibles. Esta vez, en un movimiento que haría sonrojar hasta al más despreocupado de los *influencers*, le dio luz verde al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, porque claro, acrónimos divertidos venden más) para que husmee en los archivos del Seguro Social. ¿Motivo? Reducir el “despilfarro”. Porque nada dice “eficiencia” como dejar que un equipo sin supervisión adecuada revise los datos médicos y salariales de medio país.

Elon Musk, los datos y el circo mediático

El DOGE, ese experimento burocrático que alguna vez lideró Elon Musk (sí, el mismo que prometió colonizar Marte pero aún no resuelve los problemas de Twitter), ahora tiene vía libre para jugar al detective. La mayoría conservadora de la Corte, en un acto de fe digna de un *reality show*, decidió que no hay pruebas de que DOGE vaya a malgastar la información. ¡Qué alivio! Porque, ¿quién necesita garantías cuando hay buenas intenciones? Mientras tanto, los jueces liberales —Ketanji Brown Jackson, Sonia Sotomayor y Elena Kagan— se rasgaron las vestiduras advirtiendo sobre “graves riesgos de privacidad”. Pero, ¿quién les hace caso? Esto es América, tierra de las oportunidades… y de los datos expuestos.

El gobierno de Trump, siempre tan sutil, argumentó que DOGE necesita esos datos para cumplir su misión. Claro, porque si hay algo que caracteriza a este equipo es su transparencia y su eficiencia probada. Recordemos que Musk, antes de salir por la puerta trasera de la Casa Blanca, tildó al Seguro Social de “estafa piramidal”. Nada como un magnate de la tecnología para diagnosticar problemas sociales, ¿verdad?

¿Expedición de pesca o cacería de brujas?

La jueza Ellen Hollander, en un arranque de lucidez, calificó los planes de DOGE como una “expedición de pesca” basada en “sospechas”. Vamos, ¿desde cuándo las sospechas no son suficiente fundamento para revisar la vida privada de millones? El fallo original al menos exigía capacitación y verificaciones de antecedentes para acceder a los datos, pero el gobierno protestó: ¡Demasiadas trabas! ¿Acaso no confían en el equipo que despidió a medio gobierno sin explicaciones claras?

Mientras tanto, el procurador general D. John Sauer se quejó de que los jueces “exceden su autoridad”. Irónico, viniendo de una administración que convirtió el *bypass* institucional en deporte nacional. Los demandantes, pobres ingenuos, solo quieren proteger su información personal. ¡Qué anticuados!

En paralelo, la Corte también bloqueó órdenes que exigían transparencia sobre las operaciones de DOGE. Porque, ¿para qué revelar cómo gastan recursos públicos si pueden operar en la sombra? El grupo CREW insiste en que DOGE debe cumplir con la Ley de Acceso a Información Pública, pero el gobierno replica: “Es solo un equipo asesor“. Ah, claro, esos equipos que despiden empleados y recortan presupuestos como si fueran *influencers* cancelando cuentas.

¿Qué sigue? Más demandas, más opacidad y, probablemente, más datos expuestos. Porque en el gran circo de la política estadounidense, el espectáculo debe continuar.

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Internacional

Un juez frena el veto de Trump a estudiantes extranjeros en Harvard

Un juez frena el último intento de Trump por limitar el acceso de estudiantes internacionales a universidades estadounidenses.

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Cuando la justicia le da un “chancletazo” a Trump (otra vez)

Parece que el sueño americano de estudiar en Harvard no se apagará tan fácilmente para los estudiantes internacionales. Un juez federal acaba de poner ¡STOP! temporal al último capricho de Donald Trump: prohibir la entrada a EE.UU. de alumnos extranjeros que planeaban estudiar en la icónica universidad. ¿Motivo? Según el mandatario, algo sobre “proteger empleos locales” (spoiler: nadie se lo creyó).

La montaña rusa emocional de Alan (y otros 5,000 estudiantes)

Imagina tener 22 años, ser aceptado en HARVARD (sí, esa Harvard) y que un tuit presidencial amenace con arruinarte la vida. Eso le pasó a Alan Wang, un chino que ya había estudiado en EE.UU. y ahora está atrapado en su país natal, preguntándose si podrá empezar su posgrado en agosto. “Denme certeza: ¿sí o no?”, exige. Mientras, explora opciones en Canadá o Australia (porque, seamos honestos, nadie quiere lidiar con este drama).

Harvard, en modo “hold my Ivy League diploma”, demandó al gobierno alegando que la orden era una represalia ilegal (tras negarse a cumplir exigencias de la Casa Blanca). Horas después, la jueza Allison Burroughs emitió un freno de emergencia: “Daño irreparable alert” para la universidad. Porque, claro, perder al 25% de su alumnado (que aporta investigación y becas) no es exactamente un detalle menor.

Este es el segundo round en un mes donde estudiantes internacionales ven sus planes en peligro… hasta que los tribunales dicen “nice try, Trump”. ¿El patrón? Políticas migratorias impulsadas por tuits, bloqueadas por jueces, y repetición. Casi como ver Groundhog Day, pero con menos sonrisas y más pasaportes en juego.

El elefante en la habitación: ¿por qué tanto odio a los estudiantes?

Trump insiste en que “protege empleos”, pero Harvard señala que sus alumnos internacionales generan empleos (investigación, patentes, etc.). Además, ¿desde cuándo EE.UU. rechaza talento global? Oh, cierto: desde 2016. Mientras países como Canadá frotan sus manos (“gracias por enviarnos cerebros, señor presidente”), universidades estadounidenses ven cómo su reputación se resquebraja. Ironía nivel: querer “hacer grande a América” ahuyentando a quienes la hacen grande.

¿Y ahora qué? La batalla legal continuará, pero por ahora, los estudiantes pueden respirar (medio) tranquilos. Eso sí, con maletas listas por si Trump lanza otro decreto entre dos partidos de golf.

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Nota: Si eres un estudiante internacional afectado, nuestro equipo te manda un abrazo virtual (y un café extra fuerte).

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Internacional

Corte Suprema avala acceso de DOGE a datos del Seguro Social

La Corte Suprema falla a favor del acceso de DOGE a datos sensibles, generando debate sobre privacidad y transparencia.

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Fallo histórico sobre privacidad y eficiencia gubernamental

La Corte Suprema de Estados Unidos emitió un fallo trascendental este viernes, otorgando al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) acceso a los sistemas de la Administración del Seguro Social (SSA). Esta decisión, respaldada por la mayoría conservadora del tribunal, permite al equipo consultar registros que contienen información personal de millones de ciudadanos, incluyendo datos médicos, salariales y académicos.

Implicaciones técnicas y legales

El fallo anula una orden previa de la jueza federal Ellen Hollander, quien había bloqueado el acceso por considerar que violaba las leyes federales de privacidad. En su argumentación, la Corte Suprema señaló que no existe evidencia de mal manejo de datos por parte de DOGE y que el acceso es necesario para cumplir con su misión de optimizar el gasto público. Sin embargo, los jueces liberales Ketanji Brown Jackson, Sonia Sotomayor y Elena Kagan advirtieron sobre riesgos graves para la privacidad, al permitir un acceso sin restricciones claras.

El equipo DOGE, inicialmente liderado por Elon Musk, había identificado al Seguro Social como un área prioritaria para combatir el fraude. Musk calificó el programa como una “estafa piramidal” y prometió recortar el despilfarro. No obstante, críticos argumentan que la medida carece de fundamentos técnicos sólidos. “Es una expedición de pesca basada en sospechas, no en datos concretos”, afirmó Hollander en su fallo original.

Contexto político y reacciones

La decisión ocurre en medio de tensiones entre el gobierno y Musk, quien abandonó su rol en DOGE en 2022. A pesar de esto, ambas partes insisten en que el equipo continuará operando. El procurador general D. John Sauer defendió el fallo como un límite a la injerencia judicial en agencias ejecutivas, mientras que grupos como Democracy Forward lo calificaron de amenaza a los derechos civiles.

Además, la Corte extendió una suspensión a órdenes que exigían a DOGE divulgar detalles operativos, en respuesta a una demanda por falta de transparencia. Este aspecto refuerza preocupaciones sobre la rendición de cuentas en procesos de reestructuración gubernamental.

Análisis de impacto

Expertos en protección de datos señalan que el fallo podría sentar un precedente peligroso al relajar controles sobre información sensible. “La SSA almacena perfiles completos de los ciudadanos. Un acceso mal regulado abre puertas a abusos”, explicó Laura Chen, especialista en ciberseguridad. Por otro lado, defensores de la eficiencia gubernamental celebran la medida como un paso hacia una administración más ágil.

El debate refleja tensiones entre innovación tecnocrática y salvaguardas democráticas, con implicaciones para futuras políticas de inteligencia artificial y big data en el sector público.

¿Te interesa el futuro de la privacidad en la era digital? Comparte este análisis en tus redes sociales y explora más contenido sobre tecnología y derecho aquí.

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Internacional

Trump enfrenta a la Corte Suprema por despidos masivos en Educación

La batalla legal por el futuro del Departamento de Educación llega al máximo tribunal, con implicaciones para miles de empleados.

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El conflicto legal por el desmantelamiento del Departamento de Educación

El gobierno del expresidente Donald Trump elevó una solicitud de emergencia a la Corte Suprema de Estados Unidos el viernes, buscando suspender una orden judicial que obligaba a reincorporar a casi 1.400 empleados del Departamento de Educación. Estos despidos formaban parte de una estrategia más amplia para reducir el alcance de la agencia federal, una promesa clave de su campaña. La medida judicial, emitida por el juez federal Myong Joun en Boston, fue calificada por la administración como una “usurpación de autoridad”.

Antecedentes y argumentos legales

En documentos presentados ante el máximo tribunal, el procurador general D. John Sauer argumentó que el juez Joun había reemplazado las preferencias políticas del ejecutivo con las suyas, al bloquear lo que la administración consideraba una “racionalización necesaria” de funciones. Según Sauer, los recortes buscaban transferir competencias educativas a los estados, alineándose con la filosofía de descentralización del gobierno republicano. Sin embargo, el magistrado federal había advertido en su fallo que los despidos “comprometerían irreversiblemente la capacidad operativa del departamento”, especialmente en áreas sensibles como educación especial y ayuda financiera estudiantil.

Este caso representa el capítulo más reciente en una batalla legal iniciada en abril, cuando la Corte Suprema (con una ajustada votación 5-4) ya había intervenido para anular otra orden de Joun sobre subsidios de capacitación docente. Los demandantes —incluyendo distritos escolares de Massachusetts, sindicatos educativos y 21 fiscales generales demócratas— sostienen que el plan viola leyes federales al impedir que el departamento cumpla mandatos congresionales establecidos desde su creación en 1979.

Implicaciones políticas y educativas

Analistas coinciden en que este conflicto trasciende lo laboral: refleja una pugna ideológica sobre el rol del gobierno federal en educación. Mientras Trump calificaba el departamento como “burocracia innecesaria”, datos del Congressional Research Service muestran que administra $1.6 billones en préstamos estudiantiles y supervisa protecciones clave para 7 millones de estudiantes con discapacidades. La orden ejecutiva de marzo, que instruía a la secretaria Linda McMahon a desmantelar la agencia “dentro del marco legal”, generó preocupación entre expertos en políticas públicas.

Organizaciones como la Federación Estadounidense de Maestros destacan que 73% de los despedidos trabajaban en áreas críticas: monitoreo de derechos civiles (31%), becas Pell (22%) y programas para escuelas de bajos recursos (20%). Un informe del GAO advirtió que la reducción del 40% del personal —sin transferencia de funciones a estados— podría generar vacíos en la aplicación de leyes como Title IX (acoso sexual) e IDEA (educación especial).

El desenlace en la Corte Suprema, con su mayoría conservadora 6-3, podría definir no solo el destino de estos empleados, sino el equilibrio constitucional entre poderes ejecutivo y judicial. Mientras tanto, 17 estados han presentado mociones apoyando la administración, argumentando que la decisión de Joun crea un “precedente peligroso” al judicializar decisiones presupuestarias.

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