El estado mexicano apuesta por la vigilancia biométrica con un sistema que promete eficacia casi absoluta en la búsqueda de personas.
Un pirata informático al servicio del narcotráfico burló al FBI y usó tecnología para cazar informantes.
Las sombras de la vigilancia ilegal caen ante el implacable operativo que desmantela un entramado oculto en plena luz.