La isla enfrenta una reconstrucción monumental tras el paso del ciclón, con comunidades aisladas y miles aún en refugios.
La solidaridad brilla en medio de la devastación mientras la ayuda llega a las comunidades más afectadas. Un esfuerzo colectivo para reconstruir con esperanza.
La mandataria supervisa en terreno la entrega de ayuda y reafirma el compromiso estatal con la recuperación total de las zonas afectadas.
El gobierno federal activa un plan integral de asistencia para miles de familias, con recursos millonarios y brigadas de jóvenes para la recuperación.
Una semana después, la comunidad lucha contra el lodo y las enfermedades, mientras la ayuda intenta llegar a las 48 colonias afectadas.
La ciudadanía se organiza para brindar alimento y esperanza donde la respuesta institucional ha sido insuficiente, demostrando el poder de la organización vecinal.
Una semana después, la lucha contra el lodo y la desesperación define la cotidianidad de los afectados, mientras la solidaridad se convierte en su única moneda...
Un gesto de amor alimenta cuerpos y almas en medio de la catástrofe. La esperanza se sirve en un plato de tacos.
La fuerza de la naturaleza prueba la capacidad de respuesta y solidaridad de las comunidades afectadas, mostrando el poder de la unión ante la adversidad.
La búsqueda de protección en espacios sagrados enfrenta nuevos desafíos globales, desafiando la paz de millones de creyentes.