El estado dorado recorta sueños progresistas para tapar agujeros financieros, porque claro, el dinero no crece en los naranjos.
El reloj corre y Yucatán juega al Tetris institucional mientras el plazo federal se acerca sin piedad.
El mandatario estatal busca reconciliación y unidad en medio de tensiones históricas con otros poderes.