La empresa tecnológica implementa un protocolo sin precedentes para cumplir con la nueva normativa australiana, notificando a cientos de miles de usuarios jóvenes.
El país navega en aguas digitales infestadas de piratas informáticos, con un barco que hace agua por todos lados y sin suficientes marineros expertos para achicar.
La justicia refuerza el marco legal contra crímenes cometidos con herramientas digitales avanzadas.