El australiano consolida su dominio en la F1 con una maniobra táctica clave, mientras Verstappen paga caro su temperamento.
El tricampeón enfrentó una serie de decisiones estratégicas fallidas y un incidente polémico que lo alejaron del podio.
El holandés demostró que incluso los campeones pueden tener días para olvidar, con neumáticos que parecían patines y una penalización de regalo.