El agua se cobró vidas y arrasó comunidades mientras el gobierno activaba protocolos de auxilio. La furia de la naturaleza dejó un panorama desolador.
La furia de la naturaleza sepulta aldeas y deja decenas de víctimas, mientras las labores de rescate luchan contra el clima.
La furia de la naturaleza se desata con vientos huracanados y un diluvio que pone en máximo riesgo a la población.
Aunque se degradó, su furia aún amenaza con caos e inundaciones. Mientras, otro monstruo categoría 4 acecha en el Pacífico.