El exfutbolista vive un momento cumbre en su vida, recibiendo uno de los máximos honores de la corona británica en una ceremonia cargada de simbolismo familiar.
La pompa real contrasta con el clamor ciudadano en las calles británicas durante una visita polémica.
Un gesto de unidad familiar marca la celebración pascual en Windsor, con ausencias notables y mensajes de esperanza.