Un gesto de valentía en el campo genera una poderosa lección sobre liderazgo y responsabilidad que trasciende el resultado del partido.
Todo se define en un duelo de poder a poder. La localía y el carácter se enfrentan por un boleto a la siguiente fase.
Un duelo de altibajos emocionales culmina con un marcador que refleja las crisis de ambos equipos en el torneo.