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El año 2020 quedó marcado en la historia de Tabasco (y del mundo) como uno de los más aciagos. En el verano, cuando las temperaturas rebasaban los 40 grados y las calles lucían vacías por las restricciones de movilidad, los casos del nuevo coronavirus alzaban una curva de contagios y muertes que parecía interminable, prolongando la aparición del anunciado ‘pico’ que diera paso al descenso, a la tregua. Era una primera ola devastadora.
Tabasco estaba convertido en el epicentro de la pandemia. Dentro del hospital Juan Graham Casasús, designado ‘Hospital Covid’, un ejército de dos mil personas se batía en la atención de cientos y cientos de pacientes en jornadas interminables.
Tras la aparición del primer caso de covid-19 en el estado, un 17 de marzo de 2020, poco tiempo pasó para que los contagios comenzarán a multiplicarse. Rápidamente la demanda de atención creció en todo el territorio: en esta institución médica las camas de internamiento aumentaron de 132 a 227; el gobierno estatal instaló ‘burbujas’ o domos hospitalarios para evitar la saturación de los servicios y, en suma con el Insabi, contrató a casi tres mil trabajadores sanitarios.
Tres años después, aparentemente se vive la recta final de la pandemia, considera Víctor Narváez Osorio, director del hospital Juan Graham, quien lideró al personal que estuvo en la primera línea de batalla contra un virus desconocido, que ha dejado millones de muertes en el mundo.
“Habría que recordar lo que era este hospital hace dos años y medio: nadie se quería acercar a menos de cien metros porque temían contagiarse; había un total desconocimiento de la enfermedad”, explicó Narváez Osorio en entrevista para Novedades de Tabasco.
Tal desconocimiento y temor orilló incluso a las autoridades a conseguir transporte para los trabajadores sanitarios, pues las rutas tradicionales les negaban el servicio al identificarlos por sus uniformes.
“Fue muy difícil pero también hubo mucha solidaridad, se demostró cuál es la fortaleza del recurso humano, cuál es su compromiso; pues vencer el miedo cuando sabes que te puedes contagiar, que no hay tratamiento, que puedes llevar el virus a tu casa o incluso que puedes fallecer, sólo se logra con mucha responsabilidad y humanismo”, explicó el especialista.
El reto no fue solo para la parte médica, también para las demás áreas. “Si bien la parte médica y de enfermería está más acostumbrada, las demás áreas del hospital tuvieron también una gran responsabilidad: los compañeros de intendencia y de servicios jugaron un papel fundamental, había que limpiar, transportar, entrar a las zonas. Tampoco podían parar en laboratorio, rayos X, cocina, los administrativos tenían que seguir comprando insumos, material, seguir haciendo contrataciones, documentación, todos estaban aquí, por eso es de reconocerse su compromiso”, destacó.
LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
La OMS considera que este 2023 podría ser el año en el que finalice la emergencia sanitaria en el mundo, debido a una reducción de muertes.
“Es muy agradable ver que, por primera vez, el número semanal de muertes reportadas por covid es más bajo que cuando empezamos a utilizar la palabra ‘pandemia’ hace tres años. La mejora es significativa”, expresó hace algunos días Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.
Coincide el director del Juan Graham Casasús: “Creo que finalmente estamos en la recta final no solo en Tabasco, sino a nivel nacional y mundial, tuvimos una sexta ola de muy bajo impacto, con pocos ingresos de pacientes y pocos contagios”, comentó.
A tres años del inicio de la emergencia sanitaria en el estado, son escasos los pacientes hospitalizados por este padecimiento.
Desde la confirmación del primer caso, a la fecha, en Tabasco se han registrado oficialmente 221 mil 465 contagios, 104 mil 783 en hombres (47 %) y 116 mil 665 (53 %) mujeres, de acuerdo al comunicado técnico con fecha del 7 de marzo de 2023, que emite cada semana la Secretaría de Salud. Destaca un total de 6 mil 391 defunciones por esta enfermedad y 215 mil 259 pacientes recuperados.
“Creo que ha sido una pandemia muy larga, muy agotadora, pero parece ser que estamos viendo la luz al final del túnel, y no es que la enfermedad vaya a desaparecer, sino que pasará a ser una endemia en la que habrá etapas en las cuales, como la influenza, tendremos algunos cuadros y otras etapas en que se va; todo va a depender de la modificación que pueda tener el virus”, destacó Narváez Osorio.
El control y la organización que se estableció en el hospital Juan Graham Casasús fue ejemplo a nivel nacional. A través de Insabi, se compartió con otros estados el manejo que aquí se le dio a la pandemia, el orden y la estructura que permitió que la institución respondiera rápidamente a lo que demandaba la emergencia sanitaria. Incluso, los tratamientos fueron replicados en otras partes del país.
Fue ejemplo por su capacidad de respuesta ante casi siete mil pacientes internados (positivos a covid) en el transcurso de la pandemia, con los mejores índices de supervivencia de pacientes intubados.
El esfuerzo del personal fue reconocido con el premio Malinalli, que otorga la máxima casa de estudios del estado, y sobre la pared de la dirección general, luce una medalla con la que el Colegio de Bachilleres del estado premió también su labor.
“Yo creo que el mayor reconocimiento es el saber que pudimos aportar algo a favor de la gente y cada uno de los que recibieron nuestra atención sabrá qué fue lo que pudimos aportar por ellos. El momento histórico nos puso aquí y teníamos que enfrentarlo”, afirma el director.
Para detectar posibles secuelas, el hospital Juan Graham abrió una clínica poscovid a finales del año pasado, que funcionó en el mismo domo construido durante la pandemia.
221 mil 465 contagios confirmados en el estado al corte del 7 de marzo.
6 mil 391 defunciones.
215 mil 259 pacientes recuperados.