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Dos menores fueron operados con éxito de estenosis uretral, en el Hospital del Niño Rodolfo Nieto Padrón, una cirugía que implicó reconstruir un tramo de la uretra que les impedía la orina normal y que podía generarles infecciones o hasta piedras en los riñones.
Estas intervenciones quirúrgicas, destacó la directora del hospital, Silvia Gutiérrez Lucatero, son resultado de la capacitación e intercambio de experiencia de especialistas y residentes en el ramo con expertos de otras instituciones que visitan el hospital.
En esta ocasión, fue Seiichi Fuziwara Ruiz, urólogo experto en cirugía reconstructiva en adultos y pediátricos del Centro Médico de Siglo 21 del IMSS, quien capacitó y fue el líder de las dos cirugías a dos niños, uno de 9 años, originario de Veracruz, y otro de 11, de Tabasco.
En entrevista que ofreció antes de ingresar al quirófano, el doctor Fuziwara explicó que se trata de una operación abierta, con duración de una hora a hora y media, debido a lo complejo que es reconstruir los tejidos en una zona de cicatriz que impide el flujo normal de la orina.
“La uretra es un órgano un poquito difícil de tratar. Entonces, el traumatismo que da en la uretra, generalmente, es en la uretra posterior y son cirugías que son un poco complejas. Entonces, el objetivo es justamente restaurar la vía urinaria para que los pacientes y los niños puedan orinar de manera normal y tener justamente, una calidad de vida esperada”, comentó.
Fuziwara Ruiz, refirió que las técnicas modernas de reconstrucción de uretra tienen apenas 25 años, y la cirugía es manual, y en su caso, como especialista del ramo, su formación fue en la India.
El cirujano confesó que su destreza es reconstruir tejidos difíciles de localizar y desprender de zonas que se encuentran cicatrizadas por algún trauma, como puede ser un accidente automovilístico o caída de un árbol que haya sufrido el menor.
“Generalmente, en (estenosis) traumáticas, hacemos una anastomosis, que es la unión de los de los tejidos, como un tubito, que cortamos y volvemos a unir. Pero, es complejo, porque es un sitio difícil de acceder. La delicadeza con la que se tienen que tratar los tejidos es muy alta”, explicó.
Reconoció que existen casos de estrechez uretral de origen congénito, como el de uno de los menores que le tocaría operar en el Hospital del Niño, que es un caso que también trae consigo complicaciones.
El éxito de ambas operaciones, anticipó Fuziwara Ruiz, es 85 a 90 por ciento, y sólo será cuestión de esperar de 3 a 4 semanas, para que se les retire la sonda y los menores puedan orinar de manera normal.
“Si nosotros dejamos un calibre de la uretra muy amplio para que se semejemos lo que sería lo normal y los tiempos críticos serían los tres meses, los primeros tres meses después de la cirugía. Si hay recidiva de esta estrechez, significa que tiene una un componente de cicatrización exagerada. Y si pasa más de un año, después de la cirugía que no ha regresado esta estrechez, lo más probable es que le vaya muy bien al paciente”, sostuvo Fuziwara Ruiz.
De este padecimiento, el especialista del Centro Siglo 21 advirtió que existen escasas estadísticas de los casos en México, por lo que la tarea de instituciones, como el Hospital del Niño Rodolfo Nieto Padrón, es localizarlo y tratar de dar el tratamiento oportuno.