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Hace tres mil años, los antepasados olmecas domesticaron la especie Teobroma Cacao, aunque es a los mayas a quienes se les atribuye la difusión de sus distintos usos.
Hoy, la historia, cualidades y mitos alrededor de este ‘alimento divino’ se pueden admirar en un innovador museo recientemente inaugurado en la capital del estado: La Casa Universitaria Cacao y Chocolate.
El tesoro que representa este acervo para el estado se reconoce desde su fachada, que implicó un rescate minucioso para conservar los rasgos de las antiguas viviendas de la capital.
Situada en avenida 27 de febrero 1037 y 1039, esta casa es un lugar indispensable para saborear y aprender del regalo de Quetzalcóatl al mundo.
Comprende distintas áreas, en donde destaca el empleo de la tecnología que ofrece una nueva alternativa de conocimiento a propios y extraños: el turismo digital.
Es así que, además del acompañamiento de voluntarios universitarios, se puede experimentar lo que es el cacao para esta tierra a través de dos áreas interactivas y una gustativa.
Mediante fotografías, videos, juegos, pantallas táctiles, realidad virtual, hologramas y códigos QR y la degustación misma del chocolate y sus derivados, no sólo se conoce sino que se vive la historia del cultivo más importante y representativo de Tabasco.
La sede comprende ambas fachadas pero se trata de un mismo espacio.
Fue recuperado el color original del edificio, trabajo a cargo del INAH.
Un muro de jícaras labradas especialmente para el museo, recibe a los visitantes. Al centro, una estrofa del poeta tabasqueño Carlos Pellicer, dedicada al cacao.
Francisco Palavicini, director de la Casa Universitaria Cacao y Chocolate, explicó cómo está integrado el lugar.
Una impresora 3D crea una mazorca de cacao.
Datos históricos son explicados por guías y con ayuda de la tecnología.
La divulgación es importante tanto entre los tabasqueños como entre los visitantes foráneos.
A través de la realidad virtual se pueden vivir emocionantes experiencias.
RECM/NT