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Con un llamado a perder el miedo a la desnudez, a auto explorarse y a acudir a sus consultas ginecológicas, la sexóloga Beatriz Bautista Aguilar ofreció este lunes el círculo de reflexión “Sexualidad en las pacientes postquirúrgicas a mastectomía”, serie que presenta todos los días el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM).
Consideró que todas las mujeres deben aprender a cuidarse, a tocarse y a explorarse, para que en caso de encontrar algo extraño en sus senos o en su cuerpo, acudir de inmediato con el médico. “Muchas no tienen una imagen corporal de su cuerpo, por lo que deben prender la luz para conocerse bien y auto explorarse para evitar sustos”, puntualizó.
La jefa de Área de Atención Psicológica a Víctimas del IEM citó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud sexual como un estado de bienestar físico, mental y social, con relación a la sexualidad, y requiere de un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales.
Luego de que la directora del IEM, Nelly Vargas Pérez, diera la bienvenida al conversatorio, señaló que la sexualidad es una dimensión humana de comunicación y de placer, que se vive fundamentalmente en pareja y con quien se encuentra su más humanizada realización.
Dijo que muchas de las pacientes que se recuperan de cáncer, ven afectada su función sexual durante la fase aguda de los tratamientos y/o como secuela en el periodo de recuperación, y un diagnóstico o tratamiento de cáncer de mama puede alterar la intimidad como una parte importante de la calidad de vida.
Bautista Aguilar consideró que hay factores que pueden asociarse a posibles dificultades sexuales como consecuencia de tratamiento, como la localización y extensión de la enfermedad, el tratamiento en sí y la edad de la paciente.
Mencionó que el efecto de la quimioterapia y la radioterapia sobre la acción hormonal, así como los síntomas psicológicos subyacentes y ansiedad, pueden tener un impacto negativo sobre la sexualidad. “Dolor, nivel de energía y estado hormonal, también influyen en la sexualidad durante o después de los tratamientos”, manifestó.
La psicóloga egresada de la UJAT estableció que la cirugía conservadora de mama es una opción quirúrgica y cosmética que puede facilitar una buena adaptación psicosocial en algunas pacientes. Agregó que investigaciones indican que los beneficios en el funcionamiento sexual, asociados con este tipo de cirugía, son menores de lo que se creía.
Resaltó que esto puede ser porque el tratamiento de quimioterapia adyuvante, sobre todo en mujeres jóvenes, tiene un impacto negativo sobre las funciones sexuales, debido a la menopausia prematura que se puede experimentar como efecto adverso del procedimiento médico mencionado.
En su charla puntualizó que el uso de quimioterapia adyuvante evidenció beneficios para reducir el riesgo de recaída y mejorar la recuperación. A pesar de ello, apuntó, está asociado con efectos adversos y persistentes que incluyen disminución de la actividad, funcionamiento físico, dolor y empobrecimiento de vida en general.
Sentenció que brindar información acerca de la quimioterapia puede ser dificultoso, ya que las mujeres temen sus efectos transitorios, como náuseas, caída de cabello, así como aquellos síntomas persistentes, como fatiga, problemas de memoria, aumento de peso, depresión, o disfunción sexual.
Con respecto a las consecuencias de la radioterapia, especificó que en la sexualidad se observa que, aunque la mayoría de las pacientes no experimenta efectos de sus relaciones sexuales, se puede generar una disminución del deseo sexual durante el tratamiento.
“La radioterapia en mamas no disminuye físicamente el deseo sexual femenino, no reduce la habilidad para producir lubricación vaginal, ni tampoco impide tener una sensibilidad genital normal o alcanzar el orgasmo”, precisó.
La sexóloga aseveró que en la cirugía mastectomía, el tratamiento quirúrgico incluye el constante recuerdo o la realidad de cicatrices o pérdidas de parte de cuerpo, tal como sucede en las pacientes que atravesaron una mastectomía.
Sostuvo que las mujeres que atravesaron una operación de este tipo, no solamente se sienten afectadas por la pérdida de un órgano sexual, sino por la desaparición de una sensación en el área de la cirugía y por una imagen corporal alterada, aún dentro del contexto de una reconstrucción mamaria.
Opinó que el pecho de una mujer históricamente ha poseído una elevada carga simbólica que ha esculpido la identidad femenina, presentándose como un órgano esencial en el cuerpo de la mujer, pues el daño estético de la mama puede provocar un cambio en su identidad como mujer.
Beatriz Bautista afirmó que tras el diagnóstico de cáncer de mama y la mastectomía, el interés sexual de la mujer puede verse mermado, debido a los sentimientos que pueden darse en algunas mujeres de baja autoestima, pérdida de identidad femenina y disminución del atractivo físico, repercutiendo en la actividad sexual con su pareja.
Explicó que la comunicación en la pareja es importante para optimizar el funcionamiento sexual. “La primera intervención que debiera instrumentarse con parejas, después del tratamiento de cáncer de mama, es ayudarlas a cambiar expectativas, y encontrar rutas alternativas que ofrezcan alivio”, finalizó.