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Según datos en Sinaloa cada 8 horas desaparece una persona, situación lamentable que en los últimos años ha ido en aumento y que tal parece que es parte de una política de administración de la vida y de la muerte para un tanto normalizar dicha problemática social, apuntó el investigador universitario, doctor Juan Carlos Ayala Barrón.
El docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), indicó que, aunque el estado ha sido tradicionalmente afectado por la ola de asesinatos, en los años 2016 y 2017 estos crímenes fueron a la baja contrario a lo que ha pasado con las desapariciones, las cuales aun y cuando datan de un registro desde 1964, en los últimos años han ido al alza.
“Actualmente, según datos que se están manejando por la Comisión Estatal de Búsqueda, por las buscadoras, cada 8 horas están desapareciendo a alguien y eso es triste (…) parece como si esto fuera una política de administración de la muerte, la necropolítica que dicen los intelectuales sociales, en un contubernio de impunidad entre el estado y el propio crimen organizado, porque cómo te explicas que haya bajado la ola de asesinatos, pero se ha incrementado la ola de desapariciones”, expuso.
Asimismo, manifestó que se vive en una sociedad altamente angustiada pero normalizada y es que, dijo los asesinatos, los feminicidios, las desapariciones que antes generaban un alto impacto social, han ido moldeando el carácter y emotividad de la población al grado en que ya no se escandaliza por sucesos de violencia extrema como el “Culiacanazo” o la más reciente ola de levantamientos el pasado mes de marzo, en la capital del estado, es decir, no pasa nada socialmente.
“En sociedades altamente violentizadas como esta en la que vivimos, suele pasar así, normalizas en extremo también porque, igual yo siempre he dicho que una sociedad no puede vivir con la angustia a cuestas todos los días, tienes que normalizar esto y la normalización te sirve como un caparazón que te protege la existencia”, mencionó.
Señaló que el 99 por ciento de las desapariciones quedan en impunidad y que, no existen estrategias de políticas públicas que atienda esta situación y aunque se han creado las Comisiones Estatales de Búsqueda y organismos específicos para esto, no ha habido ni una política de atención directa a las víctimas directas de desaparición, de desplazamientos, de homicidios, de feminicidios, y mucho menos, una atención a víctimas indirectas.
“Mientras nuestros gobiernos no definan bien una política integral de atención a toda la violencia criminal que nos está aquejando en el país donde incluya no nada más un enfoque militarizado, sino justicia social, igualdad de oportunidades, inclusión (…) mientras no resuelva gran parte de la crisis económica que viven nuestras comunidades, este asunto va a seguir creciendo”, expresó Ayala Barrón.