Al parecer, el mal carácter y las groserías de don Servando no ahuyentaron a Benny Ibarra y Jacky Bracamontes, quienes dijeron que sí a una secuela de la comedia de 2016 “Un padre no tan padre” mucho antes de que esta fuera una realidad.
“No había guion, no había fechas, no había contratos, no había nada”, dijo Ibarra en una entrevista reciente por videollamada. Pero “fue un sí rotundo”.
“Después de que terminamos ´Un padre no tan padre´, decretamos ´sería increíble hacer una secuela, sería increíble en la playa, estaría padrísimo (genial)´”, expresó por su parte Bracamontes. “Cuidado con lo que pides, porque se cumple”, agregó con humor.
ESPERADA SECUELA
Nuevamente dirigida por Raúl Martínez y protagonizada por Héctor Bonilla como don Servando, “Una Navidad no tan padre” ya estrenó en Netflix, cinco años después de la original.
En esta nueva entrega don Servando sigue viviendo con su hijo Fran (Ibarra) y la novia de éste, Alma (Bracamontes), en la casa en San Miguel de Allende, México, en la que tienen compañeros de piso muy diversos, incluyendo músicos, una pareja gay y una pareja de jubilados expatriados. Todos se llevan tan bien que planean pasar juntos la Navidad en una hermosa playa del Caribe mexicano, en la casa de una tía de Alma, Alicia, interpretada por la primera actriz Angélica María.
“Cuando tú ves ´Un padre no tan padre´ te das cuenta del cariño real que logramos desarrollar entre nosotros los actores, entre la producción, entre la dirección”, dijo Ibarra desde la casa de “una amiga de la infancia”, su excompañera de Timbiriche Sasha Sokol, en el estado de Morelos. “Y creo que eso es lo que vio Angélica”.
LA PANDEMIA CAMBIA RODAJE
El plan original era filmar la película en seis semanas en Puerto Aventuras, en el estado de Quintana Roo, pero tras unas semanas de rodaje llegó el primer cierre por la pandemia. Luego de varios meses pudieron retomarlo y nuevamente hubo un cierre. Finalmente, la terminaron en una tercera ronda de filmación. Todo esto llevó a que el estreno se pospusiera un año.
“No fue una peli fácil, no por cuestiones de nosotros sino por el momento por el que estamos pasando la humanidad”, dijo Ibarra. Sin embargo, opina que las pausas le vinieron bien a la película, pues pudieron madurar sus personajes y mejorar el guion (esta vez de Eduardo Donjuan y Pedro González), además de revisar lo que ya habían filmado.
“Es como tenía que ser y el resultado es entrañable”, afirmó el actor.
La tía Alicia tiene un carácter tan fuerte como el de don Servando y pronto comienzan a sacar chispas que primero son de odio, pero quizá luego de amor.
“Es otro regalazo de la vida el poder haber trabajado con Angélica María, la amo, nos adoptamos ya de por vida”, dijo Bracamontes desde Miami. “Imagínate lo que es la joya que es platicar con ella… Me platicaba sus anécdotas, cosas que vivió hace mil años, los consejos que me daba, lo chistosa que es. De verdad me dolía la panza de reírme tanto de estar sentada al lado de ella”.
LA TRAMA
En la película, Alma y Fran atraviesan un momento difícil en su relación, pues Fran está demasiado absorbido por su trabajo y no tiene casi tiempo para ella.
“Decido ser la persona más egocéntrica del planeta en el momento en el que la Navidad te invita a hacer precisamente lo opuesto”, dijo Ibarra.
Aunque el personaje de Bracamontes sufre esta falta de atención, la actriz confesó que en su vida ella misma ha tenido momentos en los que se ha comportado como Fran.
LECCIÓN CLARA
Bracamontes e Ibarra coincidieron en que “Una Navidad no tan Padre” es perfecta para verse en familia y destacaron que tiene mensajes positivos acerca de pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos, dando una lección muy clara: hay que disfrutar nuestra familia, disfrutar a los niños, a la gente que queremos.