Puede quienes estén de acuerdo o no de llamarlos “los salvadores del rock“, pero lo cierto es que The Strokes defendió ese título a capa y espada con una sobredosis de este género durante su presentación en la Ciudad de México.
Desde un Foro Sol casi repleto, 53 mil personas (cifra oficial de los organizadores) cedieron ante los acordes de Nick Valensi y Albert Hammond Jr. y la voz de Julian Casablancas, durante el regreso a México de la banda neoyorquina, cuyos integrantes agradecieron la calurosa bienvenida.
Tras la poderosa interpretación de sus teloneros, Mac DeMarco y The War On Drugs, el público ya mostraba una energía peculiar: tarareando temas que pusieron para armonizar la espera de los estelares; poniéndose de acuerdo para gritar al unísono y hasta para hacer “la ola”, esperanzados en que sus ánimos lograran hacer que el grupo adelantara su show, pero este comenzó 15 minutos después de las 22:00 horas.
El sello oficial con el nombre de la banda en medio de la pantalla principal anunció la llegada de los estadounidenses como una especie de “batiseñal” frente a la que aparecieron con una ovación.
“Bad Decisions”, “Juicebox”, “Eternal Summer”, “New York City Cops” y “Hard to Explain” fueron los primeros temas en retumbar por el recinto que se tambaleaba al compás de los saltos de los asistentes.
Las canciones fueron acompañadas por una majestuosa producción que incluyó juegos de luces, reflectores y lasers, que proyectados por todo el escenario y en medio del humo y destellos daban un aspecto cósmico a su show.
“Tengo el presentimiento de que quieren más, así que aquí lo tienen”, expresó Casablancas entre uno de sus temas.
“Tantos años alejados, somos afortunados (de volver), somos leyendas, seamos leyendas Ciudad de México”, agregó el líder del grupo, quien despertó los gritos de sus seguidores, adultos y jóvenes por igual.
Era evidente que el intérprete se encontraba complacido y emocionado con el recibimiento de su público, pues durante todo el espectáculo no paró de platicar con ellos pese a que no se le entendía por lo mucho que el micrófono distorsionaba su voz, aunque no fue impedimento para que hablara y bromeara con la audiencia y sus compañeros de agrupación, preguntando abiertamente “¿quién (del grupo) era su favorito?”, en un atropellado español.
Adictivas
“The Adults Are Talking”, “Electricityscape”, “Selfless” y “Trying Your Luck” también formaron parte de su electrizante repertorio, pero fueron sus éxitos “Reptilia”, “Heart in a Cage”, “Someday” y “Under Cover Of Darkness” los más celebrados por su auditorio, quién no paró de cantar, saltar y documentar el esperado encuentro de hasta ese momento llevaba poco más de hora y media de duración.