CIUDAD DE MÉXICO.- El mexicano Alejandro G. Iñárritu recibió ayer una andanada de aplausos al presentar su película Bardo, Falsa Crónica de Unas Cuantas Verdades, un homenaje íntimo a México, en el Festival de Cine de Venecia.
El filme, que compite por el León de Oro, narra con imágenes deslumbrantes el viaje a México para retirar un premio de un exitoso periodista y documentalista nacional, interpretado por Daniel Giménez Cacho, quien también acudió a la fiesta veneciana.
“Filmar la película fue como un espejo. Es la reinterpretación emocional de una memoria”, confesó el cineasta, de 59 años, en la rueda de prensa de presentación.
El autor de Birdman, Amores Perros y 21 Gramos volvió a rodar en su país, tras más de 20 años, para contar justamente su ausencia, lo que ha significado haberse ido y ser un migrante de lujo.
“México es un estado mental para mí, cada país es un estado mental”, sostuvo el cineasta, quien interpreta mitos, se enfrenta a la historia nacional y personal y a la nueva realidad tras su partida.
El viaje del periodista sirve de pretexto a G. Iñárritu para sumergir al espectador en sus recuerdos, en sus miedos, en su pasado; pero también en su presente, con su violencia, sus discriminaciones, sus asesinatos de mujeres.
Con escenas oníricas, entre sueño y realidad, el filme entra en el laberinto de su memoria, donde afloran dolores, como el regreso al vientre de la madre del hijo que no quiso vivir en este mundo.
“No es un filme autobiográfico”, aclaró el director, pese a que reconoció en la rueda de prensa que este jueves resultaba una fecha especial para su familia.
“El 1 de septiembre de 2001 dejamos México y nos fuimos a vivir a Los Ángeles, con gran ilusión. Nos fuimos por un año y ya han pasado 21”, confesó al hablar del tema que inspira todo el filme.
“Esta película, a diferencia de las otras, no la hice con la cabeza, la hice con el corazón y por ello el parto es más sensible pero también muy liberador”.
Producida por Netflix, Bardo… aspira al máximo galardón, que será otorgado el 10 de septiembre por un jurado encabezado por la actriz Julianne Moore.
En cines se estrenará el 18 de noviembre, antes de debutar en Netflix el 16 de diciembre.
El actor Edison Ruiz tuvo una participación especial en filme del director, quien durante el rodaje fue acusado de maltrato laboral y de ser muy exigente.
“Nuestro primer encuentro con él fue muy duro porque ya trae una inercia, de primera impresión te sacas de onda y dices ‘qué raro señor, ¿estará enojado o que pasa?’. Piensas inmediatamente en si hiciste algo mal.
“Es un profesional, por eso está donde está. El señor ya tenía la película hecha en la cabeza, él ya sabía, sólo nos estaba compartiendo una historia, entonces yo creo que eso resultaba difícil porque no todos íbamos a la misma velocidad y no lo entendíamos”, compartió Ruiz en entrevista.
Alejandro G. Iñárritu y Daniel Giménez Cacho llamaron la atención por sus atuendos, casual y relajado durante la conferencia de prensa matutina, y elegante, pero con su sello, en la premier nocturna.
“Me parece que, aunque las reglas del vestir se han flexibilizado mucho con la pandemia, y ellos siempre han tenido un estilo bohemio, los veo a los dos demasiado descuidados, con prendas holgadas y con mal fitting o ajuste.
“Además, la melena y la barba del director necesitaban un retoque y no me explico la moda del actor de utilizar huaraches, que está genial para unas vacaciones en Sayulita o Playa del Carmen”, opinó la experta en imagen Mónica Bravo.
Para la noche, las cosas mejoraron.
“Los dos mucho mejor, con trajes sobrios y de gala, aunque me parece que el moño de Giménez Cacho está mal hecho, pero se le aplaude el hecho de llevar un detalle cien por ciento mexicano. La corbata de Iñárruti la siento muy delgada para su complexión, además de que se debió desabotonar el saco si iba a acompañar a su reparto”.
Los especialistas cinematográficos de medios internacionales respondieron al filme del mexicano con opiniones encontradas:
“Una experiencia cinematográfica tan imponente que la mera búsqueda de tratar de capturarla sólo con palabras parece inútil. Es el logro más contemplativo y conmovedor de Iñárritu hasta la fecha”.Carlos Aguilar, The Wrap.
“Es imposible negar la fuerza de la sorprendente variedad de pensamientos y conceptos que Iñárritu ha dado vida y reúne, aunque el impacto se diluye claramente por su falta de voluntad para cortarla”. Fionnuala Halligan, Screen International.
“La película está llena de buenas cosas, pero dura tres horas, y sobre todo está llena de él mismo”.
Owen Gleiberman, Variety.
“Qué extraño que un filme tan personal como Bardo se sienta prestado. De hecho, lo que más la identifica como una película de Iñárritu es la forma virtuosa en que adopta la grandeza como género en lugar de ganársela como recompensa”.David Ehrlich, IndieWire.
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