Su presupuesto subió un 60 por ciento de lo previsto originalmente, antes de la llegada de la Covid-19, pues movieron la producción a Cancún y encerraron a todo el elenco en un hotel para evitar contagios.
El gasto extra supera el costo promedio de una película mexicana hecha en 2020, que equivale a 14.6 millones de pesos, de acuerdo con el más reciente Anuario Estadístico del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).
Aunque ese fue un caso excepcional, el año pasado cerca del 15 por ciento del presupuesto de una producción fílmica y televisiva se destinaba a protocolos de seguridad, pruebas de detección, sanitización y personal especializado.
Según cada producción, llegó incluso a ser un 30 por ciento del presupuesto, pero el panorama se volvió más complejo con la variante Ómicron, más contagiosa, a principios de 2022.
“La pandemia ha impactado en términos económicos muy fuertemente, un incremento muy alto de recursos para los proyectos que no tenían contemplados protocolos y ante la nueva variante, este año hemos visto muy malas señales para el arranque.
“Antes de la variante Ómicron teníamos un protocolo que funcionaba, ahora es muy difícil plantearlo. Estamos peor que el año pasado, estamos otra vez en abril de 2020”, comentó Fiesco en entrevista.
La pandemia ha supuesto la creación de nuevas divisiones que diseñan protocolos, vigilan que se cumplan, dotan de cubrebocas, gel antibacterial, sanitizan espacios, detectan síntomas y cuidan los espacios para comer.
Estos gastos, coinciden productores consultados, son más fáciles de asumir para producciones grandes, impulsadas por estudios o plataformas de streaming.
Durante la pandemia, Netflix no escatimó en costos: para las grabaciones de Luis Miguel, La Serie el laboratorio Grupo Diagnóstico, contratado para las pruebas Covid, llegó a hacer tres por semana a todos los integrantes del equipo, 600 en total.
Las pruebas son las que consumen los presupuestos para una producción, de acuerdo con Fernando Rovzar, cabeza de Lemon Films, que en pandemia grabó las segundas temporadas de Monarca y Control Z, así como La Venganza de las Juanas.
“Si toman un proyecto nuestro antes de la pandemia y los comparamos ahora, se incrementaron entre un 5 y 10 por ciento. Las pruebas han sido de los puntos más caros y cada producción lo hace distinto.
“Conozco los que hacen por semana, cada dos o tres días, o sólo al elenco. Estos costos son los necesarios y los pagan las plataformas y canales. Si quieren seguir haciendo contenido, tienen que generar la seguridad de la gente y lo asumieron”, sostuvo Rovzar.
