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Por Teresa Aranguez.- Además de Titanic, hay otro barco célebre muy recordado y querido por el público. En 1976 partía el primer episodio de El crucero del amor, la serie familiar que se mantuvo en televisión por una década. Entre sus rostros más queridos a bordo del trasatlántico estaba el inolvidable Isaac, el simpático camarero que recibía a todo el mundo con una gran sonrisa en su barra. Su actor, Ted Lange, lo recuerda con mucho amor, pero sin olvidar la cruda realidad que le tocó vivir en aquella época bastante oscura y menos libre. Porque un episodio muy desagradable estuvo a punto de hacerle abandonar la aventura.
Viajemos al pasado para ponernos en situación. Antes de partir al paraíso con sus visitantes a bordo, el capitán, interpretado por Gavin MacLeod, daba la bienvenida a todos para vivir el viaje de sus vidas. Junto al amable bartender, creador de los mejores cócteles, y el inolvidable doctor Adam (Bernie Kopell), hacían las delicias de los espectadores, La complicidad entre los tres actores traspasaba la pantalla. De hecho, un dato curioso es que fueron los únicos tres intérpretes de la serie que salieron en los 250 episodios, sin excepción, emitidos por ABC.
Cuando Ted Lange se remonta 46 años atrás para rememorar aquellos tiempos, solo tiene palabras de afecto y gratitud. Los recuerdos son maravillosos, al igual que las experiencias vividas. Tal es así que, a día de hoy reconoce que siguen formando una gran familia. “Seguimos en contacto todos, nos amamos, nos protegemos. Cuando haces un show así, no sabes dónde va a llegar, en este caso se dio la magia y la química, y nos queremos mucho y nos divertimos juntos”, explicó el actor a Insider Travel Report.
Sin embargo, que se llevaran bien entre ellos no evitó que Ted, también escritor de algunos de los episodios, sintiera cierta discriminación por su color de piel. No con sus colegas de reparto, sino con agentes externos y situaciones en las que se sintió rechazado. Y existe un episodio del que no guarda un grato recuerdo. “Cuando hice El crucero del amor, solo me tenían a mí en el bar. Todo el mundo salía a saludar a la gente, así que dije: ‘¿Por qué yo no?’. Y me dijeron: ‘Porque eres un camarero. ¿Por qué tendrías que estar saludando a la gente?’. A lo que contesté: ‘¿Y por qué sí el capitán? Él debería estar en su puesto. ¿Y el doctor? Él tendría que estar en la zona de enfermería. Ahora entiendo que esa fue una forma de racismo, pero no podía decirlo, así que manipulaba la situación a través de mi personaje y, poco a poco, conseguí formar parte de esa estructura principal”, explicó en una entrevista para CBC Radio.
Hay que recordar que Ted fue el único actor negro protagonista de la serie. Un hecho que ya da muchas pistas de lo que se vivía por aquel entonces en el cine y la televisión. “Hubo algunas personas que no hacían cosas bonitas. Había burlas racistas. La gente conseguía invitaciones a ciertas cosas, y yo no. El primer año estuve a punto de dejar el show”, contó en una charla con Los Angeles Times. Afortunadamente, el compañerismo era tal, que la cosa fue cambiando para él gracias a esa solidaridad. “Fred y Bernie notaron el racismo y a mí enfrentándome al sistema y escribieron una historia que hizo que Isaac generara interés”, añadió.
Exactamente así fue. Cuando me paro a pensar en qué recuerdos me vienen a la cabeza de aquella serie, sin duda, el camarero Isaac, su simpatía y buena energía, son de las cosas que más tengo presente. Si bien es cierto que Ted pasó una primera etapa de tensión, supo superarla y llevarla a su terreno. Nada de esto empañó la felicidad, la unión, el cariño y las otras muchas bonitas vivencias que tuvo la suerte de experimentar en este proyecto que dejó huella en la pequeña pantalla.
Viajes alrededor del mundo, buen dinero, compañeros extraordinarios y una experiencia actoral que marcaría la vida de todos los que pasaron por las filas de El crucero del amor, son tan solo algunas de las maravillas que ganaron a esos incómodos momentos que tuvo que vivir. La audiencia, desde casa, no se percataba de nada de eso. Al contrario, veía con entusiasmo a aquellos trabajadores zarpando allende los mares, y a todas las celebridades de renombre que eran invitadas para entretenerles y sorprenderles en cada episodio. Fue el caso de una jovencísima Janet Jackson, Betty White, Jamie Lee Curtis, Vanessa Williams, Sonny Bono, Andy Warhol y hasta el mismísimo Tom Hanks, entre otros.
El papel de Lange en la serie producida por Aaron Spelling dejó tanta huella, que su personaje fue invitado estrella en otras series de gran relevancia en televisión. Por ejemplo, Los Ángeles de Charlie, Martin, Weird Science y Love Boat: The Next Wave, siendo esta última una versión del clásico llevada a cabo, sin tanto éxito, en 1998. La misma, emitida por UPN, apenas duró un año en antena.
Quien interpretara al siempre inolvidable Isaac reconoce haber recibido uno de los mayores regalos de esta experiencia: su desarrollo como escritor. Hoy en día, Lange es un reconocido escritor de teatro que ha enfocado sus piezas, precisamente, en dar visibilidad a personajes negros que han sido fundamentales en la historia de Estados Unidos. En muchos casos, esclavos que acompañaron a primeras figuras, como políticos o gobernadores, y han sido arrinconadas en un lugar casi imperceptible. Él los ha sacado de ese olvido y les está dando el sitio que se merecen en estas obras de teatro que recorren los escenarios de ciudades tan importantes para las tablas como lo es Nueva York.
“Escribo sobre la historia americana. Hago esto, encuentro personalidades afroamericanas que han formado parte de esa historia y que hasta ahora han sido un pie de página… Los saco de allí y los pongo sobre las páginas. Por ejemplo, tengo una obra sobre George Washington y su esclavo favorito”, contó entusiasmado a Breakfast Television. En el pasado, esto hubiera sido impensable; a día de hoy es su proyecto de vida con el que honra su cultura y sus raíces.
A sus 76 años, Lange está imparable e Isaac, ese personaje al que todos recuerdan, tiene mucho que ver en ello. Hace unos meses, volvió a ejercer de él, esta vez en la vida real, al ser uno de los invitados del reality show The Real Love Boat de CBS, inspirado en la famosa serie de éxito mundial. “Esa es la maravilla de este negocio. Cuando piensas que ya todo se ha acabado y quedado atrás, reinventan algo nuevo que jamás te habrías imaginado”, explicó con la misma emoción a Insider Travel.
Aunque queda mucho recorrido, los tiempos han cambiado, afortunadamente, para mejor. La magia y el espíritu amigable de El crucero del amor siguen más vigentes que nunca, y Lange continúa celebrándolo 46 años después. La alegría de aquel camarero que algunos trataron de opacar, terminó abriendo puertas y ganándose a la audiencia que tiene mucho que agradecerle, más allá de las risas. (Yahoo Vida y Estilo)
