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CHETUMAL, Q. ROO.- El incremento de precios a los insumos y servicios agropecuarios, aunado a los recurrentes factores climáticos adversos tienen al campo de Quintana Roo en el lugar 26 a nivel nacional, de acuerdo con los resultados del Censo Agropecuario 2022, realizado en todo el país por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
El censo mostró las deficiencias y disminuciones que en los últimos quince años (en 2007 se realizó el anterior censo) tiene el campo quintanarroense en materia agrícola y ganadera en las áreas de estas importantes actividades productivas.
En conferencia de prensa, paralela a la oficina central del organismo, el delegado local del Inegi, Fernando Vela Novelo, dio a conocer algunas de las cifras arrojadas por las encuestas realizadas en las más de 806 mil 277 hectáreas con uso y vocación agropecuaria, de las más de 4 millones 482 mil hectáreas de superficie total de esta entidad.
El representante del Inegi explico que estos son los denominados “resultados oportunos del Censo Agropecuario 2022” que ofrece una síntesis metodológica, metadatos, un glosario de términos y presentaciones a nivel nacional y por entidad federativa, con el resumen de los principales resultados. Los definitivos se darán a conocer en noviembre próximo.
De acuerdo con la encuesta, los problemas más comunes reportados que afectaron la producción y productividad fueron los altos costos de insumos y servicios, con 71.6%; factores climáticos, con 66.2%; factores biológicos, 51.2%; pérdida de fertilidad del suelo, 30.2%; baja de precios o disminución de ventas a causa de la pandemia por Covid-19, 20.3%; y dificultad para la transportación, con 18.9 por ciento.
Las unidades de producción agropecuaria activas tienen en total 200 mil 420 hectáreas de superficie sembrada y 22 mil 455 no sembradas. De estas últimas, 12 mil 338 hectáreas eran superficie en descanso, y el resto, unas 10 mil 117 hectáreas, superficie no sembrada por mal temporal, por falta de créditos, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien la sembrara, entre otras causas.
La superficie promedio, por unidad de producción activa, es de 8.0 hectáreas, mostrando una disminución de 6.1 hectáreas, toda vez que en el Censo Agropecuario 2007, el promedio fue de 14.1 hectáreas, es decir, en 2022, las unidades de producción fueron más pequeñas en este último censo.
En la encuesta se consigna que la mano de obra en actividades agropecuarias o forestales arrojó un total de 109 mil 255 personas, de las cuales 101 mil 074 son hombres (92.5%) y 8 mil 181 mujeres (7.5%).
Estas cifras muestran una disminución de la participación de la mujer en labores de este sector, pues en 2007 se reportó 9% de participación, con lo que el involucramiento de las mujeres en las labores agropecuarias y del campo resultó menor, en poco más de un punto porcentual.
Respecto a la escolaridad de las y los productores, el nivel de primaria predomina, aunque se redujo de 50.0 a 39.8%, entre 2007 y 2022. La secundaria registró un incremento de 19.2 a 31.8%, y el bachillerato o preparatoria, de 3.6 a 8.9 por ciento.
El parque vehicular de tractores propios tuvo un incremento de 157.2%: pasó de 456 unidades en 2007, a mil 173 el año pasado.