Pemex, con la cartera vacía pero las ideas (y la deuda) a todo dar

Imaginen a esa amiga que siempre sale de fiesta pero cuando llega la cuenta empieza a “buscar” la cartera con una calma que desespera. Pues así anda Petróleos Mexicanos (Pemex), pero a escala nacional y con unos ceros detrás que dan vértigo. En un movimiento que nos recuerda que la vida es cara para todos, incluso para una empresa estatal gigante, el director general, Víctor Rodríguez Padilla, básicamente soltó el *tea*: la paraestatal enfrenta restricciones presupuestales tan fuertes que tuvo que hacer el equivalente corporativo de un GoFundMe, pero dirigido al sector privado.

Su discurso en el 57º Foro Nacional de la Industria Química fue la versión empresarial de “¿Me prestas para la gasolina?”. Con una franqueza que casi se agradece, Rodríguez Padilla admitió que una buena parte del presupuesto se destina al pago de la deuda. Sí, esa deuda que es como la resaca de los excesos pasados y que sigue ahí, persiguiéndonos cada mañana. “Todavía tenemos una deuda con proveedores que estamos solventando”, comentó. O sea, no sólo deben a los bancos, sino también a los que les surten de todo, desde tubos hasta café para la oficina. La vida es prioridades, y al parecer, pagarles a quienes mantienen la maquinaria funcionando es una de ellas. Un esfuerzo loable, como cuando decides limpiar tu cuarto en lugar de seguir scrolleando en TikTok.

La solución: Un socio con dinero, porque el romance ya no paga las cuentas

Frente a esta realidad financiera más ajustada que un jean de los 2000, la solución propuesta por el director es tan clara como un meme: necesitan inversión, y mucha. Y adivinen quién tiene la tarjeta de crédito con espacio disponible. Exacto, el sector privado. “Las necesidades de inversión son muy grandes y solamente podemos desarrollarlas con el sector privado“, declaró con la convicción de quien ha revisado su estado de cuenta y ha decidido que es momento de pedir ayuda. “Si estoy aquí en este foro es para invitarlos a participar, a ser partícipes de nuestros proyectos”. Traducción: “Tenemos las ideas, el terreno y el nombre, pero nos falta la lana. ¿Alguien se apunta?”.

Para calmar los nervios de cualquier inversor potencial, Rodríguez Padilla se apresuró a aclarar que el marco regulatorio actual, ese que quedó tras toda la saga de la reforma energética, no pone trabas a la participación de empresas privadas en el sector de hidrocarburos. Es como decir “la casa está en orden, sólo necesitamos un roommate que pague su parte”. Y por si alguien todavía dudaba, recordó que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sigue vigente, abriendo la puerta a contratos redituables para el sector privado internacional. Básicamente, es una invitación global a una fiesta de inversiones donde Pemex pone el lugar, pero los invitados deben traer el efectivo.

Pero no todo es deuda y apuros financieros. El ejecutivo también hizo un repaso de lo bueno, como cuando en tu perfil de Tinder destacas que sabes cocinar. Mencionó que en el sexenio pasado se hicieron inversiones importantes en el sector de refinería para su rehabilitación. Ahora, la meta es impulsar la petroquímica y los complejos de la petrolera. Su visión del futuro es una alianza estilo superheroes entre Pemex y el capital privado. “El futuro del país lo veo en una alianza entre Pemex y el sector privado para sacar la petroquímica adelante”, aseveró. “Nosotros participamos en el suministro de insumos y/o en la parte comercial, pero esos proyectos no salen si no es en asociación con los privados”. O sea, “yo pongo el talento y las conexiones, tú pones el dinero para el proyecto”. Una colaboración clásica.

Y para los más técnicos, el titular de la petrolera también habló de oportunidades concretas, como el subsuelo lleno de posibilidades en gas y aceite. Con la seriedad de un geólogo influencer, recordó que la famosa formación Eagle Ford no se detiene en la frontera; también es territorio mexicano. Y ya están trabajando en aprovechar ese gas para generar electricidad para el sector industrial. Un plan que suena tan bien como prometedor, esperemos que no se quede en el grupo de WhatsApp de “ideas geniales que haremos algún día”.

En resumen, el mensaje de Pemex es claro: el momento de la autosuficiencia absoluta pasó de moda, como los pantalones de campana. La nueva tendencia es la colaboración público-privada. Tienen los proyectos, la infraestructura y el conocimiento, pero necesitan un *boost* financiero para dejar de sobrevivir y empezar a prosperar. Es un llamado a la acción para que los inversionistas, tanto nacionales como internacionales, se suban a este barco que, aunque con algunas filtraciones, sigue siendo clave para la economía del país.

¿Te pareció interesante este vistazo tras bambalinas de las finanzas de Pemex? Comparte este artículo en tus redes sociales y ayuda a que más gente entienda los desafíos y oportunidades de la energía en México. Y no dejes de explorar más contenido relacionado con la economía y el sector industrial en nuestra plataforma.