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CIUDAD DE MÉXICO.- María Aguilar ha estado buscando a su hijo durante más de una década. Ella, como miles de mexicanos, cuyos seres queridos están desaparecidos, ha pasado incontables días explorando vastas extensiones de tierra árida en busca de pistas.
Pero ahora, Aguilar -y el colectivo de “personas desaparecidas” que ella fundó en el estado de Jalisco- estarán apoyados con drones montados con cámaras termosensibles que muestran distorsiones en el suelo que podrían indicar una fosa común.
Detectores químicos insertados en el suelo pueden resaltar cambios biológicos en el terreno que también podrían ser un indicador de restos humanos -como niveles inusualmente altos de nitrógeno y humedad- y ayudar a delimitar posibles áreas de búsqueda.
A lo largo de los años, madres como Aguilar que buscan a sus hijos desaparecidos han llevado a cabo búsquedas manuales en vastas áreas, a menudo sin éxito o con una amenaza para sus propias vidas. Los drones dan esperanza a las familias.
“Tenemos que encontrar todas las variables científicas que nos puedan llevar a localizar fosas de la forma más segura”, explicó Víctor Hugo Ávila, comisionado de Búsqueda de Personas del estado Jalisco.
“La tecnología nos va a ayudar a minimizar el riesgo para las familias y para los servidores públicos”, añadió.
Equipos de la Universidad de Oxford están apoyando a autoridades y organizaciones no gubernamentales de la entidad con entrenamiento en el uso de drones.
Tunuari Chávez, quien dirige el análisis de la Comisión de Búsqueda de Jalisco, dijo que están entusiasmados con un enfoque más basado en la ciencia para encontrar personas desaparecidas.
Aguilar, cuyo hijo ha estado desaparecido desde 2011, espera que la tecnología finalmente pueda poner fin a su larga búsqueda.