Analistas coinciden en que la tan esperada entrada en operaciones de la Refinería “Olmeca” es un objetivo distante debido a la carencia de infraestructura y los problemas logísticos que enfrenta el proyecto emblemático del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de los rumores sobre un posible inicio de operaciones este viernes, los expertos consultados por Energía a Debate desestiman esta posibilidad, señalando múltiples deficiencias aún no resueltas.
Para Bernardo del Castillo, experto en infraestructura energética, la falta de transparencia en los avances de la obra y los recursos ejercidos son preocupantes. “Nadie sabe nada después de cinco años y 17 mil millones de dólares”, comentó.
Aunque el presidente ha prometido que la refinería empezaría a producir en unos días más, los analistas dudan de la veracidad de estas afirmaciones. Se espera que el “inicio de operación” pueda ser simplemente un acto simbólico con la introducción de “diésel de arranque”, según fuentes cercanas al proyecto.
La carencia de infraestructura es evidente. La refinería no cuenta con vías férreas ni gasoductos, elementos cruciales para su funcionamiento. Además, el Puerto de Dos Bocas carece de la capacidad necesaria para recibir buques tanques del calado requerido.
El proyecto, que ya ha superado su presupuesto inicial de 8 mil millones de dólares y se estima en más de 24 mil millones, enfrenta una incierta curva de retorno financiero. Especialistas alertan que, incluso en el caso de entrar en operación, la refinería podría operar con pérdidas financieras significativas, lo que podría impactar en el precio de los combustibles para los usuarios finales.
La prometida autosuficiencia energética aún parece ser un objetivo lejano, y los expertos dudan de que la refinería alcance su punto óptimo de operación para el año 2027, como sugiere el gobierno.
