Veracruz, México.-En San Marcos Atexquilapan, a mil 300 kilómetros de San Antonio, Texas, tres familias esperan entre llanto e incertidumbre noticias sobre Yovani, Jair y Misael, tres jóvenes de Naolinco, Veracruz, que abordaron el tráiler en el que 53 migrantes murieron asfixiados.
La familia de Misael Olivares Monterde recibió hoy la noticia de que su cuerpo fue identificado por delegados de migración que cruzaron la frontera para obtener noticias sobre veracruzanos hallados sin vida el pasado 27 de junio.
Aún no hay certeza de cuándo llegará su cuerpo a casa, sin embargo, familiares y amigos ya se reúnen para orar por él afuera de su domicilio. Llevan flores y santos al altar sin féretro.
Su familia, al fin, sabe dónde está, no obstante, los hermanos Jaír y Jovanni Valencia Olivares, de 16 y 19 años de edad, aún no han sido identificados.
“Pa, ahora sí ya vamos para San Antonio”, fue el último mensaje que recibió Teófilo Valencia, el padre de ambos, la mañana del pasado lunes. Desde entonces, no supieron más.
Yolanda Olivares, su madre, empacó el 20 de junio las maletas de sus hijos y les dio números de teléfono para que contactaran a sus familiares que los esperaban en Austin, Texas.
La familia de los jóvenes aún espera que las noticias sean otras a las pronosticadas y que sus hijos se encuentren detenidos por la Patrulla Fronteriza u hospitalizados.
Mientras tanto, han colocado ya un toldo negro a las afuera de su casa, ahora empeñada para pagar la cuota de 10 mil dólares al traficante por cada uno de sus hijos.
Allí, reciben a personas de la comunidad que acuden para darles ánimo y acompañarles.
Una semana antes de la partida de los tres jóvenes, otra veintena de lugareños ya habían tomado rumbo a Estados Unidos.
