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CIUDAD DE MÉXICO.- Para la gran mayoría del pueblo, la justicia no es más que una palabra vacía, afirmó el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar.
“Acceder a tribunales que resuelvan sus disputas y que defienden sus derechos es una promesa sin cumplir”, dijo al rendir su cuarto y último informe.
No obstante, pese al incumplimiento, describió su gestión al frente del Poder Judicial como transformadora, revolucionaria y eliminadora de la corrupción y el nepotismo.
“Entregamos un Poder Judicial renovado, íntegro, moderno, profesional y con sentido humano. Que responde con resultados. Que rinde cuentas con datos duros. Que resiste los embates de los factores reales de poder y que preserva su independencia con hechos, y no con palabras. Con sentencias y no con discursos”, afirmó.
Zaldívar fue consistente en el discurso de los cuatro años de su Presidencia, atacando sin miramientos casi todo lo que sucedía en el Poder Judicial antes de su elección.
La parte final fue un llamado para acabar con el clasismo, el racismo y la desigualdad social, y para que la justicia deje de ser un privilegio de las élites, tras manifestar su orgullo por el trabajo del Instituto Federal de Defensoría en favor de pobres, indígenas, mujeres, discapacitados y personas de la diversidad sexual.
“El gran reto de nuestro tiempo es ese: abatir la pobreza, acabar con la desigualdad, alcanzar la justicia social. Devolver la esperanza y la dignidad que le ha sido negada tanto tiempo a nuestro pueblo.
“El México que vislumbro es quizás una utopía”, dijo Zaldívar, quien remató su intervención de casi una hora citando al escritor uruguayo Eduardo Galeano, clásico de la izquierda latinoamericana.
Los invitados en la zona de murales de la Corte, encabezados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, aplaudieron de pie a Zaldívar, pero los otros 10 ministros no fueron tan entusiastas, y se levantaron sólo cuando terminaban los aplausos.
Asistieron también los secretarios de Gobernación, Defensa Nacional y Marina, los líderes de ambas Cámaras del Congreso y el titular de la FGR, así como la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien ha tenido una estrecha relación con Zaldívar.
El discurso no aludió a una sola sentencia dictada por el Pleno de la Corte desde 2019, de las cuales tal vez la más significativa fue la que, por primera vez, declaró inconstitucional la penalización del aborto.
Zaldívar tampoco despejó la duda de si completará su periodo en la Corte, que termina en noviembre de 2024, o si renunciará anticipadamente, para abrir a López Obrador la oportunidad de nombrar a su quinto ministro por 15 años, en vez de los tres que originalmente le correspondían.
Lo que sí hizo fue volver a criticar al sistema penal, al que calificó de arbitrario y de destruir vidas, familias y comunidades, con impacto desproporcionado en las mujeres.
“En 2019 me comprometí a que cambiaría al Poder Judicial Federal (PJF). Para mí, era claro que la ciudadanía no confiaba en nosotros, que la sociedad nos percibía como una institución distante y al servicio de los privilegios, y que en buena medida esta percepción se alimentaba por la corrupción y el nepotismo, que teníamos una justicia elitista, que no se materializaba en la vida de las personas”, dijo Zaldívar.
“La corrupción y en nepotismo eran temas de los que no se hablaba, se decía que eran casos aislados y que los trapos sucios se lavan en casa”, agregó. “En cuatro años logramos desarticular las redes de corrupción y tráfico de influencias que imperaban en la Judicatura”.
Destacó un nuevo sistema interno de seguimiento patrimonial de juzgadores, “extraordinariamente detallado”, así como otro sistema para evitar manipulaciones del turno de asuntos en juzgados y tribunales.
“Se endurecieron los criterios para ratificar a jueces y magistrados, con criterios objetivos. Este año se sancionó a 17 titulares y se judicializaron tres carpetas de investigación contra funcionarios”, informó Zaldívar, sin detallar qué tipo de sanciones, contra quién o por qué conductas.
Agregó que 197 jueces y magistrados fueron readscritos en estos cuatro años a otras entidades, para romper las redes familiares en los circuitos en los que laboraban.
Zaldívar dijo que ya no se asciende al PJF por compadrazgos ni relaciones, ni las plazas se intercambian por favores, y agregó que se realizaron 35 procesos de selección para el ingreso a la carrera judicial, con casi 7 mil 300 vencedores.
También agradeció a López Obrador el apoyo a la reforma constitucional y legal al PJF que propuso en 2020, misma que dio mayor rango a políticas que ya se instrumentaban en el Consejo de la Judicatura Federal, amén de reducir la carga de trabajo de la Corte y dar más fuerza a sus sentencias.
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Otro punto destacado por el ministro fue el impulso a la equidad de género, mediante concursos para juzgadores de distrito paritarios o exclusivos para mujeres, lo que llevó al nombramiento de 273 juezas en cuatro años, más de la mitad de todas las designadas desde 1995.
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