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CIUDAD DE MÉXICO.- “Ahora sí vamos a los tamales”, soltó el presidente Andrés Manuel López Obrador parado en el filo de la tarima del Salón Tesorería de Palacio Nacional, después de haber hablado durante 2 horas y 34 minutos.
Más temprano, desde que llegó a su mañanera, el mandatario adelantó que habría tamales con motivo del Día de la Candelaria. Presentó el anuncio como una noticia buena.
“Vamos a celebrar la Candelaria, va a haber tamales, aquí vamos a probar tamales”, adelantó a las 07:12 horas.
Luego de hablar de temas como los narcoseñalamientos en su contra, la posible continuidad de la 4T, su nuevo libro y hasta el aporte de Lázaro Cárdenas, AMLO pidió que llevaran un zacahuil.
Personal de la Ayudantía acercó una mesa con el tradicional tamal de la huasteca, hecho con base de maíz martajado, chile y carne, que fue aportado por representantes de medios de comunicación.
“Nada más que ya sin cámara, pues van a comer van a comer, por favor”, pidió el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez.
“Bueno, los que son periodistas, para atrás, los que van a comer pa’delante”, agregó mientras youtubers se acercaban a la mesa y López Obrador pedía que explicarán el origen del zacahuil.
López Obrador escuchó de un chef que el tamal envuelto en hoja de plátano, que destaca por su gran tamaño, fue preparado la noche del jueves y llevado directamente de San Luis Potosí.
“El zacahuil solamente lo vas a probar en días de tianguis y festejos, por ejemplo, un domingo en tamazunchale, en Xilitla, pero hoy lo vamos a probar aquí”, le explicaron.
Una mujer de Tlaxiaco, Oaxaca, que preparó 300 tamales “oaxaqueños” aprovechó para pedirle a AMLO: “no nos desampare ni nos desproteja”.
— “Adelante ¿Dónde va a ser? ¿Aquí?”, preguntó López Obrador para iniciar con el reparto de los tamales.
“También les traemos un champurrado de maíz colorado de nuestra región de la mixteca, acompañado de su chocolate”, agregó la mujer.
En tono de broma, López Obrador pidió una disculpa por si los tamales no alcanzaban para todos y preguntó al vocero si ya habían cortado la transmisión.
“No, ya no, la cortamos”, le dijo Ramírez.
La misma mujer que preparó los tamales le puso un collar de flores a López Obrador y éste se colocó al lado del chef para que le sirvieran zacahuil.
Le pasaron un plato de unicel y le sirvieron, pero López Obrador parecía que no quería probarlo, tan es así que comenzó a hablar otra vez.
“Me voy a llevar unos (a la gira), en todas las regiones de México hay un habla especial que tiene que ver con la lengua originaria y el castellano, por eso se dice itacate, uno se lleva itacate, pero en Tabasco se le llama pushcagua, entonces es lo mismo, nada más para que siempre cuidemos nuestra habla y la respetemos”, pidió.
“En la mixteca itacate eh, y en Tabasco puschcaghua, y yo me siento muy orgulloso del habla de nuestros pueblos y ahora sí.
“Pero así no se puede, no se puede”, dijo AMLO ante las cámaras, aparentemente para tratar de evitar darle un bocado, “nada más uno, uno nada más (mordisco)”.
López Obrador le mordió y después expresó: “suculento” cuando le preguntaron qué tal estaba.
Unos segundos después dijo “buen provecho” y se retiró del salón con su plato de unicel en la mano.
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