Al cierre del 2021, la gasolina Magna en México aumentó 14.0% respecto al cierre del 2020, variación que es el doble de la inflación nacional que fue del 7.4%, mientras que para la gasolina Premium el aumento durante el mismo lapso fue de 22.1%, es decir, tres veces la inflación general, de acuerdo con las cifras publicadas por el INEGI.
El aumento de precios en los últimos doce meses, sin duda afectó el bolsillo de los automovilistas, al reflejar de inmediato un cambio importante en la estructura de consumo. En noviembre de 2020, de los 559,200 barriles diarios de gasolina despachados en las estaciones de consumo en todo el país, el 70% fue gasolina Magna y el 30% restante Premium, un año después, es decir en noviembre de 2021, la venta total de gasolinas aumentó 13.1%, pero ahora el consumo de la más barata representó el 81% del total y la de menor octanaje se redujo a 19%, dicho cambio mostró de manera clara el comportamiento de los consumidores a los cambios de precios en los hidrocarburos.
El aumento en el precio del carburante de menor octanaje a diciembre de 2021 hiló 10 alzas consecutivas, en tanto que la gasolina Premium acumuló 11 aumentos consecutivos. Es importante considerar que la tendencia descrita por los precios del carburante en las estaciones de servicio, es arrastrada por la tendencia del precio con el que opera en el mercado de en Nueva York, de acuerdo con la fórmula publicada por la propia Secretaría de Hacienda en marzo de 2019.
La gasolina es sin duda uno de los insumos más importantes en la determinación de la estructura de costos para el movimiento de personas y mercancías en el país. El incremento en el precio de las gasolinas afecta directamente el costo del transporte, que en el caso de los alimentos, el aumento se traslada directamente a los consumidores finales, como efecto del mayor costo en el traslado desde los centros de producción a los de consumo. El transporte de las personas entre sus hogares y centros de trabajo, también se verá afectado por el precio de los combustibles, la salida de vacaciones, también sufrirá el impacto, ya sea que el traslado sea por vía terrestre o aérea.
En el reporte del INEGI correspondiente a diciembre de 2021, destaca el aumento anual de 21.7% en frutas y verduras, evidentemente muy por arriba de la inflación promedio del 7.4%, en el mismo reporte, se señala que el incremento anual en los energéticos fue de 11.5%. El riesgo de esta transmisión de inflación por costos a los consumidores finales, es que de no disponer de una estrategia que la frene, puede crear un círculo vicioso y afectar cada vez más a otras ramas o sectores de la actividad económica, dificultando la planeación para el corto y mediano plazo.
Es importante destacar que el aumento de precios en alimentos y transporte, afecta de manera más significativa a las personas de menores ingresos, debido a que el porcentaje de su ingreso que destinan para el consumo de alimentos y transporte es mucho mayor que las que tienen ingresos más altos