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Nación

Disfruta Xóchitl Gálvez ‘ser solista’

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CIUDAD DE MÉXICO.- A Xóchitl Gálvez le gusta tomar la batuta más de la cuenta, resume Ivonne Melgar, autora de la biografía “Xingona. Una mexicana contra el autoritarismo” (Grijalbo), de reciente publicación.

“Es una persona que en la orquesta de la política disfruta demasiado ser solista, y en ocasiones puede desafinar, pero tiene la gracia de que, eso que desafina, le termina gustando al público”, describe.

Melgar, con amplia trayectoria en medios de comunicación, ha seguido de cerca a la candidata opositora presidencial desde hace 27 años.

Además de las pláticas de cajón con la protagonista, la periodista entrevistó en Tepatepec, Hidalgo, a primos y hermanos de Xóchitl para elaborar su biografía.

En 1997, en Grupo Reforma, le piden a Ivonne que le marque a Cecilia Soto para que ésta le pase el dato de una empresaria de origen otomí que reparte en algunas comunidades indígenas una papilla contra la desnutrición.

“Le marco a Cecilia Soto, me da el teléfono de Xóchitl Gálvez, le marco y ella me dice que tiene que ser antes de los próximos diez días. Camino hasta su casa, y era que estaba a punto de parir a su segundo hijo, Juan Pablo.

“Ahí le hago una entrevista que publicamos en Reforma y que me podría jactar de decir que es quizá el primer texto periodístico que ya habla de una Xóchitl Gálvez que no está en las páginas sociales —salía mucho en Buena Mesa, en Club Social, como una filántropa que daba apoyo a pueblos indígenas—, y ya en esa nota, que se llamó algo así como ‘Dieta rica en pobreza’, esboza algunas ideas de cómo enfrentar la pobreza y la marginación, sobre todo las madres de los niños, y ahí la conozco.

“Y cuando filtra (Vicente) Fox las listas, ella estaba en el equipo de la transición como responsable de pueblos indígenas”.

— Llega al gabinete vía head hunters…

“Exacto. Le llega una lista al presidente de quiénes están haciendo las cosas diferente: ella había salido, junto con (Ricardo) Monreal, otros empresarios y el propio Felipe Calderón, como los mexicanos que estaban haciendo la diferencia y a los que había que echarles ojo, porque podían ser líderes en la región de América Latina para enfrentar los problemas sociales.

“Ya en 1999 ella había sido nombrada, en el Foro Económico Davos, como líder emergente”.

— 27 años de conocerla. Y entonces, ¿quién es Xóchitl?

“Ahora, gracias a la oportunidad que se me da de hacer este libro, pude conocer más de lo que fue de la niña de Tepatepec: una infancia muy dolorosa, muy violenta, de mucho sufrimiento. Que nos permite entender por qué es una política bastante pragmática que ha sorteado grillas y ha ganado batallas, ha perdido otras, muy a su estilo.

“Y creo que es una persona muy aterrizada, porque le tocó vivir los problemas sociales de manera directa en un México bastante marginado, todavía el México de los caciques.

“En septiembre de 2010 es fichada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, con un padrinazgo importante, como el responsable de hacer el World Trade Center, y encuentra en la joven ingeniera Xóchitl Gálvez un perfil para todo lo que iba a ser la estructura del edificio inteligente y la ficha: le gusta cómo trabaja y se la lleva al Pabellón de México en Sevilla para que sustente en materia de inteligencia todo lo del pabellón.

“Y esa feria le cambia la vida, porque le da un panorama más amplio del mundo y la coloca después ante la comunidad judía y empresarial”.

— ¿Xóchitl tiene algo todavía de la niña Xóchitl?

Muchísimo. Ahora comprendo que sí: hay una anécdota que recuperamos en el libro que me llamó mucho la atención ahora que se le criticaba porque saltó en el INE cuando recibió la constancia de candidata a la Presidencia. Cuando le hablan en aquel Tepatepec, para decirle que sí pasó el examen de la UNAM.

“Un amigo hijo de una maestra del pueblo le marca a la farmacia —había sólo un teléfono para el pueblo—, la mandan a llamar, y ahí la anécdota es que no para de no saltar de felicidad, y no podía decirle a la mamá qué es lo que pasaba; era el día más feliz de su vida. Ni cuando se casó ni cuando nacieron sus hijos se sintió tan feliz”.

— Y después de todo este ejercicio, ¿con qué te quedas? ¿Cuáles la personalidad de Xóchitl?

Creo que este libro explica lo que parecería inexplicable hace unas semanas: cómo las características personales de una persona que en supuestas o polémicas ocurrencias logra conectarse con la gente, logra una comunicación muy directa con el ciudadano, y vive o ha vivido, a lo largo de su vida, una tensión entre los partidos que la postulan y su defensa de la libertad y el no autoritarismo.

“Ese sería el hilo conductor del libro, y de lo que te das cuenta es que es una persona que sabe que la política no es personal, pero que todo se puede arreglar personalmente. Así resumiría su estilo”.

— Una biografía debe proyectar los claroscuros del personaje. ¿Cuáles son los oscuros de Xóchitl?

“Cuando estaba tratando de describir su estilo personal, lo planteo en el libro como una persona que en la orquesta de la política disfruta demasiado ser solista, y en ocasiones puede desafinar, pero tiene la gracia de que eso que desafina, le termina gustando al público.

“Otro hándicap muy fuerte es que no sabe simular ni mentir ni hacer la actuación que los políticos exitosos, al menos en México, han tenido, esto de plantarte como si no pasara nada.

“Si tú conoces a Gálvez, tú sabes qué día está triste, qué día está molesta, a quién no quiere tanto, a quién abraza en serio. Esa falta de capacidad camaleónica que la política exige a mí me parece un hándicap, y se junta con la disciplina que exige la política, que a veces es de carácter militar”.

Violencia política amenaza democracia: Marcela Guerra

 

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